El Gobierno descarta desdoblar la N-232 de Calahorra a Alfaro

G. Basurto
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Asegura que convertir en autovía ese tramo de carretera pierde interés «como actuación necesaria», ya que la autopista AP-68 quedará libre en noviembre de 2026

Un coche circula por la N-232 en las proximidades de El Villar de Arnedo, donde el Ministerio de Transportes proyecta una variante con cuatro carriles. - Foto: Óscar Solorzano

La vieja aspiración de La Rioja de convertir la transitada N-232 en autovía, como han logrado casi en su totalidad Navarra y Aragón, se esfuma. El Gobierno central descarta desdoblar esta carretera nacional entre Calahorra y Alfaro, con el argumento de que la alternativa al tráfico de vehículos por el eje del Ebro por una vía de alta capacidad llegará en dos años, cuando concluya la concesión de la autopista Vasco-Aragonesa (AP-68) y quede libre de peaje de pago para circular.

«La próxima liberalización de la AP-68 en la Comunidad autónoma de La Rioja conlleva que el desdoblamiento de la N-232 entre Calahorra y Alfaro pierda a corto y medio plazo el interés como actuación necesaria, al contar próximamente este tramo con una vía de alta capacidad sin peajes». Es la respuesta parlamentaria del Ejecutivo central a una pregunta de diputados del Grupo Popular en el Congreso, entre ellos la riojana Cuca Gamarra,  que se habían interesado por la fecha prevista para la licitación de las obras de conversión de la N-232 en autovía entre Calahora y Alfaro.

El anuncio de la Administración central es un jarro de agua fría parra las expectativas de parte de la sociedad riojana, expresadas, por ejemplo, en el Pacto por las Infraestructuras de La Rioja, suscrito por los grupos parlamentarios en la Cámara legislativa regional en 2018, y pendiente de renovación, que planteaba esa obra entre las reivindicaciones de la Comunidad. 

Aquel año, los socialistas riojanos introducían enmiendas a los Presupuestos del Estado, y planteaban una partida de 10 millones para «la gran obra pendiente en La Rioja, que es la duplicación de la N-232 entre Alfaro y Arrúbal». 

Más tarde, en mayo de 2022, los gobiernos de La Rioja y Navarra hacían causa común al reclamar la agilización de varias obras de competencia estatal, entre ellas el desdoblamiento de la N-232 en el tramo riojano, principalmente entre Calahorra y la localidad navarra de Castejón. La petición al Ministerio de Transportes quedó plasmada en la firma de un protocolo entre la entonces presidenta riojana Concha Andreu y su homóloga navarra, María Chivite.

 Este verano, una de las patronales riojanas del transporte, CETM La Rioja, cuestionaba el proyecto de tercer carril de adelantamiento (sistema 2+1) entre El Villar de Arnedo y Arrúbal y apostaba por el desdoblamiento de la N-232 en suelo riojano como solución para ganar capacidad y seguridad. 

Con todo, también hay voces que defienden lo innecesario de invertir en una autovía, cuando el 10 de noviembre de 2026 se eliminará el peaje de la autopista, que discurre casi en paralelo. 

140 kilómetros de nacional. Durante años, hasta que el tráfico pesado de la N-232 se desvió por la autopista,  la principal carretera nacional de La Rioja, que la atraviesa de este a oeste a lo largo de 140,8 kilómetros, era considerada como una vía de alto riesgo, con varios puntos negros por la acumulación de accidentes, sobre todo en su tramo oriental, entre Logroño y la vecina Comunidad foral. 

 

¿Una decisión sin vuelta atrás? 

¿Que el Gobierno de Pedro Sánchez diga que el desdoblamiento de la N-232 no es interesante «a corto y medio plazo» significa que podría reconsiderarse a futuro? Fuentes del ámbito político riojano consultadas por El Día de La Rioja lo descartan. Pese a ello, hay proyectos en tramitación que, a priori, parecen incoherentes con la decisión de no plantearse que la N-232 pudiera ser autovía en algún momento. Por ejemplo, la variante de El Villar de Arnedo, cuyo proyecto constructivo aprobaba a mediados de julio el Ministerio de Transportes, que plantea un trazado 7,2 kilómetros con cuatro carriles, es decir, configuración de autovía. En el resto de eje medio y bajo del Ebro, la N-232 es casi autovía en su totalidad. A Navarra solo le quedaría conectar Castejón con Alfaro, en sentido oeste, y 5 kilómetros más desde Cortes hasta Mallén, en Aragón, que con esa tramo (previsiblemente concluido en 2025), tendría todo el trazado esa carretera nacional convertida en autovía A-68, desde El Burgo de Ebro hasta Castejón, pasando por Zaragoza. Si Navarra y Aragón tienen kilómetros de N-232 reconvertida en autovía, La Rioja no tiene ninguno, salvo que se contabilicen como tales la circunvalación de Logroño (LO-20), que se solapa con la histórica carretera Vinaroz-Santander, o la Ronda Sur, el futuro anillo exterior logroñés que utilizará la traza de la autopista, cuando se libere del peaje el 10 de noviembre de 2026.