«Hoy en día hay coleccionistas de absolutamente todo»

Laura Merino
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Desde las cajas de cerillas a envases de yogur pasando por el papel higiénico o las bufandas son algunas de las colecciones más inesperadas de la población

Erich Reiner propietario de la Trapería de Klaus - Foto: Carlos Caperos

Para los apasionados del coleccionismo, la Trapería de Klaus es la tienda perfecta donde encontrar desde entradas de un viejo cine de Arnedo hasta antiguas pegatinas del Logroñés, cromos, pósters, discos, vinilos entre otros objetos de colección. Sin embargo, el propietario Erich Reiner explica que el alma del negocio son los libros porque «representan el 80%» aunque las ediciones especiales las trasladan a la página web ya que su intención es vender libros a precios asequibles. Esta tienda que lleva ya 15 años le da una segunda vida a los libros y los que no se quedan en tienda, se venden por Internet o se destinan a una causa solidaria ya que un par de veces al año organizan una feria de libros a un euro, y todo el beneficio recaudado va destinado al banco de alimentos. 

Aunque el perfil de los clientes es variado, suelen «ser personas mayores de 50 años» que buscan revivir su infancia, pero «hay coleccionistas de absolutamente todo» por lo que Erich se ha sorprendido en varias ocasiones. «Desde coleccionar cajas de cerillas a papel higiénico pasando por envases de yogur y bufandas» apunta, destacando que muchas son «curiosas, pero no  rentables». Pero lo que realmente le llama la atención es que determinadas colecciones de álbumes de cromos de fútbol «puedan llegar fácilmente a los 1.000 euros y cromos de Messi alcancen los 8.000 o 9.000 euros debido a su escasez».

Hoy en día parece que se colecciona menos, pero Erich asegura que los mercadillos siguen siendo una fuente inagotable de piezas interesantes donde tras comprar un producto barato, el precio se dispara y viceversa. Además,  ha optado por mantener en su tienda el intercambio de novelas del Oeste para quienes lo valoran.

El mundo del coleccionismo es cíclico, y siempre hay quien busca completar una colección. Por eso siguen atentos a los mercadillos, trasteros o donaciones porque nunca saben qué tesoro podrían llegar a encontrarse.