«La economía riojana avanza, aunque al vino no le va muy bien»

Feli Agustín
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«Las cosas marchan razonablemente bien», considera Pedro Pisonero, director general de Iberaval, que recuerda que «llevamos tres años errando y vaticinando que las cosas iban a torcerse y no ha sucedido»

Pedro Pisonero, director general de Iberaval. - Foto: Iberaval

Desde el inicio de su actividad en La Rioja, en 2010, Iberaval, entidad que ayuda a las pymes y autónomos a obtener financiación, ha contribuido con su respaldo a la  formalización de avales por  228 millones de euros a partir de cerca de 2.700 operaciones. Con un  riesgo vivo, es decir, el  importe facilitado a pymes, autónomos y emprendedores de la comunidad  autónoma, de 98 millones, permite sostener 7.300 empleos. Su director general, Pedro Pisonero, se muestra optimista, considera que la economía marcha «razonablemente» bien y que de esta manera va a continuar. 

Tras 14 años en esta comunidad, ¿está satisfecho del desempeño de Iberaval y de la economía riojana?

Claramente. A pesar de que últimamente en La Rioja a las bodegas y al vino parece que las cosas no les están marchando excesivamente bien y el sector debe activarse ante los nuevos retos que tiene por delante, en general, desde nuestro punto de vista las conclusiones son francamente positivas, con un crecimiento muy significativo. La economía riojana sigue avanzando, por lo tanto, la opinión es muy satisfactoria.

El año pasado Iberaval facilitó más de 38 millones de euros a las empresas riojanas a partir de 265 avales;en lo que va de año (enero-abril), ha hecho llegar ya 7,5 millones ¿Le merecen estos datos  igual satisfacción?

El planteamiento que manejamos es que nuestro comportamiento camina de manera paralela al de las comunidades en las que operamos [principalmente Castilla y León y La Rioja]. En esta la economía marcha «razonablemente bien» y, cierto es, que el desempeño de Iberaval es un poco mejor que el de la economía en aspectos como actividad y crecimiento, lo que no es sino un indicador de cómo les marchan las cosas a pymes y autónomos; la sensación solo puede ser, nuevamente, positiva.

Sin embargo, Caixabank ha previsto un crecimiento inferior en La Rioja que el promedio nacional.

La economía de La Rioja marcha bien. ¿Podría ir mejor? Sin duda, como cualquier otra de las economías nacionales. Recientemente han aparecido datos, particularmente del Banco de España, que corregían las previsiones de crecimiento, de la riqueza y prosperidad que estamos generando, y para el primer trimestre han sido mejores que lo previsto. Y hay perspectivas de un avance para todo el país y también para La Rioja, por encima de las que se habían ofrecido a principios de año. Y esto ha ocurrido este año, y sucedió el pasado y el anterior, llevamos tres ejercicios de correcciones al alza. La sensación general es que las cosas no acaban de marchar bien, pero influyen más factores que los puramente económicos; pero los datos reales señalan que las cosas marchan razonablemente bien. Quien es más ambicioso puede pensar que las cosas pueden ir mejor, pero desde el punto de vista económico, llevamos tres años errando y vaticinando que las cosas iban a torcerse y esperando problemas. Lo cierto es que de momento no les hay y no es previsible que se manifiesten este año, ni siquiera las previsiones del conjunto de analistas esperan que se produzcan el que viene. Insisto, creo que mezclamos campos distintos, lo que genera confusión. Pero la economía goza de una posición razonablemente buena, mejorable, pero razonablemente buena.

¿Se refiere a cuestiones políticas las que pueden enturbiar la concepción sobre la marcha de la economía?

La faceta política afecta, la social también... Hay más factores que están interviniendo sobre la economía, que está resistiendo de la mejor manera posible comparada con el resto de áreas. Los datos de los que disponemos apuntan que para las empresas marchan razonablemente bien,se factura un poco más, aunque los beneficios son  algo más bajos y, a pesar de que se repite hasta la saciedad que son mayores, no es correcto. Con respecto a las familias, las tasas de morosidad están aguantando relativamente bien y se está ahorrando; y sobre la marcha del consumo es patente cómo se encuentran bares y restaurantes, o la circulación de camiones. Tanto los datos micro como los macro señalan que las cosas marchan razonablemente bien. ¿Dónde no van tan bien? En las cuentas públicas; tenemos niveles de endeudamiento muy elevados y cierto nivel de déficit.

Le veo optimista, pero ha mencionado las dificultadas que afronta el Rioja. ¿Qué consecuencias puede tener en el conjunto de la economía regional un sector de tal envergadura?

En general, el conjunto de sectores, si exceptuamos el comercio minorista, marchan bien, como agroalimentario o metalmecánico, lo que no quiere decir que haya empresas que atraviesen problemas. No soy un experto en vino, pero la bajada del consumo es un asunto estratégico, de largo plazo. Y eso hay que afrontarlo y entrar con clientes que quieren consumir otro tipo de productos, también en el ámbito vinícola. Ya hay bodegas moviéndose en esta dirección y no les está yendo mal, pero requiere adaptarse a un nuevo paradigma, una  nueva forma de consumo que, probablemente, exija otras formas de vino, no solo tinto. En Rioja ya hicieron una importante reconversión al pasar de graneles a botella, lo hicieron y lo hicieron bien. Ahora es necesario afrontar otros cambios, en un momento en el que han convergido los excesos de stocks en bodegas. Pero no tengo duda de que la mayoría de las bodegas van a tirar hacia  adelante. Llevan siglos haciendo las cosas bien.

Los fondos Next Generation, ¿cómo se puede aprovechar esa extraordinaria inyección económica?

Respecto a su aplicación, creo que la responsabilidad es común, aunque la gradación no es la misma; no es igual el Gobierno central que una pyme. De lo que no hay duda es que los fondos europeos están suponiendo una oportunidad enorme, aunque me temo que la gestión no está siendo ni la más ágil, ni la mejor de las posibles. De hecho, en las pymes raramente se ven estos fondos -con excepciones, como el kit digital, que ha funcionado muy bien-. Aunque hemos perdido tiempo, aún podemos aprovechar un gran volumen de fondos. Cierto es que también los emplean las administraciones públicas, que seguro que ven, en no pocas ocasiones, actuaciones que poner en marcha.

Hablando de administraciones y empresas, ustedes afirman que la colaboración con el Gobierno de La Rioja es francamente satisfactoria. ¿Cuán importante es la buena relación público privada para el éxito de una economía?

Hemos trabajado en La Rioja con gobiernos de distinto signo político, pero han mantenido líneas comunes, que es lo que nos ocurre en la sociedad, que hay muchos puntos             comunes, aunque parezca que todos pensamos de manera radicalmente distinta. No es así, y este es el ejemplo. El apoyo de lo privado, en este caso seleccionar empresas viables que puedan devolver los fondos, en consonancia con la esfera pública, que transmite la idea de que está dispuesta a apoyar empresas, es un mensaje positivo que anima a no pocas empresa a tomar decisiones de inversión, que no son sencillas, y más aún cuando las cosas son socialmente complicadas. En nuestro caso, el año pasado se creció por encima del 20%, y eso es un indicador de un volumen muy significativo de negocio cuando se hablaba de que el año se iba a torcer, lo que no pasó, al igual que no sucedió hace dos años, y tampoco pasará este. Hemos perdido bastante confianza con la pandemia, que debemos recuperar.