Nunca una campana fue tan popular ni su fabricación tan participativa. La modesta espadaña de la ermita de Santa Fe de Palazuelos volvió a congregar este jueves, como cada 25 de abril, a vecinos de Albelda, Clavijo y la Unión, fundamentalmente, a la popular romería de San Marcos con el tañido de una nueva pieza de bronce, que ha sustituido a la robada en mayo de 2023.
Y no se trata de una campana cualquiera. Sobre el yunque del campanario de la entrañable ermita, una sencilla construcción románica del siglo XIII enclavada en un paraje campestre a caballo entre La Unión, Clavijo y Albelda, se balanceó ayer una pequeña campaña fundida recientemente en la provincia de Palencia, gracias a la colaboración y el cariño del vecindario de las localidades de su entorno, principalmente Albelda de Iregua, titular del templo.
Los vecinos recogieron 175 kilos de monedas de un céntimo de euro en una singular campaña solidaria que ayer, festividad de San Marcos, permitía a Santa Fe de Palazuelos volver a lucer una campana y a los romeros regocijarse con el tañido de un metal que es de todos, después del disgusto del pillaje que enmudeció al templo hace casi un año.
Y el acontecimiento se vivió por todo lo alto. El campanillo, una pieza de pequeño tamaño pero decorada como si fuera la de una catedral (lleva grabado el nombre del fundidor, la firma Quintana, y la leyenda 'Albelda de Iregua. 25 de abril de 2024. Santa Fe de Palazuelos), recibió su 'bautismo de fuego' a manos de la concejala de Albelda María del Bueyo Gómez, promotora de la campaña de recogida de monedas, y del alcalde de Clavijo, Pedro Muro, que estamparon una botella de vino de Rioja contra el bronce, como se hiciera antaño con las anteriores. Y como mandan los cánones, la campana recibió también la bendición del párroco de Albelba.
Al menos un albeldense. Aunque se asienta en suelo del municipio de Clavijo, la ermita pertenece a Albelda. La tradición dicta que si un año por San Marcos no acudiese ningún o ninguna albeldense a la romería, la propiedad pasaría a Clavijo. Lo que no ocurrió este año, dado que las campas del templo se llenaron de parroquianos, muchos de ellos de la localidad del bajo Iregua. Como es costumbre en esta celebración, el Ayuntamiento albeldense invitó a chocolate, vino y choricillo asado.
Antes de que la concurrencia llegase al lugar, los herreros de Albelda había izado el campanillo hasta la espadaña de la iglesia, de donde se retiró finalizada la fiesta para guardarla hasta el 25 de abril de 2025, con el fin de evitar exponerla a un nuevo robo.
La pieza fue presentada en la iglesia de Albelda el pasado domingo, donde ha permanecido expuesta durante toda la semana al público, junto a unos planos de los arquitectos que proyectaron la rehabilitación de la ermita.
La idea de recoger monedas para fundir la campana sustituta de la robada es original, pero no nueva del todo. La iniciativa rememora de alguna manera lo que se hizo en los años 80 del pasado siglo, cuando los niños de la escuela de Albelda aportaron pesetas una campana para Santa Fe de Palazuelos, que se fundió al aire libre en el propio pueblo.