De aquella calle este mercado

Bruno Calleja Escalona
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San Blas fue una importante arteria de acceso a Logroño que en 1926 cambió su nombre por González Gallarza. En su entorno hubo una iglesia y la Plaza de la Verdura, germen del Mercado

Estampa de la calle San Blas, que siempre fue lugar muy frecuentado y con actividad comercial. Pese al paso del tiempo, su entrada desde Bretón se mantiene reconocible. - Foto: Archivo de Taquio Uzqueda

San Blas aún resuena en el entorno de la calle a la que dio nombre, la actual Capitán González Gallarza. La calle San Blas formaba parte del barrio de San Pedro y era una de las vías de entrada a Logroño. El nombre lo tomaba de una antigua iglesia que se alzaba en el lugar donde se ubica el mercado de abastos, cuyo  nombre oficial es Mercado de San Blas. De aquella parroquia se conserva su talla principal en La Redonda. Pero San Blas también daba nombre a una puerta donde hoy confluyen Bretón de los Herreros y González Gallarza, que además de ser un importante acceso a la ciudad, acogía una posada, relata el cronista Jerónimo Jiménez. En 1821, la parroquia de San Blas recibió algunas prendas de ropa del desamortizado monasterio de San Prudencio de Monte Laturce, pues, según se argumenta en cartas conservadas en el Archivo Diocesano de Calahorra, era bastante pobre.

La iglesia de San Blas estuvo activa hasta la Primera Guerra Carlista, cuando Logroño necesitó ampliar y fortalecer su cerco amurallado. La iglesia de San Blas y San Salvador el Viejo fue derruida para aprovechar sus piedras en los nuevos muros. En aquella época, la calle San Blas era más estrecha. El fin de las guerras carlistas y el paso del tiempo hicieron que a finales de 1861 se ordenase derribar las murallas, lo que se consumó en 1862. Sin embargo, la puerta de San Blas siguió en pie hasta 1879. Las nuevas arterias en construcción y el ferrocarril señalaron la necesidad de derribar el arco y dar un nuevo aspecto a la calle, con nuevos edificios de viviendas más altos, con la impronta de arquitectos como Francisco de Luis y Tomás y Maximiano Hijón, entre otros.

El solar de la antigua iglesia dio paso a la Plaza de la Verdura, que pervivió hasta 1928, cuando Fermín Álamo proyectó el actual mercado. 

En 1926, el nombre del santo dio paso al del aviador Eduardo González Gallarza, destacado militar que llegó a ser jefe del Estado Mayor del Aire. Pese al cambio, el nombre de San Blas ha pervivido en el Mercado. La calle Capitán Gallarza acogió conocidos locales, como La Gran Ciudad de Londres o el Bar Tívoli, que además era lugar donde empresarios del momento cerraban negocios. Uno de ellos, Marcelo Escalona, vendía automóviles y en los anuncios en prensa señalaba al Tívoli como lugar de contacto.