Varios viticultores temen la pérdida de toneladas de uva

Laura Merino
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Denuncian que parte de su producción se ha podrido al retrasarse la entrega por falta de acuerdo con Vivanco y los parámetros que les impone, agravado además por el exceso de humedad

Un remolque cargado de uva en las proximidades de una de las bodegas del grupo Vivanco, en Alberite. / - Foto: Óscar Solorzano

Un grupo de viticultores de Alberite aseguran estar atravesando una situación límite de la que responsabilizan a la negativa de Bodegas Vivanco a comprarles sus uvas,  de imponerles parámetros difíciles de cumplir y de dilatar la apertura de las instalaciones para recepcionar su producción. 

Una de las afectadas, Irene Galilea, viticultora y representante visible de este colectivo,  denunció ayer lo que considera como una mala organización por parte de las bodegas del grupo Vivanco. Relató que a pesar de que la uva alcanzaba el grado necesario,  Vivanco rehusó sus reiteradas peticiones a abrir sus puertas para la recepcionarla, amparándose en muestreos realizados por la zona que indicaban lo contrario. Sin embargo, Galilea  sostiene que esos parámetros  de grado alcohólico «son muy difíciles de cumplir». Y explicó que la uva debía estar entre los «13 y 15 grados» y no superar «el 0,70 de ácido glucónico» para cumplir con lo exigido por la compañía vinícola.

A la apertura tardía de las bodegas y a la «falta de flexibilidad» en los horarios de descarga, los viticultores afectados señalan las condiciones climáticas adversas, principalmente el exceso de lluvia, que han terminado por provocar consecuencias devastadoras, según Irene Galilea. «La uva día a día se fue pudriendo», señaló esta viticultora. En su caso, el primer remolque lo tuvo que tirar «porque salió bastante grado» y lo mismo ocurrió con los dos siguientes. Así que también añadió que desde el viernes ha tenido que desechar hasta 26.000 kilos de uva y que muchos más agricultores se encuentran en una situación parecida.  

Ante estas circunstancias, Galilea expuso que lleva toda la vida trabajando con Vivanco y que nunca había cambiado. A pesar de ello, ahora no encuentran alternativa para dar salida a su producción, porque «ya nadie quiere coger la uva». Resaltó que «si todo esto hubiera ocurrido diez días antes», todavía tendrían la oportunidad de «hablar con otras bodegas».
 

ARAG-ASAJA. Desde la asociación agraria Arag-Asaja, Jesús Sicilia, miembro de la junta directiva aseguró que están haciendo todo lo posible por ayudar a este grupo de productores. «No nos queda más que pelear todo lo que se puede», apuntó. Y añadió que «la gente del campo lleva arrastrando unas campañas muy malas», entre otras cosas, debido al cambio climático porque «las condiciones climatológicas han hecho mucho daño».

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