Miles de personas recorren ya los alrededor de 60 kilómetros que separan los cinco municipios -Logroño, Navarrete, Nájera, Azofra, Santo Domingo y Grañón- que conforman el Camino de Santigo en La Rioja, gentes de todas las nacionalidades que dejan su impronta cultural y un buen puñado de euros. Porque los peregrinos suponen un notable caudal económico para los pueblos de la Ruta, con un serio problema de despoblación y envejecimiento. Juan Cruz Cabrito, presidente de la Asociación Riojana de Amigos del Camino de Santiago, estima que el gasto medio «sin hacer ningún gasto ex- cepcional» alcanza los 50 euros por peregrino, lo que multiplicado por las tres etapas que cuesta recorrer esta comunidad supone una media de 150 euros por cada uno de los alrededor de 60.000 que atraviesan anualmente esta comunidad. Fueron 62.000 caminantes en 2019, último año prepandemia, cifras que se han recuperado. «Alguno igual come de bocadillo y en vez de 50 son 40», señala, al tiempo que recuerda que los peregrinos, además de en albergues, se alojan en pensiones, hoteles o apartamentos.
Las mismas cuentas echa Ricardo Campos, prior de la Cofradía del Santo, que gestiona el albergue de peregrinos de Santo Domingo, que menciona la misma cifra que el presidente de la Asociación de Amigos del Camino y justifica sus cuentas en el hecho de que, además de hacer frente al pago del alojamiento «12 euros más uno, para pagar la sábana desechable», tienen que comer y otros gastos de ocio o en el comercio local.
Al respecto relata que en las cercanías del albergue, ubicado en la calle Mayor, en pleno casco antiguo de la ciudad calceatense, hay dos establecimientos hosteleros con sendas terrazas, de las que hacen uso activo los peregrinos. «Para la economía de Santo Domingo es importante», reflexiona Campos, que relata que, en conversaciones con hosteleros, estos constatan mayor afluencia de clientes coincidiendo con las épocas de mayor llegada de peregrinos y no solo en las inmediaciones del albergue, sino en el conjunto de establecimientos y comercio. Al respecto, cuenta que en una tienda de venta de material deportivo en las inmediaciones «raro es el día» que no recibe algún comprador en ruta a Santiago. «Es bueno para todos», razona el prior de la Cofradía del Santo que apunta que un importante número de andantes acceden a la catedral, cuya visita requiere «una pequeña aportación».
Patrimonio de la Humanidad. Cabrito apunta que es esta relevancia económica es la que está llevando a algunos municipios -una denuncia que ha realizado en varias ocasiones la Asociación de Municipios del Camino de Santiago- a desviar el Camino por su territorio. «Es Patrimonio de la Humanidad y es un bien protegido», razona Cabrito, que entiende que es «normal» que «todo el mundo quiera que pase por su pueblo, pero el Camino no de puede desviar;debe ser protegido por las autoridades».
Asume cierta responsabilidad, como representantes de las asociaciones de la Ruta, por la ligera caída que está sufriendo el Camino francés «porque no hemos sabido ofertarlo» y apunta que una de sus misiones es «potenciarlo en el largo recorrido», con nuevos mensajes a través de redes sociales.