El pasado 3 de enero, Álvaro Morata vivió el punto de inflexión más extraño en la racha que dibujaba la mejor temporada goleadora de su vida. Ese día, en Montilivi, el madrileño destrozaba la defensa del Girona con tres goles… mientras los atacantes locales despedazaban la del Atlético con cuatro. La estadística defensiva del bloque rojiblanco empezaba a hundirse (es el cuarto equipo de las grandes Ligas con más goles encajados en 2024: 36 en 23 partidos) y Morata, sin saberlo, también. En algo más de 100 días, solo tres dianas. En los últimos 16 encuentros, solo una (el pasado 3 de marzo). En Dortmund, por si faltaba algo para certificar que su 'luz' se ha apagado, fue el gran señalado.
Ya en la ida dispuso de una ocasión clara para hacer el 3-1, pero la de la vuelta fue mucho más evidente. En el minuto cuatro dispuso del contragolpe soñado por cualquier futbolista: 40 metros por delante, ventaja sobre el último defensor y mano a mano contra el portero. El punta optó por picar suavemente el balón con la zurda, pero este se marchó a la izquierda de Kobel. Pudo ser algo parecido a la sentencia (la eliminatoria se habría puesto con 3-1 a favor de los españoles), pero de ahí se pasó al rearme moral de los locales y al 2-0 al descanso. En este intermedio, para constatar que también el cuerpo técnico lo señalaba, Simeone lo sustituyó por Correa.
El 2024 de Álvaro Morata (Madrid, 23 de octubre de 1992) se escribe con renglones torcidos. En 2023 había firmado 14 tantos, cinco de ellos en Liga de Campeones (a solo uno de su mejor marca histórica, los seis que marcó con la Juventus en la 20/21). Aunque haciéndole esa pequeña trampa al calendario, contando desde el día siguiente a Montilivi, se puede concluir que en la primera mitad del curso (era la jornada 19ª de LaLiga) había logrado 17… y de momento, en la segunda, solo lleva tres: el 2-1 del 4-2 copero sobre el Real Madrid en cuartos, el 0-1 definitivo (jornada 21) sobre el Granada, y el 2-0 (del 2-1 final) sobre el Betis en la jornada 27, compromiso en el que falló un penalti.
Además, a mediados de febrero sufrió su primera lesión en más de dos años y medio (desde octubre de 2021, cuando se produjo una rotura de fibras jugando en Italia): una pequeña extensión en el ligamento de la rodilla derecha que le obligó a perderse tres duelos… período en el que Memphis apareció con fuerza (tres goles), cuestionándole al madrileño una titularidad que hasta entonces había sido innegable.
Los pitos
Más recientemente, el pasado 26 de marzo, Morata vivió otro triste episodio en este año para el olvido: fue abucheado por su (teóricamente) propia afición en el Santiago Bernabéu durante el España-Brasil, cuando fue sustituido por Oyarzabal. Luis De la Fuente se apresuró a sacar la cara por el futbolista («Siento vergüenza por los pitos a Morata, me duele el alma») y también Simeone, que los consideró «una motivación: Álvaro convertirá esos pitos en aplausos pronto».
El argentino mantuvo intacta la confianza en su ariete hasta el descanso del Signal Iduna Park. Siempre le define como el delantero centro titular en el 5-3-2 (más bien 5-4-1 con Griezmann libre por el mediocampo), siempre sale en su defensa ante cualquier rumor y ha tenido detalles con el '19' en los entrenamientos, en la sala de prensa… pero la paciencia del entorno, a pesar del estatus plenipotenciario del 'Cholo', se ha agotado. Morata tiene siete partidos para reivindicarse o 'morir', para reclamar de nuevo un hueco en el corazón de la grada y en la lista de De la Fuente rumbo a la Eurocopa. Los rumores sobre su salida, a pesar de que tiene contrato hasta 2026, arrecian fuerte:el último, un trueque con el Sevilla con Isaac Romero. En el momento crucial de la temporada, ha desaparecido.