Ha vuelto al trabajo la UD Logroñés. Miércoles de cambio. En una de las semanas más atípicas que se recuerdan en la disciplina blanquirroja, de cambio. La promoción del entrenador del filial al primer equipo pilló de sorpresa a la plantilla. Se enteraron del cambio de Sergio por Yayo Urzay la mañana en que este último dirigió su primer entrenamiento. Que Carlos Lasheras, director deportivo, haya tomado las riendas del banquillo, ha sido un movimiento del todo inesperado para la práctica totalidad del entorno blanquirrojo.
Esta mañana, Lasheras ha aparcado su trabajo dentro de las oficinas de la Ciudad Deportiva y se ha puesto el chándal para dirigir su primer entrenamiento al frente de la UD Logroñés. Extraño. Sorprende ver a un hombre que veía las sesiones desde la barrera, analizando a su plantilla con distancia, vista ahora el chándal gris de la UD Logroñés. El gris corresponde al cuerpo técnico. El rojo es el de la plantilla. Es de recibo precisarlo porque, llegados a este punto, no conviene descartar nada. Lo ha hecho, eso sí, a puerta cerrada. Este y los tres entrenamientos que quedan para preparar la cita del domingo. Decisión sorprendente y con la que todavía sigue la deducción sobre qué podía esconder. Descartada la opción de una foto en chándal, la opción más probable se decanta por alejar a sus jugadores del terremoto que causó la noticia del martes y la onda expansiva que esta puede tener.
Ha saltado al verde acompañado de Julio Bañuelos, hombre de confianza de Lasheras y que se desempeñará en tareas de segundo entrenador. Junto a ellos, Ander Dulce, preparador físico de la UD Logroñés, que ya había pasado por este proceso tres veces esta temporada. Hoy ha sumado una cuarta. 20 años después, Carlos Lasheras ha vuelto a dirigir a un entrenamiento. Esta vez, provocado por el bajo rendimiento de una plantilla confeccionada por él mismo y de la que ha tomado el control como recurso de urgencia. El fútbol ha cambiado mucho desde aquel 2005 en que entrenó -un único partido- al filial del Deportivo Alavés en Segunda B.
Tiene por delante tres sesiones para preparar la próxima final. Porque el duelo del domingo no es otra cosa que un partido decisivo de cara a los playoff. Y no será fácil. Enfrente estará la SD Logroñés, que llega lanzada a este tramo final de temporada a pesar del empate del pasado domingo contra el Alavés B. Los de Carlos Pouso no pierden desde el 2 de febrero, precisamente en Las Gaunas contra el Anguiano. Previamente, habían logrado cinco victorias consecutivas, lo que les permitió asentarse en los playoff e ir escalando posición hasta encasillarse en la tercera posición. A falta de siete jornadas, siguen al acecho del líder, a cinco puntos de distancia del Eibar B y a tres del Arenas de Getxo.