La muerte el lunes de José María Gurrea, de 48 años y vecino de Calcadora, tras caer de una altura de más de seis metros mientras colocaba placas fotovoltaicas en la cubierta de un nave en las instalaciones de la depuradora de aguas residuales (Edar) eleva a 13 el número de fallecidos en accidentes laborales, superando las cifras de los últimos 17 años. Hay que remontarse hasta 2005 para encontrar un guarismo más elevado, con 19 fallecidos en el conjunto de todo el año, una siniestralidad que, según Pepe Blanco, secretario de Salud Laboral de UGT, es consecuencia de varias causas, entre las que cita «cierta relajación» en la puesta en marcha de medidas preventivas por parte de «algunas» empresas. Blanco, que estima que las administraciones no publicitan como sería necesario, la necesidad de extremar las medidas de seguridad en el trabajo, señala que esta «relajación» puede ser consecuencia de que «actos flagrantes de incumplimiento» quedan sin sanción.
A ello añade la falta en los trabajadores de formación en seguridad laboral, una materia «imprescindible» para la consecución de dos fines:transmitir la «obligatoriedad» de adoptar medidas preventivas y la concienciación de hacerlo. «Y hay un problema de fondo, no se cree en la prevención», señala el responsable de UGT, que considera que la ley que regula este ámbito, que data de 1995, necesita un cambio. «Hay un incumplimiento generalizado en algunos aspectos y deben introducirse modificaciones para adaptarlas a la realidad y los nuevos empleos y aplicar las medidas preventivas necesarias», argumenta Blanco, que solicita la creación de la mesa de trabajo específica dentro del Diálogo Social para poner freno a una situación «escandalosa».
Eva Fernández , responsable de Salud Laboral de Comisiones Obreras, estima que las cifras tan elevadas son consecuencia de la falta de control de la seguridad laboral en las empresas. «No se forma a la plantilla con los riesgos inherentes a su puestos», afirma Fernández, que estima que la ausencia de control conlleva la falta de medidas preventivas. «No hay miedo en la plantilla, una concienciación que debe provenir desde la empresa», afirma la responsable de CCOO, que las culpa de la siniestralidad.
«La responsabilizad de formar, informar y tomar medidas preventivas es obligación de la empresa», asegura Fernández, que añade que debe «exigir» a sus trabajadores que tomen las medidas preventivas necesarias. «No podemos responsabilizar a un trabajador del accidente», afirma la sindicalista, que insiste en que no se están cumpliendo las medidas preventivas que marca la ley. Además, tacha a la administración de «laxitud» en la vigilancia y exige «mayor contundencia» de la Inspección de Trabajo para depurar responsabilidades.
La empresa cumple. Pedro José Sáez, jefe de Asesorías de la FER, rechaza las afirmaciones de la responsable de Salud Laboral de CCOOy afirma con igual contundencia que la empresa riojana cumple la normativa de prevención de riesgos.
Sáez, que lamenta el fallecimiento ocurrido el lunes en Calahorra, considera que hay que analizar de manera individualizada cada uno de los 13 accidentes mortales acaecidos este año en La Rioja y sus causas para adoptar las medidas específicas.
Cuenta que la «carga empresarial» es elevada en aspectos legales, laborales, fiscales y administrativos y, a pesar de ello, reitera que la empresa riojana cumple. «Pero hay que ir más allá, hay que mejorar todo lo posible con el objetivo de alcanzar siniestralidad cero», apela Sáez, que entiende que con este horizonte es crucial fomentar la cultura de prevención de riesgos laborales.
El representante de la FER reflexiona sobre la necesidad, tanto de compañías como de trabajadores, de «poner la máxima atención posible» en trabajos de especial peligrosidad;por parte de la empresa formar, informar y supervisar que el trabajador tenga todas las medidas posibles, y este debe prestar la «mayor atención posible» para su propia protección.