Con el debate aún fresco sobre la ofensiva legal para frenar desde La Rioja la línea de alta tensión entre Tauste (Zaragoza) y Júndiz (Álava), el conglomerado aragonés de empresas al que pertenece Forestalia, promotora del controvertido tendido eléctrico, acaba de perder una batalla con otros tres de sus proyectos de renovables, que afectaban en parte a suelo riojano y han quedado aparcados.
Se trata de tres parques fotovoltaicos que sendas empresas del grupo de Forestalia proyectaban en el municipio zaragozano de Tauste para producir energía solar y trasladarla con infraestructuras de evacuación, es decir, tendidos eléctricos, hasta la subestación eléctrica de Santa Engracia, atravesando suelo de los términos riojanos de Galilea y Santa Engracia.
Las tres plantas solares y su línea de evacuación de electricidad, que sumaban 127 megavatios (MW) de potencia instalada (la central nuclear de Garoña tenía 466 MW), han quedado arrinconadas en un cajón al desestimar el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico las tres solicitudes administrativas.
La resolución por la que se deniegan los permisos para construir los parques solares Tanuki, promovido por Energía Inagotable de Tanuki SL, de 44,2 MW; Vulturno (39,29 MW), solicitado por Energía Inagotable de Vulturno SL; y Zetes (44,2 MW), de la sociedad Energía Inagotable de Zetes SL, la firma el director general de Política Energética y Minas del Ministerio.
Ya el pasado 1 de octubre, las tres sociedades promotoras de los parques solares, pertenecientes como Forestalia a un macrogrupo empresarial que preside el aragonés Fernando Samper Rivas, conocedoras de que los proyectos no saldrían adelante, solicitaron la retirada de la garantía económica que habían entregado en cada uno de ellos, y que sumaban en su conjunto unos 5,3 millones de euros.
En la resolución ministerial que echa por tierra los tres proyectos de las plantas fotovoltaicas zaragozanas se detalla que aunque todos ellos recibieron el 25 de marzo de 2021 permiso de acceso y conexión a la red de transporte de electricidad en la subestación riojana de Santa Engracia, propiedad de Red Eléctrica de España (REE). Sin embargo, la propia compañía gestora de la red eléctrica nacional comunicaba el pasado 31 de julio que ese permiso concedido tres años antes quedaba caducado.
El pasado 10 de septiembre, el Ministerio le concedía a las tres empresas promotoras de los parques que se les concedía trámite de audiencia, tras haberles comunicado que sus peticiones para realizar los proyectos habían sido desestimadas. Las empresas lo único que respondieron en ese plazo de audiencia fue que se les autorizase a retirar el dinero depositado en su día como garantía para la tramitación de los parques solares, en total unos 5,3 millones de euros.
En el procedimiento administrativo seguido, llama la atención que aunque el Ministerio decidió en septiembre de 2021 tramitar de forma conjunta los tres proyectos, radicados en el mismo municipio de Tauste y promovidos por sociedades pertenecientes al mismo empresario, tres años después, y tras recibir la declaración de impacto ambiental del proyecto acumulado, el departamento que dirige Teresa Ribera acordó separar la tramitación de las tres plantas.
De esta manera, la autorización de los tres proyectos por separado, de haber continuado, sería competencia de las comunidades autónomas afectadas, Aragón y La Rioja, dado que ninguno de ellos supera los 50 megavatios, el límite a partir del cual la atribución para dar los permisos corresponde al Estado.
Conexión con la línea Júndiz. Como figura en la resolución de 13 de noviembre 2023, de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, por la que se formuló declaración de impacto ambiental de los proyectos, se utilizaría para evacuar la electricidad un tendido de alta tensión de 220.000 voltios desde la línea Tauste SE2 hasta conectarse con el trazado de la línea a Júndiz, de 400.000 voltios.
Desde su conexión con la línea Júndiz y hasta el denominado nudo Santa Engracia, el tendido era compartido con otros proyectos y se evaluó en el procedimiento asociado a los parques fotovoltaicos Tara y Umiko y sus infraestructuras de evacuación, en las provincias de Zaragoza, Navarra, La Rioja, Álava y Burgos, por lo que el Ministerio aclaraba que no era objeto de la resolución de declaración de impacto ambiental. Las tres plantas ahora desestimadas planteaban una línea sobre suelo riojano de 1.260 metros que habría atravesado los términos municipales de Galilea y Santa Engracia.
En aquel trámite de declaración de impacto, el Gobierno de La Rioja, como organismo competente en materia de medio ambiente, no se pronunció sobre posibles afecciones sobre la vegetación de ese tramo de 1.260 metros de línea eléctrica, sino que mostró su desacuerdo con el trazado de la línea común, es decir, la que tiene como destino Júndiz, pero el Ministero indicó que esa línea no era objeto de aquel procedimiento.
Forestalia y un sinfín de sociedades más
Seguramente el nombre de la empresa Forestalia pasaba inadvertido para el común de los riojanos antes que el controvertido proyecto para transportar electricidad desde parques eólicos y fotovoltaicos radicados en la localidad zaragozana de Tauste hasta la alavesa de Júndiz, atravesando buena parte del territorio riojano de este a oeste, adquiriera notoriedad en la escena política, con un rechazo frontal al mismo por parte de instituciones políticas y agentes socioeconómicos riojanos. La razón, el impacto de centenares de postes y cables sobre el paisaje y suelos de alta productividad agrícola en la Comunidad riojana sin ningún beneficio para la región. Detrás de esa empresa está un macrogrupo, con un enorme conglomerado de sociedades creadas exprofeso para cada uno de los proyectos, que suelen utilizar nombres parecidos y que tienen en común su sede social en la calle Ortega y Gasset 20 de Madrid y a Fernando Samper Rivas (1964) como responsable. Samper es un audaz empresario que se desligó del negocio familiar cárnico heredado de su padre y que compartía con sus hermanos para iniciar en solitario el camino de la inversión en proyectos de renovables, que le ha llevado a convertirse en 13 años en uno de los principales operadores del país en energía eólica y fotovoltaica.