"Fijar zonas saturadas de pisos turísticos es una posibilidad"

Gustavo Basurto
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Con un amplio catálogo de competencias en su área, el concejal de Urbanismo de Logroño, Íñigo López-Araquistáin, incide en la necesidad de consultar a la ciudadanía antes de iniciar obras y huir de las prisas para inaugurarlas con interés electoral

Íñigo López-Araquistáin, en la Glorieta del doctor Zubía, uno de los proyectos prioritarios del equipo de Gobierno local. - Foto: Carlos Caperos

Un despacho puede decir mucho de la personalidad de quien lo ocupa. Y en el del concejal de Urbanismo, Espacio Público y Ciudad Circular del Ayuntamiento de Logroño, Íñigo López-Araquistáin, un par de cascos de obra en una estantería y un ladrillo sobre la mesa a modo de portalápices dan pistas de que estamos ante un arquitecto. López-Araquistáin apuesta por un urbanismo participativo y no sujeto a plazos ni a prisas 'electorales' y defiende que las controvertidas reurbanizaciones de Avenida de Portugal o Duquesa de la Victoria respetan la movilidad de peatones y ciclistas.   

Hace unos días, anunciaban que la primera fase de la reforma de la Glorieta del Doctor Zubía estará lista en marzo de 2025. ¿Será el proyecto estrella de la legislatura?

Es un proyecto que desde el Partido Popular teníamos muy presente y muy demandado por la ciudadanía por el suelo, que resbala, es incómodo y poco amable. La Glorieta es una zona bastante desconocida desde el punto de vista histórico y patrimonial, porque es el paseo extramuros, ahí hubo un convento de Carmelitas y fue un jardín botánico donde el doctor Zubía enseñaba a sus alumnos; y esa es una referencia que se quiere recuperar. Será uno de los proyectos estrella de esta Corporación.

A su lado está la calle Duquesa de la Victoria y la advertencia del Ministerio de Transportes de retirar fondos europeos por los cambios en el proyecto inicial. ¿El Ayuntamiento devolverá esas ayudas si el Ministerio persiste en su postura?

No me compete a mí directamente; yo me centro en las obras. Lo que puedo decir es que las obras cumplen perfectamente con las bases europeas, con la guía ciclista del Ministerio y la memoria que se presentó para la obra. A veces se confunde un poco diciendo que se ha modificado el proyecto y no es verdad. Para los fondos europeos se presentó (por parte del anterior equipo de Gobierno) un anteproyecto que se basaba en la intervención táctica que hubo antes y en la memoria se establecía que el proyecto sería fruto de esa experiencia táctica. La filosofía del urbanismo táctico es hacer intervenciones rápidas y sencillas para generar un debate entre la ciudadanía y un proceso participativo. Lo que no era lógico es que una intervención a base de pinturas estuviera meses sin abrir un proceso participativo. Lo que se hizo no fue urbanismo táctico, porque no cumple esa filosofía. 

¿Y perciben que la ciudadanía respalda el cambio en el proyecto?

Nosotros abrimos un proceso participativo con vecinos, comerciantes y asociaciones. Con todas las sugerencias recibidas y en cumplimiento de las bases europeas se redactó el proyecto que ahora vemos, que va a buen ritmo y que tiene la aceptación de vecinos, comerciantes y usuarios de la bicicleta. Más allá de falsos debates, para nosotros es fundamental un modelo de movilidad activa en el que cabemos todos, también las bicicletas y el peatón.    

Con la perspectiva de lo ocurrido, ¿se arrepienten de haber eliminado el carril bici en Avenida Portugal?

Para nada. Llevábamos en nuestro programa electoral que revisaríamos intervenciones polémicas y que no habían contado con la participación activa de la gente y tenemos la sana costumbre de cumplir lo que decimos. Esos 300 metros no afectan al eje ciclista y seguiremos apostando por una movilidad ciclopeatonal. Trabajamos en la estrategia Logroño 2050 en un planteamiento de conexión de todos los itinerarios ciclables. Hay falsos debates en los que se quiere ideologizar algo tan fundamental como que Logroño es una ciudad idónea para la bicicleta y nosotros estamos en eso, pero siempre con participación de la ciudadanía. 

También han anunciado el reinicio en 2025 de la reforma de las Cien Tiendas, un proyecto fallido que heredaron de la anterior Corporación. ¿Esta vez será la buena?

Esperamos que sí. He de decir, y soy vecino de las Cien Tiendas, que hay otras zonas de la ciudad que podrían haber sido más prioritarias, pero en esa vorágine de solicitudes de fondos europeos, hubo prisas y electoralismo y la capacidad del Ayuntamiento es la que es, lo que llevó a una obra fallida desde el inicio. Nosotros vamos a presentar el proyecto Logroño 2050 y hemos presentado el de Logroño 1521, que son estratégicos y van más allá de una legislatura. Nuestro concepto del urbanismo es estratégico y va más allá del electoralismo de acabarlo en la legislatura, porque eso lleva al error y a proyectos fallidos como el de las Cien Tiendas.  

