Patxi Freytez (Pamplona, 1967) lleva desde los 18 años en Madrid aunque aLaRioja siempre vuelve. Sus raíces maternas saben a vino; las paternas son venezolanas (con mezcla irlandesa) aunque, por si no lo saben, si Patxi se tiene que definir no le cuesta hacerlo como «bolivariano». Más allá del guiño ideológico, lo cierto es que pasó sus dos primeros años en Venezuela antes de regresar a la península.
Abandonó Logroño para estudiar arte dramático, actividad que compaginó con estudios de Ciencias de la Información en la Complutense. Es más, trabajó en la SER«allá por laPrimera Guerra del Golfo». 1990-91 por si alguien precisa referencia cronológica.
Su afición por el periodismo duró casi tanto como la Tormenta del Desierto. Lo que realmente le apasionaba eran las tablas. «El teatro es lo que siempre me ha gustado», reconoce. Su pasión le empuja a buscar la cuarta pared pero sabe que la«repercusión» está en el cine y el «dinero» en la televisión. Su debut en pantalla grande llegó con A los que aman, de IsabelCoixet, que hace nada ha rodado en Nalda. A la televisión, por su parte, le debe la repercusión de papeles como Jero (Ellas son así) o Mikel Miralles (El Comisario).
En mente tiene varios proyectos «que es mejor no mentar hasta que estén firmados». De momento, sigue de gira con Juanjo Artero interpretando Entre copas (novela de Rex Pickett oscarizada gracias a la dirección de Alexander Payne) aunque hace poco le pudimos ver en Canales de la Sierra interpretando Los girasoles ciegos, libro de relatos de Alberto Méndez que en 2008 fue llevado al cine con otro riojano, Javier Cámara, en el reparto. En el histórico teatro canaliego pone en escena el segundo relato de los que conforman la obra, intitulado 1940. Manuscrito encontrado en el olvido, «en mi opinión el más conmovedor de los cuatro».
Se reconoce, como tantos compañeros de profesión, «de izquierdas» aunque sabe que actores y actrices de derechas haberlos haylos. «Aunque poquitos», relativiza sin acritud. «¡Y me llevo bien con ellos, que conste!», acota.
Hiperactivo en redes sociales, no le niega una réplica, teatral o virtual, a nadie. «Bueno, sí», corrige, «con quien no puedo discutir es con quien es de ultraderecha». «Y que conste que creo que todo el mundo puede expresar su opinión, sea cual sea, pero no considero que todas las opiniones sean respetables», agrega. Reconoce que España tiene un problema con su derecha, «porque la alemana, por ejemplo, es abiertamente antifascista mientras que la nuestra es heredera directa de la dictadura».
Volviendo al terruño, a lo local, no le duelen prendas al afirmar que «los riojanos somos muy conservadores, pero eso no quiere decir que sea malo» pese a que lamenta «el error y horror» de suprimir el nombre de Almudena Grandes en la Biblioteca de La Rioja(recomienda la adaptación de La madre de Frankenstein para quien pueda pasarse por el María Guerrero), subraya que «Logroño se ha modernizado». «Tiene un nivel cultural fantástico», completa mientras pondera la «impresionante» programación teatral del Bretón realizada, en las últimas décadas, por Jorge Quirante.