Una imagen de Javier Márquez expuesta en la fachada principal del Ayuntamiento de Santo Domingo presidió el emotivo homenaje que Santo Domingo de la Calzada brindó al joven desaparecido el pasado dos de marzo en la capital riojana. «Prometimos buscarle hasta encontrarle y así ha sido», expresaba la portavoz de la familia instantes después de mantener unos sobrecogedores cinco minutos de silencio.
Momentos antes de las 20.30 horas, la plaza de España recibía un continuo goteo de vecinos de la localidad riojalteña. En los accesos a la plaza consistorial, algunos voluntarios entregaban unos papeles con fotos del joven calceatense presididas por un «siempre contigo, Javi, con tu familia y amigos». En el mismo, se podía leer el mismo lema que en la jornada del miércoles, tras el hallazgo del cuerpo en la margen izquierda del Ebro, distribuyeron por redes sociales: «Ya no te buscamos, porque está aquí, en nuestro corazón, tan dentro, tan para siempre».
En un plaza de España a rebosar, las cinco mil personas, según los datos facilitados por la Policía Local de la localidad, congregadas entorno a Javier mantuvieron unos conmovedores cinco minutos de silencio. Todos los asistentes al unísono alzaron los brazos mostrando los carteles con las imágenes del joven vecino de Santo Domingo. Un momento que no olvidará la familia, ni los amigos, ni un Santo Domingo de la Calzada que vive momentos sobrecogedores.
Cinco minutos de un profundo y emotivo silencio tan solo roto por el llanto de muchos de los asistentes y que se repetían entre los amigos de Javier, fundidos en abrazos sin consuelo. Todos ellos acudieron al homenaje de su amigo con la camiseta de la peña Margubete, de la que era miembro el propio Javier Márquez.
«Nos juntamos por última vez aquí, pero hoy lo hacemos para dar visibilidad al pueblo de Santo Domingo de la Calzada, a los voluntarios que nos habéis dado energía y a todos los que nos habéis llevado en volandas día tras día en la búsqueda de Javier», señalaba Noelia Pascual, la portavoz de la familia evidentemente emocionada y arropada por un tío de Javier, tras los aplausos que pusieron fin al silenció en el que quedó fundida la plaza de España. «No estamos diciéndole adiós -prosiguió dirigiéndose a todos los asistentes- estamos dándole la bienvenida, porque desde hoy (por ayer) Javier va a estar presente en todos y cada uno de nosotros, en todos los que habéis arrimado el hombro a esta familia en uno de los momentos más difíciles de sus vidas».
Pascual insistió en que «ahora prometimos que no le olvidaremos y que vamos a arropar a su familia para que no se sientan solos».
También se dirigió de forma especial a sus amigos que «están destrozados y se culpan de algo que en los que no tienen nada que ver», concluyó.