El cuidado del medioambiente es crucial para la supervivencia del planeta y de los seres vivos que habitan en él, desde los humanos hasta los animales y las plantas, entre otros muchos.
Otro problema que está causando graves daños a los ecosistemas y a la naturaleza es el cambio climático. Por eso hay diferentes instituciones y asociaciones que trabajan para mejorar el estado del medioambiente y lograr una mejor calidad de vida para todos.
Una de estas instituciones es Cruz Roja, que cuenta con numerosos proyectos medioambientales. El último proyecto ha sido la plantación de 700 árboles frutales en la zona del Albelda.
Esta zona reforestada previamente por Cruz Roja estaba hecha solamente con pinares, así que «los únicos frutos que había eran piñones. Y aunque es un alimento que está durante todo el año, a nivel nutricional hay muy poca diversidad floral de la que puedan aprovecharse los animales», explica el voluntario del grupo de medio ambiente de Cruz Roja y trabajador de la consejería de Medio Ambiente de La Rioja, Víctor Montalvo Martín.
El objetivo es aportar una diversidad funcional y arquitectónica para que «tenga distintos niveles y no solo sean arboles de la misma edad y misma altura», indica. También se busca aprovechar que, además de esta diversidad arquitectónica del bosque, haya un aporte nutricional que «pueda facilitar que distintas especies usen este espacio», añade.
Cruz Roja ha reforestado cinco especies, entre las que se encuentra el Aligustre, un arbusto bajo de entre 2 y 3 metros que fructifica a finales de otoño al sol o a la semisombra; y Aladierno, un arbusto alto de entre 2 y4 metros que fructifica en pleno verano al sol. Las otras especies son el Lentisco, un arbusto alto de entre 2 y 5 metros que fructifica en pleno otoño al sol o a la semisombra; el Maguillo, un árbol menor de entre 2 y 7 metros que fructifica a finales de verano al sol o a la semisombra; y el Madroño, un árbol mayor de entre 4 y 10 metros que fructifica en pleno invierno en semisombra y en suelos húmedos.
La decisión de colocar estas cinco especies se debe a que cuentan con diferentes cualidades, además de que van floreciendo y fructificando en diferentes épocas del año, desde mediados de verano hasta mediados de invierno. «El objetivo es que al plantar árboles con distintos requerimientos de hábitat sean capaces de ellos mismos de conquistar nuevos ambientes y vayan expandiéndose», apunta Montalvo.
Fauna. Estos árboles y arbustos frutales silvestres tienen la función futura de alimentar a la fauna que se acerque cuando den algún fruto. Según Montalvo, los seres que acudirán serán micromamíferos que sean capaces de trepar por el arbusto o el árbol, aves de todo tipo y fauna invertebrada, ya que «es una de las que más está sufriendo la crisis de biodiversidad».
El responsable autonómico del área de medio ambiente en Cruz Roja, Gabriel Alcañiz González, destaca que la entidad para la que trabaja cuenta con una estrategia de compensación de huella de carbono que viene realizando reforestaciones a lo largo de los últimos años. Los lugares elegidos en La Rioja para estas acciones han sido Ocón, Albelda y Agoncillo.
Su idea es potenciar y mejorar la biodiversidad de estas zonas de La Rioja donde se han hecho estas reforestaciones.