¿Y qué harán para no fallar en las Cien Tiendas?

Se están realizando obras en la zona, como el edificio residencial de Maristas, la obra de Duquesa de la Victoria y en los próximos meses se empezará la residencia de Adoratrices y la Glorieta, por lo que entendemos que hay que causar las menores molestias a los vecinos. Para nosotros sería más cómodo empezar todas las obras e intentar llegar a las elecciones con todo terminado, pero el espíritu es que la gente participe y esté cómoda. Aún así, seguramente la obra de las Cien Tiendas pueda estar finalizada antes de 2027, pero no es esa nuestra preocupación. Se ha abierto un proceso participativo para que la gente aporte sus sugerencias. La primera intervención será la calle Beti Jai, que servirá de modelo. Una vez terminadas las conexiones de la Glorieta y Beti Jai, se acometerá el resto por fases, atendiendo al ritmo del resto de obras. 

En el caso de la regeneración de La Villanueva, ¿trabajarán en reformular el proyecto los arquitectos Álvaro Siza y Hernández León, como se apuntó?

Se ha hablado con ellos y se han recogido sus opiniones, pero ya había un proyecto basado en el proyecto original de esos dos arquitectos y entendemos que La Villanueva necesita no estancarse. Hay calles como Los Baños, Travesía de San Roque y San Gil en muy mal estado y nosotros vamos a proseguir. La Villanueva tiene mucha proyección, allí se instalará Bosonit y hay dos parcelas, una de ellas ligada a esa empresa y otra que saldrá a enajenación dentro del plan de vivienda. 

¿Está decidida la ubicación para un aparcamiento subterráneo en esa zona?

Se está estudiando. Hay detectados varios entornos. Se habló de avenida de Navarra, pero es un punto problemático porque por ahí pasa la muralla y se cree que puede haber un río subterráneo. Se estudia también avenida de Viana y todo el entorno. También se están valorando los parkings propuestos para la zona de 1521 y otras, como La Estrella y Cascajos. La prioridad es buscar parkings, de rotación y para residentes en el entorno del casco antiguo. Una buena oferta de aparcamiento puede descongestionar calles y hacerlas más amables ampliando aceras y recorridos ciclables.

¿Bosonit ha presentado ya la petición de modificación del Plan General para hacer su centro tecnológico en Marqués de San Nicolás?

Todavía no, aunque están trabando en prepararla. Ahora, la empresa iniciará trabajos arqueológicos, porque probablemente aparezca algún calado o lagar y según lo que se encuentre, el proyecto se tendrá que adaptar. Entiendo que antes de fin de año puedan empezar esas excavaciones.

¿El Ayuntamiento tiene la garantía jurídica de que ese centro tecnológico, con los 200 empleos anunciados, se ejecutará y que las viviendas en la parcela de Hospital Viejo servirán para alojamiento de profesionales vinculados al mismo?

Sí; de hecho esa es un poco la razón del convenio, que surge de todos los reparos puestos en cuanto a su volumetría y para asegurarse de que una obra de este tipo se realizará para el fin para el que se propone. Ese convenio plasma los compromisos del Ayuntamiento y de la empresa para que ese edificio se adecúe a las exigencias de la Unesco, a la normativa y sea respetuoso con el entorno del Camino de Santiago y ejerza la actividad de uso tecnológico, que será muy beneficioso para activar la economía de la zona. 

¿Ampliar la prohibición de beber alcohol de madrugada en la calle en varias zonas del casco antiguo ha mitigado ya el problema de ruidos?

Ha habido también una intensificación del control policial, con decenas de denuncias todas las semanas, y notamos que van reduciéndose y que está dando sus frutos. 

Y está pendiente la nueva ordenanza de terrazas. ¿Qué planteará?

El primer borrador se presentará este mes y esperamos la aprobación inicial a principios de 2025 y la definitiva, a poder ser, antes de marzo. Se pretende un mayor control de las terrazas, quizás reducción de la superficie y que su tamaño esté más ligado al del local y su aforo. Nos hemos reunido con las asociaciones del casco antiguo y de hotelería para llegar a un punto de equilibrio. También se trabaja en la ordenanza de ruidos y la cívica, en lo relativo a sanciones y toda la normativa en torno al ocio nocturno, en cuanto a insonorización, etc.

Usted dijo que el Ayuntamiento estudiaría medidas urbanísticas para controlar la proliferación de pisos turísticos. ¿Sabe ya cómo se hará?

Las licencias de pisos turísticos competen a la Comunidad y las únicas competencias del Ayuntamiento son de tipo urbanístico. El anterior equipo de Gobierno hizo una modificación en 2021 para limitar su instalación a primeros pisos y bajos y se ha demostrado que aún así en determinadas zonas, sobre todo el casco antiguo, hay una alta concentración de pisos turísticos, lo que puede provocar problemas de gentrificación o exceso de turistificación. El turismo no es negativo, pero un exceso puede echar a los vecinos del barrio y el casco antiguo, ante todo, es barrio.

