La primera mitad de este campeonato para la Sociedad Deportiva Logroñés ha sido una de las más convulsas, si no la que más, que se recuerda en los últimos años. Uno de los mejores inicios de temporada (con tes victorias en los cuatro primeros compromisos), el buroSMS de Edu Martínez, la heróica victoria en Irún, la lesión de cruzado de Rubio, la marcha de Toni García y sobre todo, los tres cambios de entrenador, son varios de los momentos de una primera mitad de campeonato marcada por la irregularidad, tanto dentro en el terreno de juego, como fuera de este.
La entidad había experimentado dos de las mejores temporadas de su historia. El binomio formado por Miguel Chocarro en la dirección deportiva y Rául 'Llona' en el banquillo no solo logró el objetivo de la permanencia en Primera RFEF en la 2021/22 y la 22/23, sino que la pasada campaña rozó, hasta la última jornada, la clasificación a Copa del Rey, en lo que fue una brillante temporada para la disciplina blanquirroja en prácticamente todos los sentidos. Con Chocarro en el San Fernando y 'Llona' en la Cultural, la responsabilidad de crear, prácticamente desde cero, un nuevo proyecto con el que conseguir los objetivos recayó en el madrileño Juanma Barroso.
Este apostó por Jordi Fabregat. Y fue, precisamente, eso: una apuesta personal. De siete jornadas, concretamente. Tras alcanzar la tercera posición con nueve puntos en los cuatro primeros partidos, tres derrotas consecutivas contra Rayo Majadahonda (0-1), Cultural y Deportiva Leonesa (1-0) y Unionistas de Salamanca (0-1) quebraron totalmente la confianza de la directiva en su proyecto y todo terminó con cese del catalán. Sin embargo, tal y como comunicó Fabregat a El Día de La Rioja, la directiva no solo no tenía confianza en el entrenador en las derrotas, «sino que tampoco en las victorias». «Donde no te quieren, yo no quiero estar», apostilló el primer técnico de la 2023/24.
Tras una semana sin entrenador en la que la SDLogroñés saldó con derrota su visita al Anxo Carro, llegó, inmediatamente después, Andrés García. Un entrenador más joven, con un modelo de juego diferente y un novedoso discurso... pero con una similitud a su antecesor: falta de experiencia en la categoría de bronce del fútbol español.
BUROSMS. Diez días después de la llegada de García al banquillo, llegó la polémica: la salida de Edu Martínez. El jugador, que declaró haberse enterado de su salida por sus compañeros y por las redes sociales de la entidad, salió del club sin que nadie hubiera contactado con él, o al menos así lo trasladó.
Ante ello, la entidad blanquirroja se vio obligada a responder y explicar cómo el jugador fue citado en la sede del club para intentar alcanzar una resolución amistosa del contrato. Por eso, el 31 de octubre «mediante buroSMS, el club notoficó al jugador la decisión de dar por exitinguido el contrato». «24 horas después y ante el silencio del jugador y de su representante, la SD Logroñés procedió a la comunicación de la salida de Eduardo Martínez a través de una nota publicada en la web del club y en sus redes sociales", sentenció la disciplina.
Andrés García, con el paso de las jornadas, no terminó de arrancar ni de conseguir buenos resultados, a excepción de la victoria en Las Gaunas frente al Tarazona (2-1). A esos débiles resultados, con solo cuatro puntos en sus cinco primeros partidos, se le sumó la lesión, el 19 de noviembre de Rubén López «Rubio». Lo que en un primer diagnóstico pareció una lesión de rodilla, terminó con una rotura de ligamento cruzado con posible afectación de menisco en su rodilla derecha y sin poder contar con el jugador alicantino para el resto de la temporada.
DE REPENTE, JARÁIZ. Una de las mejores noticias de la temporada para la SDLogroñés llegó en Irún. No solo por la victoria en el último minuto en un campo histórico como el Stadium Gal ante el Real Unión, sino por el autor del tanto. Alex Jaráiz, delantero del filial, anotó un gol con el que pasó a formar parte de la dinámica del primer equipo y a contar mucho más en los planes de García.
Sin embargo, los resultados no terminaron de acompañar al técnico madrileño, que nueve jornadas y solo diez puntos después, fue destituido de sus funciones como entrenador de la Sociedad Deportiva Logroñés.
LA ERA LARRAZABAL. Así se llega a la situación actual. Tras la derrota 0-2 ante el Nástic en casa, aterrizó en Logroño Aitor Larrazabal junto a Gorka Iraizoz, dupla sin equipo después de no haber renovado la pasada temporada con el Gernika.
Tras dos partidos al frente del equipo, el míster bilbaíno ha sumado ningún punto con sendas derrotas por tres goles ante Osasuna Promesas y Ponferradina y ha provocado que el equipo blanquirrojo arranque la segunda mitad del campeonato en los puestos de descenso.
El objetivo está claro: revertir la mala dinámica de resultados y traer estabilidad y regularidad para darle la vuelta a unos números nada halagüeños. La SDLogroñés es, junto al Sabadell, el equipo del Grupo Ide Primera RFEF que más partidos ha perdido esta temporada, con doce. De igual manera, es el segundo equipo que más goles ha recibido en estas 19 jorandas. Con 29 tantos encajados, reciben una media de 1,5 goles por partido, con la consecuente perdida de la confianza que ambas estadísticas acarrean. De ahí la necesidad de salir de una situación así lo más temprano posible. Y las próximas dos jornadas, contra Rayo Majadahonda y Sabadell, son la mejor oportunidad para ello.