Los comedores escolares repiten menú

EFE
-

Precios altos y cocinas cerradas son dos de los principales problemas cuando los alumnos se sientan a la mesa en los centros escolares

Los comedores escolares repiten menú

La llegada de septiembre devuelve a los comedores escolares un menú del día con una carta repleta de precios altos para el sector, alergias e intolerancias en los alumnos y, en muchos casos, cocinas cerradas en los propios colegios que, según los progenitores, rebajan la calidad del servicio. Después del verano, los centros escolares vuelven a abrir sus puertas y, con ellas, las de los comedores. Los padres ponen el foco en mantener una alimentación adecuada de sus hijos y el sector intenta ofrecer calidad, pese al incremento de los precios.

Este curso, las empresas que dan servicios a estos espacios respiran con alivio contenido tras varios años «complicados» en los que el panorama exterior -con la sequía, la guerra en Ucrania y, en general, la inflación- ha pasado a estar en el centro de los platos.

«Venimos de una época muy complicada», reconoce el portavoz de Food Service España, Mario Agudo, federación a la que pertenecen empresas como Serunion, Sodexo, Secoe y Coemco y que cuenta, aproximadamente, con unos dos millones de comensales, de los que el 69  por ciento son de educación de primer ciclo.

Agudo aún recuerda el período en el que las puertas estuvieron cerradas por la pandemia de la COVID-19 y cómo esa etapa abrió una brecha que, más tarde, el incremento de los precios terminaría por agrietar en un sector que, normalmente, ya cuenta con unos márgenes «muy ajustados».

En la actualidad, las empresas están registrando una «ligera recuperación», aunque mantienen el pulso frente al incremento de los precios, en especial, en los alimentos frescos, con subidas en productos. Además, se ven afectados por otras coyunturas como la negociación sobre la reducción de la jornada laboral, situación que, según advierte, podría derivar en más «complicaciones» para el sector, como un alza del 6 por ciento del incremento de los costes «ya consumados con la subida del salario mínimo interprofesional». «Este es un sector que está, en muchos casos, dentro del ámbito de la contratación pública», remarca el portavoz.

Opiniones enfrentadas

En este sentido, Agudo que pone sobre la mesa la ley de desindexación como otro factor que afecta de forma negativa a las empresas, ya que «se comprometen con unos precios que luego se desbordan en contratos de larga duración». Con todo, la intención de los empresarios es garantizar la calidad nutritiva de los platos pese al incremento de los costes, buscando mejores ofertas, y encarar los retos que ya tienen al frente, como el incremento de las alergias, intolerancias y nuevas dietas de los alumnos y su repercusión en los menús.

La opinión de los padres y madres de los alumnos difiere de la intención del sector, pues para los progenitores «los menús que se sirven son muy justitos», reconoce la presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (Ceapa), Maria Capellán.

La portavoz indica que en estos años de incremento de precios las empresas han bajado tanto la calidad como la cantidad de los platos, además, la inflación ha desembocado en que haya familias que no puedan asumir el gasto que supone el servicio de los comedores.

Y pone como ejemplo el caso de La Rioja, comunidad en la que este año sus comedores escolares van a registrar unos precios «desorbitados», situándose como uno de los más altos del país.

También ponen el foco en la propia infraestructura del servicio, ya que, explica la presidenta, los colegios han ido cerrando las cocinas que tenían en los centros, lo que ha rebajado la calidad de los menús y aumentado los gastos de aquellos que han querido reabrirlas más tarde.

En cuanto a los menús para escolares con intolerancias, la portavoz cree que este tipo de platos se elaboran en base a unas dietas «muy poco variadas» ya que, a su juicio, «los cáterin hacen un mismo menú para todas las intolerancias». Concluye con otra de las peticiones centrales de los progenitores, esta vez dirigida hacia las instituciones: que se amplíe el servicio de comedor escolar en los centros públicos a los estudiantes de la ESO dado que «siguen teniendo las mismas necesidades nutricionales».