Podemos pidió en el pleno una moratoria a la concesión de licencias.

Eso es complejo, porque hay que cumplir la ley de libertad de mercado y habría que argumentarlo con razones imperiosas de interés general. Todavía no tenemos datos suficientes para armar una argumentación potente que no sea recurrible, por lo que estamos trabajando en esa recopilación. Hay una preocupación y tiene que haber alguna normativa que zonifique y restrinja este tipo de actuaciones en determinadas zonas del casco antiguo. 

¿Delimitando zonas saturadas?

Esa es una de las fórmulas que estudiamos. Hay varios modelos que se están planteando en otras ciudades y una de ellas es la declaración de zonas saturadas.

¿Se tomará ejemplo de lo que han hecho otras ciudades?

Una de las ciudades de las que más referencias tengo y con las que estoy en contacto es Madrid. Creo que en los próximos meses, en la medida en que vayamos teniendo datos y desarrollando normas urbanísticas, Logroño se irá pareciendo bastante a lo que se está haciendo en Madrid. 

¿Cómo va la delimitación de la zona de bajas emisiones?

Esto viene determinado por normativa y ley española es más restrictiva que otros países europeos. Pero hay que verlo como una oportunidad. La zona de bajas emisiones no es por sí misma una restricción a la libre circulación de vehículos; en Logroño estamos trabajando para que sea una medida en positivo, que fomente otros modelos de movilidad, que deberá ir acompañada de mejora del transporte público, con un nuevo contrato en 2027 que contemple la electrificación, y nuevos aparcamientos públicos, lo más consensuada posible y que no afecte a vecinos y comerciantes. Queremos trabajarla desde un proceso muy participativo y nunca impositivo. 

Pero aún con todo eso, alguna restricción tendrá que haber para los vehículos más contaminantes.

Sin duda. Se delimitará una zona en la que habrá ciertas restricciones. Habrá medidores de calidad del aire en la zona ZBE y pantallas que marquen las restricciones de tipo horario o según los indicadores de calidad ambiental de cada momento y del tipo de etiqueta de cada vehículo. En principio, vecinos de la zona o invitados podrán entrar incluso sin etiqueta; a partir de ahí el que no tenga etiqueta no podrá entrar o el que sí pueda, deberá ir directamente a un parking. Hay que ser honestos y decir que habrá ciertas molestias, pero queremos que sean las menores posibles y que se entienda bien lo que es una ZBE.

 

¿Cuándo funcionará?

La primera implantación sería, en principio, en 2025. A lo largo de la primera mitad del año se desarrollará la ordenanza y se delimitará la zona y en la segunda se aplicará. 

¿En esta legislatura se desbloqueará el plan Ramblasque?

El carril bici está prácticamente resuelto. En cuanto al plan, se mantienen reuniones con la Junta de Compensación para determinar el desarrollo de la zona. Es un sector tan gran que podría tener casi la misma población que Lardero y por tanto hay que pensar muy bien qué viales, dotaciones y alturas y densidades acordes al entorno habrá y en eso se trabaja. Creo que podríamos empezar a ver el inicio de Ramblasque antes de que termine la legislatura. 

En el entorno de Avenida Burgos se está construyendo mucha vivienda, pero aún quedan industrias. ¿Se agilizará el traslado de empresas?

Son zonas de reconversión en las que los propietarios se tienen que poner de acuerdo y el Ayuntamiento lo que puede hacer es fijar criterios y dar facilidades para que las empresas se puedan localizar en otros puntos y para eso es importante la mejora del polígono Las Cañas y el desarrollo del Plan General, que fijará posibles crecimientos de suelos industriales. La urbanización depende de los propios propietarios y parece que esto se está moviendo, también en Lobete y otras zonas.

En avenida de Lobete hay un proyecto de urbanización que, en parte, debe costear el Ayuntamiento. ¿Hay plazo para ejecutarlo?

Está bastante avanzado y creemos que en esta legislatura se podrá empezar parcialmente, porque además está la conexión de Baltasar Gracián con el sector Piqueras. 

La tragedia de la DANA ha puesto el foco en las zonas inundables. ¿En Logroño hay riesgos?

Hay una zona potencialmente inundable, que es el barrio de El Campillo, aunque hay que tranquilizar a la gente, porque no existe un peligro como en Valencia. Cuando se construyó la carretera y la rotonda se cortó el cauce natural de la escorrentía que baja del barranco de Oyón. En caso de una gran tormenta, ese barranco, que debería desembocar en el Ebro, se corta y acaba metiéndose en el barrio. Las construcciones que se hacen cumplen la normativa de zonas inundables, pero es prioritaria una infraestructura hidráulica para reconducir esa escorrentía y hace poco hemos aprobado la asistencia técnica. Esperamos que en 2025 esa obra esté solucionada. En la zona sur no hay riesgo de inundación, pero sí de aglomeración de agua; tenemos un proyecto para hacer un corredor ciclopeatonal que servirá de interceptor del exceso de lluvias.