feli agustín / logroño
Dos nombres propios, Barbie y Oppenheimer, fueron sin duda los grandes protagonistas de la actividad cinematográfica del año pasado y fueron pieza fundamental para que por tercer año consecutivo la taquilla de los cines riojanos creciera.
Con un aumento del 21,9%, fueron 459.000 espectadores los que acudieron a las 36 salas de La Rioja y dejaron en sus taquillas 2,56 millones de euros, un 25,1% más que en 2022. Este es el principal incremento en tres años, aunque sigue lejos de los 3,81 millones de recaudación de un «muy buen» 2019, año en el que 698.000 riojanos acudieron a la proyección de El rey león, Joker, Los vengadores o Padre no hay más que uno. En esta diferencia de recaudación han podido influir varios factores, como la reducción de pantallas, que han pasado de 46 a 32, o las obras en los cines Yelmo-Berceo, que se prolongaron durante siete meses.
El crecimiento de espectadores riojanos ha sido algo inferior al de la media nacional, un 26% mas que en 2022, aunque la diferencia en todo el país respecto a la cifra media de asistencia antes de la pandemia, 2015-2019, es del 24%.
No obstante, los exhibidores están satisfechos con el comportamiento de los espectadores, que se han visto atraídos a los cines por la recuperación total de la normalidad, las promociones, como el bono cultural joven o el cine senior, y el fenómeno Barbenheimer.
«Ha mejorado considerablemente, hemos recuperado la total normalidad; 2020, 2021 y 2022 fueron muy difíciles para los cines debido a las restricciones y los cierres», señala Alfredo Cordero, gerente de los cines 7 Infantes de Logroño, que reconoce que no se han recuperado las cifras prepandemia, aunque señala que se van acercando y estima que, en su caso, la diferencia con respecto al periodo precovid se reduce a «un 10 o 12%».
En esta impresión coincide Daniel Bielsa, gerente de los Yelmo- Berceo, que señala que 2023 fue un año «mejor» y constata que desde la pandemia «se ha remontado poco a poco», una mejoría a la que entiende que han contribuido los grandes estrenos del año pasado, Barbie y Oppenheimer. «La gente viene a ver películas y este año ha habido buenos estrenos que han ayudado a atraer más público», anota Bielsa, que apunta que se han visto condicionados por el periodo de obras de remodelación en sus cines, en los que se cambiaron las butacas, que son reclinables de manera eléctrica, se añadió una zona junior, con tobogán y sala de juegos, y se ha dotado a una sala con 18 altavoces más que las otras.
A esta recuperación también han contribuido las promociones del bono joven cultural y, particularmente, coinciden los responsables de las salas, el Cine senior, que permite a los mayores de 65 años ver películas en pantalla grande por 2 euros, y que alegró las taquillas los martes. «Son estímulos para que la gente venga al cine, pero no creo que haya que pagar para que la gente consuma cultura, que debe ser un bien accesible y asequible para todos», entiende Cordero, que en los cines que dirige mantiene en martes y miércoles Día del espectador. Reserva los jueves la oferta en versión original y, a pesar de que realiza proyecciones matinales con carácter excepcional -este fue el caso del viernes- no lo hace de manera habitual.
Caso diferente es el de los Yelmo, que celebra el miércoles el día del espectador, y desde noviembre proyectan las mañanas de domingos y festivos películas de todo tipo, no solo infantiles. «Empezó poco a poco, pero se va animando», relata su gerente.
Las plataformas. Unas de las grandes beneficiadas durante la época pandémica fueron las plataformas de servicios audiovisuales, que experimentaron una notable progresión. «Han venido para quedarse y convivimos con ellas», reflexiona el responsable de los cines 7 Infantes, que argumenta que los cines ofrecen una experiencia diferente. «Depende la película, hay gente que prefiere verla en el sala que en una plataforma», apunta.
«Con la pandemia parecía que iba a ser el final del cine, y todo lo contrario», señala Bielsa, que recuerda que las plataformas llegan a acuerdo con exhibidores para estrenar sus películas en pantalla y contar «con una ventana de proyección, aunque sea más corta que un filme habitual».
Uno de estos casos es La sociedad de la nieve, película española producida por Netflix, que su director, Juan Antonio Bayona, insistió en que se proyectara en cines con buen criterio porque, según confirma el responsable de 7 Infantes, ha tenido «un gran número de espectadores» a pesar de estar ya disponible en la plataforma.
Algo similar le ha ocurrido a Napoleón, señala su colega de los cines Berceo, que recuerda que, producida por Apple, ha funcionado «muy bien» y se ha mantenido largo tiempo en cartelera a pesar de poderse visionar en la plataforma.
En este contexto, Bielsa menciona a Avatar: El sentido del agua, de estudios Disney -se estrenó el 16 de diciembre de 2022 en cines y el 7 de junio de 2023 en Disney+-, la tercera película más taquillera de la historia y fue la tercera que más recaudó en las salas españolas el año pasado. «El cine es también una buena fuente de ingresos para las plataformas», concluye.
Los nuevos hábitos. Alfredo Cordero, gerente de las salas 7 Infantes, estima que los hábitos de los espectadores han cambiado y apuestan sobre los pases de tarde sobre los de noche, aunque confirma que el sábado sigue siendo, al igual que en los Berceo, el día estrella.
Su gerente señala el importante incremento de ventas a través de canales digitales, y apunta que a los pases más tardíos de viernes y sábado «suele venir gente» en función de las épocas, una presencia que se anima durante el verano.
El responsable de 7 Infantes constata la ingente oferta de contenidos disponible a través de redes sociales, con una «combustión muy rápida», que detectan en la menor duración de la cartelera de las películas, cuya vida media se ha reducido a la mitad.