Los municipios del Alto Najerilla se debaten entre la majestuosidad de su paisaje y un fenómeno de despoblación que se muestra con crudeza en las denominadas Siete Villas. Brieva de Cameros, Canales de la Sierra, Mansilla, Ventrosa, Villavelayo, Viniegra de Arriba y Viniegra de Abajo han perdido cerca de doscientos habitantes en las últimas dos décadas. Un dato extraído de la evolución que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que hace referencia al padrón de cada uno de los pueblos. Pero la realidad, la que marca el número de vecinos que permanecen durante todo el año en alguna de las siete localidades es aún más cruel.
A modo de ejemplo, Canales de la Sierra disponía de 81 residentes censados al cierre del pasado ejercicio 2023 y de forma permanente residen alrededor de veinte.
Es una de las zonas más afectadas por los azotes de la despoblación, más aún cuando allá por el año 1970 los siete municipios serranos contaban con algo más de mil vecinos censados que llegó a contar con más de cuatro mil a finales del siglo XIX auspiciada por una relevante industrial textil auspiciada por la lana del ganado. Un sector que fue desapareciendo de la subcomarca del Alto Najerilla para dar paso a un declive poblacional que ha cesado dos siglos después.
Los datos hablan por sí solos. Poco más de veinte negocios permanecen abiertos en las Siete Villas entre casas rurales, nueve bares, una farmacia y una única industria de elaboración de sidra y zumo de manzana situada en Canales de la Sierra. Sin embargo, son más de treinta ganaderos los que mantienen su actividad contra viento y marea en un contexto no demasiado favorable para el desarrollo de la actividad ganadera ante unos precios de venta que recuerdan a décadas atrás, ante unos gastos que crecen a merced de los ritmos que marca el mercado y ante un lobo en expansión que si bien no es la única piedra que entorpece la principal actividad económica de la zona, sí la complica considerablemente.
Densidad de población. Existen documentos que se refieren a las Siete Villas como la subcomarca riojana que más ha sufrido el fenómenos de la despoblación. Es, de hecho, la zona de la Comunidad autónoma con menor densidad de población con 0,86 habitantes por kilómetro cuadrado lo que la convierte prácticamente en un desierto demográfico. Evidentemente, las comunicaciones por carretera, su ubicación entre las montañas que dominan la sierra de la Demanda y una climatología invernal complicada, dificultan la recuperación de una subcomarca que, sin alzar las campanas al vuelo, llegó a disponer de una densidad de población de 8,85 habitantes por kilómetro cuadrado. Todo ello en una zona de La Rioja que transita hacia la provincia de Burgos por una sinuosa LR-113 que presenta mejoras en algunos de sus tramos pero a la que amenazan continuos desprendimientos visibles en las cunetas e incluso en mitad de la calzada.
Mientras tanto, los propietarios de las viviendas de los siete pueblos se esmeran en su mantenimiento y en la belleza propia de las villas.