La central agraria Arag-Asaja ha calificado el 2023 como "un año para olvidar" en el sector agrario, al tiempo que ha alertado de "una situación límite" por la falta de rentabilidad de las explotaciones, o de "los pelos de punta" ante decisiones que llegan desde las instituciones europeas, que les hacen plantearse "seguir reivindicando, en los despachos y, si es necesario, en las calles".
El presidente de la organización, Eduardo Pérez, y su secretario general, Igor Fonseca, han hecho este miércoles un balance del ejercicio de termina y han enumerado los retos a los que el sector se enfrente en el 2024. "Ha sido -ha afirmado Fonseca- un año para olvidar, y eso que 2022 ya fue un año que no tuvo nada positivo".
Así, ha sido un año que ha concentrado muchas circunstancias "que no dependen de los agricultores y ganaderos", como "los costes elevados de los insumos y la carencia de algunos de ellos, la sequía, la nueva PAC, las tormentas, la aparición de nuevas enfermedades de los animales, la extensión del lobo y de sus ataques y la proliferación de macro proyectos de energías renovables que destrozan nuestro paisaje agrario".
Todo ello, ha asegurado, "está poniendo en una situación límite al sector agrario", no ya en la incorporación de jóvenes "que no quieren instalarse pero no por falta de vocación o de interés", sino porque incluso "entre las gente más veterana se están produciendo muchos abandonos de explotaciones para dedicarse a otros sectores".
Algo, ha añadido Fonseca, "que puede ser dramático y hasta peligroso, una sensación de pesadumbre como no se recuerda en el sector y que tiene como una de sus causas principales la falta de rentabilidad de las explotaciones en todos los sectores".
Sectores. Ha hecho, por ello, un repaso por los diferentes cultivos más importantes de la comunidad, comenzando por la uva, "con casi todas las explotaciones por debajo de la rentabilidad", pese al acuerdo que "por primera vez" se alcanzó en el sector para la reducción de rendimientos y las ayudas, de 18 millones, para la destilación de vino no amparado "cuyo efecto en el viticultor, al final, ha sido muy poco", por lo que ha planteado una nueva ayuda directa al viticultor en este aspecto.
En los cultivos de cereal y herbáceos, afectados por la sequía y el incremento de precios en semillas, fertilizantes y combustibles, se han producido mermas de un 40 a un 50 por ciento en los rendimientos, a lo que ha sumado un "fuerta movimiento especulativo" vinculado a efectos de la guerra de Ucrania.
La seta y el champiñón, segundo sector agrario más importante en La Rioja, con más de 2.700 empleos, se ha dado "la primera campaña sin solución" en el uso de los fitosanitarios contra las enfermedades, con una merma de rendimientos entre el 15 y el 20 por ciento, a lo que se ha sumado "la falta de paja, y cuando se ha tenido, ha sido con una subida de un 300 por ciento en sus precios".
En el caso de la almendra, Fonseca ha apuntado a una merma entre un 10 y un 20 por ciento en regadío y hasta un 40 por ciento en secano, una situación agravada por "la masiva importación de almendra de campañas pasadas procedente de California, lo que ha redundado en la producción nacional".
Los frutales se han visto afectados en este año por las tormentas, las altas temperaturas y la sequía, especialmente en el valle del Iregua, "lo que ha provocado no solo la pérdida de la cosecha, sino de la explotación total". Además, se han producido plagas y "el incumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria" con productos procedentes del extranjero.
En el caso de la ganadería, Fonseca ha citado la sequía, más ataques del lobo y enfermedades "conocidas y nuevas" en el caso de la extensiva, y, en la intensiva, la subida de los costes energéticos, más restricciones por la Ley de Bienestar Animal europea y el "endurecimiento de la condiciones del transporte de los animales, lo que provoca problemas dentro de España y para exportar fuera del país".
PAC, cadena alimentaria y renovables. Por otro lado, Igor Fonseca ha criticado la nueva PAC "extremadamente compleja", en la que, pese a que se han ido "flexibilizando algo" las condiciones, "ha planteado nuevas dificultades para cumplir" por parte del sector, "lo que ha desencadenado incluso consecuencias económicas" para agricultores y ganaderos.
Y sobre la Ley de Cadena Alimentaria, ha lamentado "graves incumplimientos", con controles "aún insuficientes" a pesar de haber detectado "más sensibilidad" en este sentido por parte de la nueva consejera de Agricultura. Para ello, desde la organización agraria se ha planteado una nueva partida en los Presupuestos regionales para estos controles.
También ha mostrado la "incertidumbre" del sector ante la Ley europea de Bienestar Animal, "que de entrada va a provocar que se reduzca la densidad de animales en granja, lo que llevará a menor rentabilidad y a la necesidad de realizar una serie de inversiones que, y eso es lo más alarmante, el sector tampoco sabe si hacer ya o no, no saben a qué atenerse".
Especialmente crítico ha sido el secretario general de Arag-Asaja con "la proliferación de macro proyectos de renovables" que, en sus palabras, "están arrabatando suelo agrario fértil y patrimonio paisajístico". En este sentido, ha afirmado que "en los últimos años, el Gobierno regional dio el visto bueno a proyectos con carencias o con supuestas condiciones artificiales".
Proyectos sobre los que, ahora, reclaman al actual Ejecutivo riojano que "revise de oficio" los expedientes de estos proyectos que están recurridos vía contencioso-administrativa. "Estamos a favor de las renovables -ha reseñado Eduardo Pérez- pero con orden, no en zonas de producción sino en terrenos poco ricos para la agricultura, y los que se puede dar valor extra".
Europa. Con este panorama, Igor Fonseca ha citado "dos retos" del sector para el próximo ejercicio: "recuperar la rentabilidad de las explotaciones, algo vital para el mantenimiento de la actividad; y poner el acento en la cita electoral de 2024 para el Parlamento Europeo, porque el 80 por ciento de las decisiones para el mundo agrario se están tomando en Bruselas, son necesarios políticos sensibles con el sector".
Precisamente, en el ámbito europeo, Eduardo Pérez ha centrado sus críticas en "eurodiputados, riojanos para más señas, que califican al sector de paletos, aprovechados e insolidarios: nos van a tener enfrente, estaremos en las calles si hace falta, y la ciudadanía, que cada vez tiene más problemas para llenar la cesta de la compra".
Un entorno europeo que, como ha criticado, "está abriendo las puertas a productos de terceros países que incumplen las normas que aquí se nos están exigiendo" en temas como fitosanitarios, cuidado animal o incluso condiciones de los trabajadores del sector.
"Si quieren cargarse el campo riojano, español y hasta el europeo, van por el buen camino", ha subrayado Pérez, quien ha alertado sobre la masiva entrada de productos de Marruecos, Brasil o China, "en poco tiempo vamos a pasar a depender de los productos de países que no cumplen con lo que al sector aquí se nos exige". Por ello, ha llamado a "un cambio de mentalidad" en la UE y a seguir "reivindicando en los despachos y en la calle si hace falta".