Allende Pajares es una joven de 26 años a la que le dijeron que era celiaca con 24 años. Cuenta que tenía muchos dolores estomacales, por lo que decidió acudir al médico. «Empezaron a hacerme pruebas, luego una análisis de sangre y seis meses después una gastroscopia», recuerda.

Esta enfermedad le ha cambiado sus hábitos de vida, sobre todo en el ámbito social. «Yo era una persona que salía mucho con mis amigas y me iba por ahí de pinchos pero al principio del diagnóstico me condicionaba mucho. Lo más difícil es que todos dependan de mi porque no puedes ir a los mismos sitios que ibas antes», lamenta.

Explica que suele tener que buscar sitios en los que hagan bien las cosas y no contaminen la comida con productos con gluten. Reconoce que actuar de esta manera es difícil después de haber estado 24 años «saliendo a donde te apetecía y sin la necesidad de planificarlo».

«Ahora hay que planificar todos los viajes, buscar los restaurantes avalados por las asociaciones, que hagan todo correctamente y que no supongan un riesgo para la salud» señala.

Por otra parte, Pajares tiene una cuenta de instagram desde hace dos años y media en la que habla sobre este tema y acumula 2.500 seguidores. «Suelo hacer publicaciones acerca de los restaurantes a los que voy y de los platos que consumo, además de dar mis propias valoraciones y recomendaciones», detalla.

«La idea es contactar con otras personas que pasan por lo mismo, te comprenden y de esa forma, no te sientes tan solo como al principio», indica.