Bruno Aguado, al contrario de lo habitual en la juventud de la actualidad, se ha trasladado a la localidad riojana de San Millán de la Cogolla para comenzar una "alternativa de vida" que destaca por la "tranquilidad y soledad" que le aporta vivir en el medio rural. Soledad -matiza- desde "el punto de vista positivo".
El joven riojano de 21 años ha contado a Europa Press que hace unos meses decidió dejar sus estudios, sus amistades y su vida en Logroño y ayudar a su padre y su hermana en el bar 'Tentempié' de San Millán de la Cogolla.
Este cambio tan radical con el paso de una vida como estudiante de grado medio en la capital riojana, de más de 150.000 habitantes, al del trabajo en la hostelería en San Millán de la Cogolla, con algo más de 200 vecinos censados, ha supuesto para él hallar el lugar "donde más a gusto" se encuentra.
"Realmente el bar era un proyecto que tenían en mente mi padre y mi hermana", ha contado, "mi hermana porque quería venir a vivir a un pueblo ya desde hacía tiempo y mi padre porque quería salir de Logroño y dejar su trabajo".
El joven, ha señalado que "dio la casualidad de que los dueños del bar querían quedarse sólo con la casa rural y buscaban a alguien que lo llevase, y mi padre y mi hermana decidieron hacerse cargo de él".
Así, él empezó trabajando los fines de semana: "Estaba a gusto y tras plantearme si realmente lo que estaba estudiando me llenaba, llegué a la conclusión de que no era así y que lo mejor era quedarme".
"El bar sobre todo lo disfruto más cuando es entre semana y no es temporada alta, por así decirlo, es más familiar y al final desarrollas una relación con la gente del pueblo, sabes lo que toman, lo que no, hablas con ellos y sabes de su vida", ha expresado.
También durante esos días más tranquilos llega algún turista y Aguado explica que, como tiene más tiempo, puede "hablar con ellos e interactuar un poco, me gusta aprovechar esas oportunidades para charlar, al final conoces a gente interesante o curiosa".
DEL GRADO MEDIO A LA HOSTELERÍA
A pesar de que el cambio fue bastante radical, de estudiar un grado medio en Logroño a trabajar en la hostelería en San Millán, Aguado ha expresado que el proceso de adaptación no se le hizo muy difícil: "La verdad que los primeros fines de semana fueron más duros, pero me adapté rápido y vivir en el pueblo es muy agradable".
"Tengo a mis tíos en Berceo, mis abuelos venían los jueves y estaba con ellos el fin de semana, con mi padre y mi hermana estoy prácticamente todo el tiempo así que he estado acompañado en general y no ha sido muy duro", ha señalado.
Aunque también destaca que "ha sido cuestión de acostumbrarme al ritmo de trabajo y saber gestionar los días de más cansancio, pero estando tan acompañado no se me ha hecho difícil".
"CERCANÍA DE LA GENTE"
Por su parte, ha manifestado la "cercanía de la gente de San Millán". "Sobre todo gente que viene al bar todos los días o todos fines de semana y al final te acercas a ellos. Han sido bastante acogedores, no nos han puesto ningún problema y bastante amables todos. Estamos muy contentos y agradecidos", ha reseñado.
"El bar funciona bien, los domingos viene mucha gente del valle a tomar aquí el vermú. Hay gente que baja de distintos pueblos todos los días a desayunar, a tomar la tostada y el café. Y los turistas siempre pasan por aquí porque disfrutan mucho de la terraza y siempre dicen: ¡qué sitio más bonito tenéis!", ha explicado.
"Yo la verdad que como lo tengo ya muy visto me parece normal, pero es bastante bonito el entorno con el monasterio y las montañas, para la mayoría tiene mucho encanto", ha confesado.
En cuanto a aspectos de la vida en San Millán que no tiene la vida en Logroño, Aguado ha distinguido "la soledad, pero no la soledad en un sentido negativo. Este lugar te da mucha tranquilidad, si quieres estar solo caminas a cinco minutos de casa y lo estás, y si te encuentras a alguien pues igual es hasta agradable".
Por el contrario, lo que más echa de menos de Logroño son "las compañías, mis amigos, aunque es verdad que suelen venir de vez en cuando a verme". También ha resaltado los servicios, como el médico, que no son tan accesibles como en Logroño.
"Aunque Nájera está cerca y no estás muy lejos de todo", ha apuntado, "no es tal vez como otros pueblos del Camero Viejo que ahí sí que lo tienen más complicado para recibir asistencia sanitaria y otras facilidades".
"Me parece una alternativa a la ciudad que tiene sus pros y sus contras obviamente, pero a mí ahora mismo me parece que aquí se está más a gusto", ha resumido.
FUTURO EN EL VALLE DE LA LENGUA
Si pudiera volver atrás en el tiempo, Aguado ha revelado que volvería a tomar la misma decisión sobre trabajar en San Millán. "Por ahora tengo pensado quedarme aquí trabajando y en un tiempo ir a Jaca a estudiar forestales, intentar conseguir plaza aquí de guarda forestal, y vivir y trabajar aquí porque creo que también se necesita gente joven que siga dando vida a estos pueblos", ha concluido.