La Rioja se salva de la sangría de alumnos que afecta de forma generalizada a la totalidad de comunidades autónomas ante un descenso de la natalidad que año a año hace mella, fundamentalmente, en los primeros cursos educativos. Eso sí, la educación riojana se salva pero con matices. Los últimos datos publicados a mediados del pasado mes de septiembre por el ministerio de Educación sitúan a La Rioja entre las once regiones españolas que incrementan su número de alumnos a lo largo de la última década. Los algo más de 57.000 estudiantes de enseñanzas no universitarias que Educación otorga a la Comunidad suponen un aumento del 5,4% del número de estudiantes, incluso por encima de la media del conjunto del país.
Un dato positivo que analizado por etapas educativas proyecta otra realidad muy diferente. Según el viceconsejero de Educación del Gobierno regional, Miguel Ángel Fernández, este aumento procede fundamentalmente de la inmigración y de alumnos procedentes de otras comunidades autónomas» que se incorporan al sistema educativo riojano en cursos avanzados.
De hecho, el descenso de la natalidad «se nota en el presente curso y por primera vez en el primer curso de Secundaria». No es aún demasiado notable un descenso de alumnos que oscilará entre el 0,9% y el 0,3%, según los datos de la Consejería, «pero que marca ya una tendencia a la baja, por primera vez» en el ámbito educativo de la Comunidad.
Los porcentajes permiten trazar una radiografía progresiva de la situación. El presente curso que acaba de arrancar registra 134 alumnos menos de escolares de 3 a 6 años que en el precedente, un 1,85% de descenso; en Primaria, el descenso es del 2,56%; y a falta de los datos definitivos, en Secundaria se moverá entre el 0,9% y el 0,3%, en cualquier caso por debajo del 1% en un contexto en el que «aún se trata de cifras vivas», matiza Fernández.
Otro dato que aporta una perspectiva a las consecuencias del descenso de la natalidad. «En la última década son alrededor de setecientos alumnos menos de nueva entrada sobre una estimación total de unos tres mil». Dicho de otra forma, el progresivo descenso de la natalidad supone que La Rioja ha perdido en diez años un tercio de los alumnos de la primera etapa y se deja sentir ya en Secundaria.
El fenómeno migratorio. Unos datos que se compensan, tal y como insiste el viceconsejero de Educación, los alumnos procedentes de otras comunidades autónomas y la llegada de inmigración. En este sentido, y según los datos publicados por el ministerio de Educación este pasado mes de septiembre, el número de alumnos inmigrantes superó el 17% en el ámbito de la Comunidad autónoma a lo largo del pasado curso, la segunda con mayor porcentaje tan solo detrás de Baleares.
Un contexto que, sin datos aún del presente curso escolar, ratifica también Miguel Ángel Fernández. «La Rioja tiene mucho alumnado inmigrante». Es precisamente uno de los motivos por los que el resultado global de alumnado no universitario en La Rioja crece. El otro motivo fundamental reside en la movilidad laboral de los padres, según los argumentos esgrimidos desde la consejería de Educación del Gobierno regional.