Una buena organización es clave para dar un buen servicio, y el Servicio Riojano de Salud está adoptando esta mecánica en algunas de sus unidades.
La unidad de neurología es una de ellas, ya que el pasado año inició una mejora del proceso asistencial de esclerosis múltiple mediante la metodología LEAN.
La jefa del servicio de Neurología, Eugenia Marzo, explica que su unidad hizo un análisis de los problemas y de las mejores que podrían realizar en la consulta de esclerosis múltiple. «Preferimos enfocarnos en algo muy concreto porque iba a ser más fácil buscar soluciones», indica. Detalla que este método permite hacer desde procesos pequeños hasta procesos mucho más amplios, ya que «podíamos haber propuesto el uso de esta metodología en todas las consultas de neurología. Pero preferimos ir a algo más concreto».
El primer paso, recuerda, fue sentarnos a pensar que problemas teníamos realmente en la consulta. Algunos de estos eran que los pacientes tardaban en llegar a la consulta, sobre todo dependiendo si procedían de Atención Primaria o Urgencias; variabilidad en el diagnóstico, tanto en el tiempo como por lo que tardaban en salir algunas pruebas; o que no estaba protocolizado como era la primera resonancia diagnóstica que se tenía que hacer, es decir, si era cerebral o si era con o sin contraste.
Otros problemas que se detectaron fueron que se tardaba mucho en hacer la punción lumbar, en llegar el informe del liquido cefalorraquidio, la duplicación de algunas consultas «que podrían hacer enfermeras», y la falta de coordinación con el servicio de farmacia hospitalaria, así que «los pacientes tenían que hacer varios viajes y a veces no coincidían nuestras visitas con la farmacia».
Por todo esto, Marzo indica que su unidad decidió establecer unas lineas de trabajo para protocolizar como iba a ser la resonancia, que secuencia iban a utilizar y en que momento; o que día era el más conveniente para hacer una punción lumbar y que método utilizar para que «los resultados nos llegaran más pronto».
Otras líneas de trabajo iban enfocadas a hallar la forma para que no se demorara el inicio del tratamiento en el caso de que los pacientes se tuvieran que vacunar antes; o como podía participar la enfermería en su consulta para iniciar los tratamientos y que estos fueran «más precoces».
La neuróloga añade que esta unidas estableció más adelante un protocolo con el servicio de farmacia y un punto de información de enfermería «para solucionar problemas de forma independiente a través de una visita telefónica».
En este punto, la doctora Marzo destaca que este sistema ha logrado una serie de ventajas para los pacientes de esclerosis múltiple. Asegura que hay una menor duplicidad de las resonancias que al inicio porque «las resonancias son las adecuadas desde un inicio debido a que se ha establecido un protocolo», y además, se ha disminuido el tiempo hasta que se hace el diagnóstico porque «la punción lumbar se hace antes, por lo que los resultados llegan antes».
Otras mejoras han sido la disminución en el uso del contraste con gadolinio porque «se ha protocolizado y se ha visto en que pacientes se necesita y en cuales no. También ha descendido el número de veces que los pacientes vienen al hospital, ya que «el mismo día vienen a la consulta y van a la farmacia».
adaptación. La adaptación a este sistema por parte de las neurólogas y enfermeras no ha sido un proceso que haya costado mucho hacerlo. «Lo que cuesta a veces es verlo y organizarse. Es básicamente lo mismo que hacíamos pero teniendo en cuenta algunos detalles», explica.
Reconoce que cuesta pensar en los puntos en los que puedes mejorar porque «muchas veces crees que todo funciona bien pero no piensas en los cambios que se pueden hacer y que se puede mejorar, aunque sean pequeños aspectos».
Por ejemplo, detalla que hacer una punción lumbar un lunes o martes en vez de hacerla un miércoles, un jueves o un viernes puede adelantar en una semana la obtención de los resultados. «Esto se debe a que el envío de estos líquidos a otro hospital se hace los miércoles», aclara.
Esta nueva organización beneficia a los 420 pacientes con esclerosis múltiple que se atienden en esta unidad. «El hecho de que haya una coordinación para los protocolos de resonancia o la coordinación con farmacia beneficia a todos», destaca.
A pesar de esto, Marzo reconoce que siguen existiendo puntos de mejora, como protocolizar la coordinación con urología. «Muchos pacientes con esclerosis múltiple tienen vejiga neurógena, un aspecto que tenemos que mirar en un futuro cercano para mejorar la coordinación con los problemas urológicos de estas personas», concluye.