Vivienda, empresa, servicios y gente, fundamentalmente gente. Son cuatro de los muchos pilares que se tambalean en el medio rural riojano y en el de buena parte de la geografía española. Todo ello en medio de una especie de interminable juego en el que la pescadilla siempre termina por morderse la cola. Sin gente, no hay inversiones; sin inversiones, no hay gente. Un entramado de variables a las que quiere poner remedio, se desconoce aún si solución, el Ayuntamiento camerano de Pradillo. Un municipio riojano a 53 kilómetros de la capital riojana, que, lejos de temblar ante la ambición, se ha decidido a poner freno a la escasez de movimiento en Los Cameros.
La idea de crear un polígono industrial en su término municipal, en el corazón del Camero Nuevo y a los pies de una carretera N-111 con ciertas curvas prolongadas pero cómodas en su mayoría, suena precisamente tan ambicioso como novedoso. Pero de momento es tan solo una idea plasmada sobre papel que irá tomando forma a través de un estudio de viabilidad previo para el que ya existe una previsión de partida presupuestaria.
Uno de los últimos plenos celebrados por la Cámara regional dio el visto bueno a una enmienda en virtud de la cual se suscribirá un convenio entre el Ejecutivo regional y el Consistorio cucharón (gentilicio de Pradillo) con el objetivo de dotar al citado estudio con un montante económico inicial de 20.000 euros. El estudio deberá analizar si la ubicación inicialmente elegida ofrece garantías desde una perspectiva de infraestructuras (carreteras y comunicaciones en general) ya que se situaría a los pies de una carretera de titularidad estatal, e incluso se deberá presentar, para su exhaustivo análisis, ante la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) «ya que el río está justo al otro lado» del emplazamiento previsto, tal y como detalla Anais Martínez, alcaldesa del Ayuntamiento de Pradillo.
Así las cosas, la nueva zona empresarial de Los Cameros se ubicaría sobre una superficie de 190.000 metros cuadrados en el paraje de Las Llanas. Un espacio donde actualmente sobreviven, entre la fuerza de sus pilares y el estado de abandono, unos pabellones dedicados antiguamente a una granja de porcino y que actualmente permanecen en desuso. La superficie elegida se encuentra en el término municipal de Pradillo, a algo menos de dos kilómetros del núcleo urbano y a la derecha de la carretera N-111 en dirección Soria.
Todo ello en una zona de sierra que ha sufrido, y sufre actualmente, los azotes más virulentos de la despoblación. De hecho, Pradillo cuenta, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a fecha de 2024, con 64 vecinos censados. Eso sí, una población que se mantiene estable a lo largo de las últimas dos décadas.
«Ilusión». La creación del polígono industrial supondría «un importante impulso a Los Cameros en general», aventura Martínez, quien se muestra ilusionada con un proyecto para el que «primero hay estudiar bien su viabilidad». De hecho, «ya hay empresas que han mostrado interés» en la posibilidad de asentarse en la futura e hipotética área empresarial. Y como siempre en estos casos, el nombre de las firmas que han mostrado interés permanece entre la más absoluta discreción.
En cualquier caso, los primeros pasos pisan firme. Quedó aprobada la enmienda en sede parlamentaria y según las previsiones de la alcaldesa de Pradillo, el convenio, en virtud del cual se habilitará la partida económica de 20.000 euros para el desarrollo del estudio de viabilidad se firmará este mismo mes de enero.
Hay que tener en cuenta que un ambicioso proyecto de tales características supondría un verdadero pulmón tanto para el Camero Viejo como para el Nuevo. No solo por los beneficios en términos de economía, que, por supuesto, también, sino para erigirse en un imán para la llegada y asentamiento de población. Una estrategia que, en definitiva, daría alas a una pescadilla incapaz de dejar de dar vueltas sobre sí misma y mirar con otro tono de optimismo desde una zona rural casi abandonada económicamente desde hace décadas.