"Tenía la cara descompuesta, como de un psicópata"

El Día
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Uno de los procesados por el caso Cuzcurrita dice que el otro acusado golpeó contra un mueble a Guillermo Castillo y, después, no sabe qué hizo con el anciano, pero antes de irse de la casa vio sangre en el suelo y también en la ropa de su compañero

Los dos acusados, en la primera sesión del juicio. - Foto: Óscar Solorzano

Uno de los presuntos asesinos del hostelero Guillermo Castillo ha declarado este martes que durante el asalto a la casa del fallecido el otro acusado tenía "la cara descompuesta, como de un psicópata".

Este procesado, de 39 años, ha completado su declaración en la segunda jornada del juicio con tribunal popular que se celebra en la Audiencia Provincial por el crimen, en la madrugada del 2 de mayo de 2023, de Castillo, de 78 años y quien regentaba un restaurante en Cuzcurrita del Río Tirón, informa Efe. 

Este acusado ha explicado que, cuando llegaron a casa de Castillo para pedirle dinero, el otro procesado, de 54 años, se encaró con él con una navaja y "cara de psicópata".

"Me quedé bloqueado. En ese momento no contaba con esa reacción, fue apartarme y él se abalanzó sobre Guillermo", ha relatado.

Mientras él registraba la casa de Castillo, ha dicho que el otro procesado golpeó contra un mueble a Castillo y, después, no sabe qué hizo con el anciano, pero antes de irse de la casa vio sangre en el suelo y también en la ropa del otro.

De vuelta en el coche, ha explicado que ambos fueron a Lardero a comprar droga a casa de un traficante y, allí, el otro se cambió la ropa manchada.

Marcos García Montes, abogado que representa a la hija de Castillo como acusación particular, se ha encarado varias veces con el acusado durante el interrogatorio, ya que sostiene que hubo una tercera persona implicada en el crimen, cuestión que ha negado este procesado.

"Vamos a centrarnos porque usted me quiere liar", ha respondido el procesado a varias preguntas de García Montes, a lo que el letrado le ha replicado "aquí las preguntas las hago yo".

En la vista se ha reproducido una conversación telefónica de este acusado con su pareja, con quien residía en Pradillo, cuando se enteraron de la muerte de Castillo.

Ella le dijo, en alusión al otro acusado, "que tenga la boca cerrada, con tal de librarse él es capaz de decir que habéis matado al papa", sobre lo que este procesado ha dicho que se refería a que podría perjudicarle al estar en tercer grado penitenciario.

El fiscal pide a ambos acusados sendas penas de 27 años y 9 meses de cárcel como presuntos autores de los delitos de asesinato con alevosía y ensañamiento y de robo con violencia; y la acusación particular que ejercen los dos hijos del fallecido piden 38 años o prisión permanente revisable por los mismos delitos, más otro de organización criminal.

Por su parte, las defensas de los dos investigados han negado su participación en los hechos y, en caso de condena, la del acusado de 39 años asumiría un homicidio imprudente o atenuado por drogodependencia.