La caminata más sinuosa de FAL

El Día
-

La firma de calzado de seguridad y de las famosas Chiruca, fundada en 1965 por Manuel Abad, es el estereotipo de la pujante industria arnedana hecha a sí misma. Hoy se enfrenta al reto de resurgir del fuego devastador

Trabajadores y vecinos de Arnedo observan con estupor el devastador escenario dejado por las llamas. - Foto: Ingrid

Uno de los lemas de la empresa (Más de 50 años caminando juntos) podría aplicarse perfectamente a la relación de la empresa FAL con Arnedo. El malogrado fabricante zapatero, puntero en los sectores de calzado de montaña y de seguridad, que en la madrugada del pasado viernes veía con estupor cómo sus instalaciones del polígono El Raposal quedaban totalmente destruidas por el fuego, es una de las firmas señeras que han hecho de la ciudad riojabajeña marchamo de calidad en todo el mundo por la calidad de su calzado. 

Como comentaba el alcalde, Javier García, a pie de la fábrica destruida por el fuego, «no hay arnedano que no conozca FAL, no haya trabajado en la empresa o no tenga algún familiar o conocido en ella». 

Con las naves aún humeantes y los bomberos afanándose por terminar de apagar los rescoldos, el grueso de la plantilla y un sinfín de vecinas y vecinos de la ciudad del calzado se concentraron de forma espontánea a las puertas del complejo fabril, en un ambiente de tristeza, consternación y preocupación. 

Entre esa muchedumbre, algunos con las mejillas humedecidas por las lágrimas, trabajadores que llevan más de 40 años en una empresa que ahora tiene el reto de resurgir de sus cenizas.  «No se ha salvado nada», resumía la situación el viernes Manuel Abad, uno de los propietarios, sin apenas poder relatar mucho más, abatido por la «rabia y la impotencia».

Por delante queda ahora la tarea de afrontar la reconstrucción, un ERE para la plantilla, formada por 130 trabajadores, y la incertidumbre también para pequeños talleres que realizaban trabajos externalizados. Un reto colectivo también para Arnedo, porque FAL es una de las industrias con nombre propio en la historia del calzado local. La compañía, fundada en 1965 por Manuel Abad Sáenz y que hoy dirigen sus hijos, es un referente nacional e internacional en el diseño y fabricación de calzado de seguridad, de trabajo, montaña y caza. 

En casi seis décadas, ha pasado de una pequeña nave con una decena de obreros a producir 6.000 pares de zapatos al día y de convertirse en uno de los mayores exportadores de calzado outdoor y de seguridad, con presencia en 42 países.

Solo el renombre de Chiruca, las archifamosas botas de montaña españolas de toda la vida, da idea ya de la proyección de la firma riojana. FAL comenzó a fabricar las Chiruca en 1987 bajo licencia de la por entonces aún marca catalana, para adquirirla en 2003 y convertirla en líder especializado en caza, trekking, alta montaña y aventura.

Como otros ejemplos de la pujante industria zapatera arnedana, FAL surgió del carácter emprendedor de trabajadores locales que iniciaron su propia aventura industrial partiendo de cero. Y ese espíritu le ha llevado a no parar dar de dar pasos, como cuando en 1995 incorporó a su productos el famoso tejido Gore-Tex o, tres años después, al crear su línea de calzado de seguridad, que hoy equipa a policías, guardias civiles, bomberos, trabajadores de la construcción y a un sinfín más de sectores. 

Como el bosque plantado por la empresa en Bergasa, con 25.000 árboles para compensar su huella de CO2, FAL tiene ahora el reto de preparar el terreno para rebrotar en una tierra de luchadores.