No es solo una plaza, un paseo o unos jardines. El Espolón es el corazón de Logroño, allí donde la ciudad celebra sus grandes eventos, punto de encuentro para las citas, paso ineludible hacia un lado y otro y escenario de conciertos, ferias y hasta de manifestaciones.
El nacimiento del que fue uno de los primeros paseos de recreo del que disfrutaron los logroñeses, en origen situado extramuros, se remonta al siglo XVIII, cuando las autoridades municipales proyectaron un lugar de descanso en una parcela colindante a las murallas, donde se plantaron árboles y se colocaron bancos. Surgía así el primer paseo extramuros, que sufriría después las consecuencias de las guerras del siglo XIX, y acabaría afianzándose como enclave señero en 1856 que ganó popularidad con la apertura de la calle Sagasta y el derribo de las murallas en 1860.
Con el paso de los años, el lugar se enriqueció con elementos como las esculturas de los Reyes o el monumento a Espartero. Más tarde, en 1888, el alcalde José Rodríguez Paterna se planteó colocar un quiosco de música, diseñado por Luis Barrón e instalado en 1892. En él se realizaban bailes populares, además de celebraciones militares y locales. En las fiestas de San Mateo, el quiosco del Espolón acogía diferentes actuaciones.
En 1953 fue retirado. Para entonces se había erigido la 'concha', que se incluía dentro de un proyecto de reforma de toda la plaza en 1942. Su autor, Jaime Carceller, se inspiró en otro escenario similar que había proyectado en San Francisco (EEUU). La nueva construcción no era únicamente un escenario, sino que contaba con espacio para una cafetería y archivo musical entre otros, tal y como relata Jerónimo Jiménez. Fue inaugurada el día de San Mateo de 1954. Por este miniauditorio al aire libre han pasado grupos musicales de la talla de Los Brincos dentro del Festival Internacional de La Canción, entre otros. Pero no solo ha acogido música popular, sino también bandas militares y conciertos de música instrumental, lo que le ha convertido en un espacio muy querido por los logroñeses.
En 1957 fue sometido a mejoras, con la instalación de agua e iluminación nocturna. Hasta hace unos años, la parte trasera de este auditorio dio cabida a la oficina de turismo. Sobre la popular 'concha' se realizaba cada año el pisado de la uva en San Mateo.