Rioverde Clavijo viaja a Melilla para disputar su primer encuentro tras quedar descendido matemáticamente de la LEB Oro, por lo que el choque es una prueba a la moral y el estado de ánimo de los riojanos.
Al equipo riojano le queda el papel de ser 'juez' de la permanencia, ya que si gana puede complicar el futuro del Melilla, que, en realidad, es el peor equipo de la competición desde hace dos meses y un claro candidato a perder la categoría.

El partido de esta noche estaba señalado en rojo en la lucha de la zona baja de la tabla; si se daban resultados lógicos el Clavijo podía aspirar a llegar vivo a las últimas dos semanas se competición con una victoria en Melilla por más de una canasta.

Pero los logroñeses fallaron en su partido y ahora es el Melilla el que mira con ilusión la posibilidad de romper su mala dinámica -9 derrotas consecutivas- y así ganar opciones para continuar en la segunda categoría del baloncesto masculino español.

De ahí que Jenaro Díaz, en la rueda de prensa previa a dicho encuentro, reconoció que sus jugadores no esperaban el golpe del otro día «aunque es normal estar triste». «Estamos en horas bajas, es normal estar triste, pero sentirte de una manera no quiere decir que eso se convierta en nuestro permanente estado de ánimo», subrayó. El técnico, conocer de la dificultad de retomar los ánimos después de descender, apela a saber competir y «al espíritu que cada uno tiene dentro para dar lo mejor» para aprovechar estos tres últimos partidos del Clavijo en LEB Oro e ir «a por todas». También admitió que a sus jugadores les ha dicho que a a Melilla no va a viajar «para nada». «Vamos a pelear, a ser nosotros mismos y a crecer. Hemos preparado el partido con muchas ganas porque no vamos a ir hasta Melilla para dejarnos llevar».

Su rival de esta noche lo definió como un rival  duro «y más en su casa», con mucho juego y jugadores de tremenda capacidad de juego y anotadora, dirigidos por Alvarado y Arcos. «A partir de ahí tenemos que ser nosotros mismos en un momento difícil, pero seguro que nos ayuda a crecer como personas», reflexionó.

Cuestionado acerca de si espera que haya jugadores que en estos próximos partidos piensen más en lo individual que en lo colectivo, el asturiano confesó estar preparado «para separar a las manzanas podridas de las que están sanas». «Voy a pensar que todos van a intentar hacer lo mejor para el equipo, como han hecho siempre y trabajar a tope».

Futuro. Jenaro también fue preguntado sobre su futuro en el banquillo del Rioverde Clavijo, donde declaró que tratará de estar en Logroño «todo lo que sea posible». «Lo he dicho tranquilamente, tengo a mi familia y mi vida aquí, así que me tengo que quedar en Logroño. Y hay otra cuestión: que lo que a mí me gustaría que el Clavijo fuese se adapte a lo que el Clavijo quiere», detalló un técnico que añadió que hay una base del equipo que se debe intentar mantener «porque tienen muy buen feeling y sienten de verdad el Clavijo».