La N-111 repite en el ranking de tramos con más riesgo

G.B.
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El informe del RACE sitúa al trayecto entre Villanueva y Panzares como el más peligroso de la red riojana y en el puesto 12 del país. Tráfico sopesa instalar radares fijos en esta carretera

Un turismo adelanta a una autocaravana en uno de los pocos tramos con línea discontinua del tramo más sinuoso de la N-111. - Foto: Óscar Solorzano

Durante mucho tiempo, la siniestralidad vial ha estado trágicamente vinculada a la carretera N-232, que cada año se llevaba el triste honor de ser con diferencia la carretera riojana en la que más accidentes de tráfico graves se producían. Por lógica, dado que cruza la región de este a oeste, este eje sigue presente en lugares de cabecera de la estadística de siniestros en la red viaria, pero en los últimos años ese puesto se lo disputa la nacional N- 111 (Logroño-Soria), que además repite por segundo año consecutivo en la lista española de los tramos de carretera con mayor riesgo para los viajeros. Así lo indica el Informe de la Fundación RACE del año 2023, dentro de programa europeo Eurorap, que evalúa la red de carreteras del Estado y que sitúa el único tramo riojano con riesgo elevado de accidente en la N-111, entre los puntos kilométricos 283,4, cerca de Villanueva de Cameros, y el 301,5, en las proximidades de Panzares. Y ese tramo repite por segundo año, porque el mismo informe ya lo reseñaba en su edición de 2022, entonces en el puesto número 15 en el ranking autonómico, con el nivel de peligro medio-alto y un índice de riesgo de 78.

En un año no solo no ha mejorado, sino que en 2023 ese tramo de la carretera de Soria ha ascendido hasta la posición número 12 de todos los tramos españoles reseñados y un índice de riesgo de 81,7. El tramo con mayor riesgo de España está en la N-323 en Andalucía. La peligrosidad de ese tramo, según el informe del RACE, no viene dado por accidentes con fallecidos, pero sí por el número de siniestros ocurridos a lo largo del año, que sumaron 4 en todo 2023, y de heridos graves, que fueron también 4. En el informe de 2020 era la N- 232 la que situaba el tramo más peligroso de entre los 409,8 kilómetros de la re viaria del Estado en La Rioja que analiza el estudio Eurorap- RACE.

Ese año, entre los kilómetros 330,8 y 345,8 de esta carretera se produjeron 6 accidentes con 2 fallecidos. Del estudio de 2023 se desprende que del total de 409, 8 kilómetros de carreteras estatales analizados en La Rioja, 29,9 presentan riesgo por su nivel de accidentalidad, en un listado que lidera la comunidad catalana en cuanto al porcentaje de tramos de riesgo alto y medio respecto al total de kilómetros de carretera chequeados por el informe Eurorap-RACE. De acuerdo con esos cálculos, La Rioja tiene un 7,3 por ciento de recorridos de carretera del Estado considerados de alto riesgo con respecto al total de kilómetros analizados, un poco por debajo de la media nacional del 7,9 por ciento.

De la Jefatura de Tráfico en La Rioja son conscientes de que la accidentalidad de la N-111 se mantiene alta y no ha disminuido en los últimos años, de manera que es la segunda carretera que registra más accidentes por detrás de la N-232. El pasado año, en la carretera de Soria se produjeron 17 accidentes con víctimas en lo que fallecieron 4 personas. Hubo además, 5 heridos graves y 26 heridos leves. «En la N- 232 ha aumentado la siniestralidad y en la N-111 no disminuye», apunta la jefa provincial de Tráfico en La Rioja, Beatriz Zúñiga.

Sin 'puntos negros'. En Tráfico, la metodología no es la que usa el RACE para medir el riesgo potencial de un tramo de carretera o su peligro cierto por la acumulación de accidentes en el tiempo, sino que la denominación de este tipo de trayectos es la de 'tramos de concentración de accidentes', que sustituyó a lo que anteriormente se conocía como 'puntos negros' en las carreteras. A día de hoy, en La Riojano existe ningún tramo de concentración de accidentes, aunque sí los hubo en 2016 y en 2021, como certifica Zúñiga. Ni en la N-232, donde Tráfico ha vuelto a poner su punto de mira por el aumento de la siniestralidad tras haber disminuido sustancialmente tras el desvío obligatorio del tráfico pesado hacia la autopista AP-68, en vigor desde 2017, ni en la N-111 hay razones objetivos achacables al estado de la calzada o de los elementos de seguridad que expliquen el alto número de accidentes.

De ahí, que la Jefatura Provincial anunciase recientemente su intención de aumentar el número de radares fijos en la nacional N- 232, una medida que también sopesa, aunque en una segunda fase, para la N-111, según aseguró ayer Beatriz Zúñiga a El Día de La Rioja. El plan de colocación de estos equipos de control de velocidad está pendiente de la adquisición de dispositivos por parte de la DGT para todo el país y de los estudios técnicos para localizar las ubicaciones más adecuadas y que reúnan los requisitos de instalación.

A la espera de decidir los emplazamientos, Zúñiga estima que serán 2 los radares fijos que se instalarán en la N-232. Una vez concluida esa fase, la idea es analizar el caso de la N-111 de cara a instalar también equipos de ese tipo para tratar de reducir el número de accidentes de tráfico. «Los radares se plantean con un fin disuasorio, no recaudatorio», matiza la jefa provincial de Tráfico. En el conjunto de la red viaria riojana hay actualmente 13 radares fijos, 3 de ellos en la N-232 y uno en la N-111. El mayor número se sitúa en la autopista AP-68.

 

Exceso de confianza en una carretera de 'a diario'

Los expertos en Tráfico señalan que no siempre es fácil determinar las causas que hacen que una carretera presente cifras de accidentalidad por encima de lo que sería normal. En la N-111, se ha constatado que buena parte de los siniestros ocurren entre semana, a primeras horas del día, y en recorridos habituales, de 'a diario'. También se han producido varios siniestros en lo que concurren circunstancias como el exceso de velocidad, la ingesta de drogas o de alcohol y sobre todo el exceso de confianza. «Hay una cierta sensación en muchos conductores de que la carretera peligrosa en La Rioja es la N-232 y tal vez se produce un exceso de confianza en la N-111», afirma Beatriz Zúñiga, que destaca que en los dos últimos años las campañas de concienciación de la DGT se han llevado a cabo en esta carretera.