«Es genial que en Málaga estemos dos riojanos en concurso»

El Día
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El cineasta Fernando Vílchez presenta hoy en Málaga Recuerdos para el que por mí pregunte

Fernando Vílchez, en el Cementerio de Logroño. - Foto: Carlos Caperos

Querida madre. Cuatro letras para decirla que me han sentenciado a muerte (...)». Con esta carta comienza Recuerdos para el que por mí pregunte, corto dirigido por Fernando Vílchez (Lima, 1980) y que hoy se presenta en Málaga, el festival por antonomasia del cine español. El cortometraje, deudor del libro Escríbeme a la tierra de Jesús Vicente Aguirre, toma el título de la misiva escrita el 1 de septiembre de 1936 por Nicolás Arnáez Ochoa, el día antes de ser fusilado en La Barranca. 

Nicolás Arnáez, Félix Asenjo, Candido Lasanta Pascual, Vicente Pérez Pellejero o Alberto Herce son algunos de los ajusticiados cuyo testimonio es recuperado por el cineasta afincado en La Rioja que ha rodado su filme en riguroso Súper 8 («le da un aspecto de concentración y de ser consciente de que cada toma es única y un momento irrepetible», explica el director). Nietos y bisnietos de las víctimas desfilan por delante de la cámara para recordar la memoria de las paseados y asesinados al borde de las cunetas y en las tapias durante los primeros meses de la rebelión. La Barranca, el Cementerio de Logroño, Fuenmayor o el Camino Viejo de Alberite son algunos de los escenarios naturales utilizados por Vílchez para rescatar la memoria de los dos millares de riojanos represaliados durante la Guerra Civil.

Recuerdos para el que por mí pregunte es uno de los veinte cortometrajes seleccionados para la sección oficial del festival malagueño cuyo palmarés se anuncia este sábado. Con su presencia en Málaga, Fernando Vílchez se asegura poder competir por los Goya en su categoría: «No sé si este corto recibirá algún premio, lo que buscamos es su difusión, que llegue por toda España». El director reconoce su satisfacción por poder competir en la ciudad costasoleña. «En el pasado», rememora, «he estado en el jurado de la sección documental y tengo que reconocer que la selección en Málaga es muy buena».

Aunque aún no ha tenido tiempo de ver todos los metrajes a competición en su sección, asegura que el nivel es mayúsculo. «Es complicado saber quién va a ganar», reseña. Más allá de lo que pase el sábado, está aprovechando su estadía (llegó el pasado jueves a la localidad andaluza) para ver «largometrajes que tenía muchas ganas de ver». Es el caso de La furia, de Gemma Blasco; Los tortuga, de Belén Funes, La buena letra, de Celia Rico y Sorda, de la debutante Eva Libertad. En la sección de cortos documentales subraya los nombres de Javier Corcuera o Elena Duque como directores a seguir. Pero, entre sesión y sesión, ha sacado tiempo para ver a Luis Arrojo, el otro riojano en competición. «Es genial que estemos dos en concurso», se maravilla.

Más allá de lo que suceda este sábado, Vílchez se muestra satisfecho de la repercusión de su filme. «Aún no lo ha he visto el gran público, por así decirlo, pero a mis familiares y a los amigos cercanos les ha gustado», afirma al tiempo que agradece a la Asociación La Barranca«por confiar en este proyecto».

Peruano de nacimiento, su aproximación a la Guerra Civil procedía del «arte, de la fotografía y de la literatura». «Estudiamos historia de España», informa, «pero no la guerra civil». «Conocía el libro de Jesús Vicente Aguirre y ahora estoy con Las Sacas, de Patricio Escobal. He intentado recoger en la película estos testimonios que son muy cercanos, cotidianos, apegados a la tierra», agrega. «La verdad y la importancia del corto radica en cómo se cuenta la tragedia de estas historias que pueden parecer minúsculas», se despide un director satisfecho de haber convertido el género epistolar en una crónica carcelaria imperecedera.