El sector apícola de COAG ha puesto en marcha una campaña de sensibilización para fomentar la compra directa de miel a los apicultores y apicultoras españolas. «Ante el fraude masivo detectado por las autoridades europeas en las importaciones de miel, comprar directamente a los apicultores o a través de canales cortos de comercialización y pequeño comercio es la mejor garantía de autenticidad y calidad de la miel», ha declarado Pedro Loscertales, responsable de sector apícola de COAG. «Esta compra responsable permite, además, una correcta polinización de nuestra rica y variada flora silvestre y de nuestros cultivos; y genera empleo y actividad económica en nuestras zonas rurales», ha apostillado.
Para ello, el sector apícola de COAG desarrollará actos promocionales por las distintas comunidades autónomas, al tiempo que difundirá entre la ciudadanía un listado con decenas de apicultores y apicultoras profesionales de toda España que hacen venta directa, que se irá actualizando periódicamente (www.coag.org/apicultura).
Y es que el último informe publicado por la Comisión Europea junto con la OLAF (Oficina Europea de Lucha contra el Fraude), el JRC (Centro Común de Investigación de la Unión Europea) y la DG SANTE (Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea), en el que se presentan los resultados de un plan de controles llevado a cabo en frontera a cientos de importaciones de miel durante 2021 y 2022, es demoledor: un 46% de las muestras europeas analizadas fueron fraudulentas y un 66% de las empresas importadoras controladas tuvieron, al menos, un resultado positivo. En el caso de España, los porcentajes se elevan a un 51% de importaciones con producto fraudulento y un 85% de importadores con, al menos, un resultado positivo.
COAG lanza una campaña para fomentar la compra directa de mielCOAG lleva años haciendo un seguimiento exhaustivo del mercado de la miel y las importaciones realizadas por la industria española y europea, y advirtiendo de que el precio de determinados productos importados y comercializados en España es incompatible con su etiquetado como «miel» en el mercado. Esta investigación de la Comisión viene a confirmar las sospechas y advertencias de la organización: que la presencia masiva de siropes y sucedáneos de miel llevan años distorsionando el mercado y presionando artificialmente los precios de la miel española a la baja. «Esta es una realidad inasumible para un sector que está apostando, cada vez más, por las producciones sostenibles y de calidad, así como por adaptarse a unos efectos del cambio climático devastadores para las abejas y para nuestra actividad», ha declarado el responsable de sector apícola de COAG.
«Todo el mundo sabe, a estas alturas, que los países europeos (o, mejor dicho, sus grandes industrias importadoras y empresas de distribución alimentaria) llevan décadas importando un producto que, en su mayoría, no es miel. Este producto, que las empresas compran a un precio tan bajo que lo convierte en incompatible con la posibilidad de que se trate de miel, se mezcla, envasa y vende en gran volumen en los lineales de nuestros supermercados, hipermercados y grandes superficies identificado como miel y, en su inmensa mayoría, bajo marca blanca», ha subrayado Loscertales.
Ante este escenario, desde COAG reclaman al Gobierno español y la UE actuaciones para poner coto al coladero que se han convertido nuestras fronteras: en primer lugar, validando rápidamente las técnicas analíticas utilizadas por la Comisión en esta investigación (en la Unión Europea y sus Estados miembros); posteriormente, aumentando los controles a las importaciones en los Puntos de Inspección Fronteriza (PIFS) y creando un Centro Europeo de Referencia para la Miel que permita llevar a cabo las actuaciones necesarias para proteger del fraude a los consumidores de miel y al sector apícola europeo.
A pesar de que en COAG celebran que por fin se vaya a obligar a reflejar en las etiquetas de toda Europa el listado de países de los que proviene la miel comercializada (con sus respectivos porcentajes), en la organización son conscientes de que no pueden esperar que esta modificación de la Directiva de la Miel vaya a solucionar un problema cuya raíz estructural no se está pudiendo o queriendo abordar, tanto por su envergadura (la mitad de las importaciones de miel de la UE son sospechosas de ser fraudulentas, según la reciente investigación 'From The Hives' de la Comisión Europea) como por la complejidad política, técnica y normativa que implica cuestionar el comercio internacional.
Un logro a medias.
Hace apenas unas semanas, la Unión Europea anunciaba un cambio en el etiquetado de la miel. Según la nueva normativa, ahora es necesario detallar, además de los países de origen de la miel con la que se ha hecho la mezcla que viene en el envase, el porcentaje que procede de cada uno de esos países. Se trata de un paso adelante, pero insuficiente para atajar el fraude del que habla COAG ya que las mieles que llegan de fuera de la UE pueden estar ya adulteradas. La apicultura, a pesar de mover mucho menos dinero que otras ramas del sector primario, tiene un papel fundamental en la polinización de cultivos y plantas silvestres y la desaparición de sus profesionales y sus colmenas sería una auténtica tragedia. Por eso es tan importante que se apruebe el uso de los métodos utilizados por la propia Comisión Europea para detectar los fraudes, ya que el nuevo etiquetado no soluciona el problema de los siropes y sucedáneos. Y por eso es tan importante comprar miel que proceda de apicultores españoles, si puede ser, de manera directa.