San Román espera a dos familias con cinco hijos

R. Muro
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Solo un niño de 3 años asiste este año a clase. El pueblo confía en dos nuevas parejas con 2 y 3 hijos en edad escolar

El única alumno del colegio de San Román, tras salir de clase. - Foto: Óscar Solorzano

San Román espera estos días la llegada de dos nuevas familias con tres y dos hijos en edad escolar. Una buena noticias para el municipio camerano y una grandísima noticias para el colegio que ha iniciado el presente curso escolar con un solo alumno de tres años. De momento, tal y como adelante Alfredo Santolaya, ayer mismo le confirmó una de las familias su decisión de trasladarse a la localidad camerana. Proceden del municipio navarro de Olite, son de origen latino y llegan con dos hijos de 6 a 8 años. «Calculamos que en unos quince días estarán ya aquí», detalla Santolaya.

En estos momentos «están resolviendo lo correspondiente al traslado, como la fianza del piso en el que vivían en alquiler». 

Una vez lleguen a San Román, el Ayuntamiento les habilitará el albergue municipal hasta que «concluya la reforma de unos apartamentos privados que están ya a punto», señala el primer edil camerano. Se trata de unos apartamentos de titularidad privada pero «el dueño ya ha dicho que adecuará los precios al pueblo. Es decir -prosigue Santolaya- no será un precio elevado».

Otros tres a la espera. La otra familia que ha comunicado al Ayuntamiento del Camero Viejo se encuentra actualmente en Zaragoza. Son de origen rumano con tres hijos de tres, siete y diez años. Un pequeño contratiempo de salud ha retrasado el traslado pero Santolaya confía en que llegarán. «Hasta el momento no nos han dicho que no», apostilla. La idea es que, en el caso de que finalmente lleguen, puedan alquiler un apartamento hasta que «estén concluidos los otros». 

Desde San Román, sin tener la capacidad de poder ofrecer trabajo a las nuevas familias, son todo facilidades. El colegio podría contra con hasta seis alumnos de diferentes edades e incluso uno de ellos de la misma edad del actual.

El pequeño salía ayer del aula hacia las 14 horas. «Está encantado», traslada Francisco, que acude a recoger a su hijo para regresar a Ajamil, a siete kilómetros del centro escolar y donde reside la familia. Previsiblemente tendrá cinco nuevos compañeros, dos parece que ya seguro, llegó a decir a su progenitor que «él estaba bien así, que no quería más alumnos». Y su padre está igual de contento. «Siempre te dicen que estar solo es un problema para socializar, pero él (por su hijo) está bien». De hecho, desprende alegría con solo verlo.