"La metalistería es un trabajo más 'dinámico'"

El Día
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Este joven carpintero metálico prefiere moverse entre aluminio que hacerlo en bodegas o entre fogones, su hábitat natural antes de enrolarse en el taller de Metal Rioja

Pablo Tovar - Foto: Ingrid

Aunque el refrán popular sanciona que hay más tontos que ventanas, para el gremio de los carpinteros metálicos nunca hay suficientes ventanas.

Pablo Tovar (Logroño, 2000) arribó al mundo de la metalistería hace algo más de un año y, entre aluminio, se desenvuelve a las mil maravillas.

Antes de entrar en el taller de MetalRioja, empresa dedicada a la elaboración de ventanas, cerramientos y reparaciones, este jovencímo logroñés trabajó entre fogones pero también en bodegas. Sin embargo hubo de esperar a ingresar en el Polígono de Cantabria para alcanzar una cierta estabilidad. «Hice un grado y comencé trabajando en cocinas. Por así decirlo, es un trabajo de batalla, sin pausa, frenético.La metalistería es mucho más 'dinámica'. Personalmente me gusta más esto aunque entiendo que haya gente que no lo vea así».

Llegó a la carpintería metálica gracias a su otra pasión, el boxeo. «El que es ahora mi jefe es amigo de mi entrenador y en cuanto hubo un hueco en el taller me dijo de probar. Me gustó y aquí sigo», informa.

Su trabajo es tan dúctil como lo es el aluminio. Las tareas en el taller «son amenas y no excesivamente físicas». Lo afanoso llega durante el montaje. «Las salidas para montar sí que nos exigen. Hay veces que la ventana no cabe por el ascensor y hay que subirlas a pulso». Eso requiere músculos, de acero, y trabajo en equipo.

Las tareas de taller son 'sencillas' y se reducen a máquinas de corte de aluminio, copiadoras y troqueladoras. Para fabricar una ventana, corriente, hay que invertir «un par de horas, más o menos». Los vanos más complejos exigen mucha más dedicación.

Aunque el mercado de la construcción está sujeto a numerosos vaivenes, está claro que el noble oficio de metalistero, que arrancó allá por la Edad de Bronce, sigue teniendo, más de tres mil años después, mucho futuro por delante.

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