17 de marzo. La banda izquierda de Las Gaunas, esa que tantas veces había visto a Iñaki Sáenz recorrerla de abajo a arriba sin cesar, veía como su capitán caía desplomado sin ningún rival y abandonaba el partido frente al Barakaldo ayudado del médico y utillero de la UD Logroñés sin poder apoyar su pie derecho. Dos días después, se confirmaban los peores presagios: el capitán se había roto el tendón de Aquiles.
¿Qué recuerda del momento de la lesión?
No fue doloroso. No me dolió, noté una especie de patada por detrás como me pueden dar en cualquier partido. Miré para atrás, vi que no había nadie y pensé que me había roto el sóleo, o algo así, un tema muscular. Ojalá hubiera sido así. De ese día, me duele más a nivel mental y emocional la frustación de no poder ayudar al equipo, que el dolor físico, la operación y el postoperatorio. En ningún momento sentí sufrir una lesión dolorosa, sí aparatosa. Pasas de ser una persona funcional a ser completamente dependiente de alguien.
¿Cuándo sabe que está roto?
Me lo dicen en el banquillo. Me hacen una prueba determinante (test de Thompson) en el gemelo y se tiene que contraer el pie si está todo bien. Ahí me lo dejaron caer, pero ahí no lo quieres ver. Desconfías de todo el mundo: '¿Cómo va ser eso? Anda'. Pero se vio bien desde el principio y se confirmó con la resonancia.
Iñaki Sáenz se retira lesionado, ayudado por Chema Urraca y Aarón Ruiz, en el partido frente al Barakaldo. - Foto: Óscar Solorzano.En su tercer mes de lesión, renueva para esta temporada con la UD Logroñés.
Tenía contrato si se hubiese ascendido a Primera RFEF, pero me renovaron independientemente del final que tuviese la temporada. Es de agradecer enormemente porque afrontas la lesión con otra tranquilidad y te centras en recuperarte bien y ayudar al equipo cuando te toque.
¿Tuvo miedo de no poder volver?
El mayor miedo de esta lesión y el que hemos afrontado desde el principio es una recaída por precipitación. Querer forzar los tiempos y por no cumplir los plazos, tener una recaída. Tuvimos que ser claros: yo con mi edad, estar otros 10 meses parado sería definitorio para mi carrera. Lo afrontamos con mucha claridad desde el principio. Aprovechando que no íbamos a correr ese riesgo, creo que hemos hecho una muy buena readaptación desde todas las facetas posibles: fisioterapeutas, readaptación con Ander Dulce que ha estado conmigo desde el primer día… hemos sido cautos y seguido los pasos para hacer todo sobre seguro.
Aparte de lo obvio, ¿cambió en algo su rutina?
No he cambiado nada. Siempre he estado muy ligado al deportivo y he seguido cuidándome como lo he hecho siempre. Es cierto que te cuidas un poco más porque luego no desgastas, pero creo que una alimentación correcta hace que la recuperación sea óptima.
Iñaki Sáenz, el 17 de marzo en el banquillo. - Foto: Óscar Solorzano.¿Se planteó la retirada?
Nunca. Primero porque mi forma de ser no es así, pero sobre todo porque estoy en el club de mi vida. He tenido mucha gente alrededor que me ha mostrado mucho cariño y en cierto modo, era una forma de agradecerle todo ese cariño y esos ánimos que me han dado. Tenía que luchar por volver y por volver bien, por mi familia, mi mujer, mis hijas, el club, Félix Revuelta, los periodistas, los aficionados… todos han tenido buenas palabras en todo momento hacia mí y esos mensajes de ánimo y querer que volviese. Una forma de agradecer eso es volver, porque yo también tengo muchas ganas de jugar con la UD Logroñés.
¿Le preocupa no volver al mismo nivel?
No. Porque si antes tenía ilusión por jugar un partido más con esta camiseta, imaginate diez meses después de no poder ponérmela, perdiéndome partidos importantes como los del playoff del año pasado o históricos como los que se han vivido esta temporada en Copa del Rey. Esta ilusión que tengo es la que me va a hacer volver a ser yo y recuperar el nivel al que estaba. Y sobre todo, a poder disfrutar del fútbol con esta camiseta.
¿Asume un cambio de rol?
No he tenido nunca problemas en ser suplente. Siempre que no he jugado, nunca he tenido malas caras. Entiendo las decisiones que toma el entrenador desde el minuto uno. Si esta semana no tengo que ir convocado porque las opciones son otras, o el míster decide que hay que buscar otras soluciones, habrá que seguir trabajando porque ya llegará mi momento. Yo quiero seguir disfrutando el día que vuelva, si es este domingo, perfecto, pero quiero dar nivel y poder aportar al equipo, que es lo que necesitamos todos en realidad.
¿Cómo imaginó su vuelta?
No me había hecho películas. Lo bueno que he tenido es que nadie me ha obligado a llegar a ninguna fecha. Todo ha sido muy fluido. Ha habido etapas de la lesión que se han quemado más lentamente y otras que se han ido volando. Sin saltarnos ningún proceso, este domingo ha sido el momento ideal. Llevaba varias semanas entrenando con el equipo, un par de semanas siendo uno más y Sergio decidió que estaba para ir convocado. Yo fui el tío más feliz del mundo por entrar en una convocatoria, poder ponerme unas espinilleras y poder estar en un banquillo. Era un niño con zapatos nuevos, un chico en su primera convocatoria con el primer equipo, como si me hubiesen subido desde el filial.
¿Y qué imagina este domingo en Las Gaunas?
Puff (Ríe). Ganar. Solo quiero ganar. Quiero que el equipo esté como el domingo, que salga con la misma fuerza e impetú que en Zaragoza para completar un buen partido. Si tengo la posibilidad de jugar, ideal, volver a Las Gaunas, a mi casa, agradeciéndoles a todos los que han estado ahí cuando no he podido estar yo.
Ahora… ¿el siguiente objetivo es jugar con la UD Logroñés en Primera RFEF?
Ojalá. Para mí todo son objetivos. Es jugar en Primera RFEF y después devolver al equipo a Segunda. Mis objetivos son claros y voy a estar hasta que el cuerpo aguante o el club decida no contar conmigo. Voy a ir quemando etapas como he hecho hasta ahora, haciendo una buena readaptación y una buena puesta a punto, que ahora es lo que toca. Para mí cada partido con la UD Logroñés es especial, y si es en Primera RFEF, mejor.