Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


La mejor política social

04/01/2025

La expresión del título es sobre todo utilizada por los dirigentes del PP cuando están en el gobierno nacional o autonómico y las cifras del paro y de afiliación a la Seguridad Social les son favorables. Así se manifestaba el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo el año 2021, por ejemplo, cuando Galicia tenía buenos resultados en las mediciones del paro registrado o de la EPA. Cuando ha terminado el año 2024 con unos niveles de paro que son los más bajos desde 2007, y la Seguridad Social cuenta con el mayor número de afiliados -23,3 millones-, puede afirmarse que el Gobierno actual está en la línea de las demandas de la oposición y practica la mejor política social.

Por supuesto, con 2,5 millones de parados todavía, con un paro juvenil que es el mayor de los países del entorno, no hay motivo para la autocomplacencia, pero tampoco es de recibo no reconocer la mejora de este rubro, sobre todo cuando desarrollo económico y creación de empleo van de la mano: "Por primera vez, la economía española crece y lo hace gracias a la mejora de las condiciones del mercado de trabajo. Esto es inédito en nuestro país. Es el empleo el que hace que la economía crezca" ha explicado la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que atribuye para su gestión que desde su llegada al Ministerio de Trabajo se han creado más de dos millones de empleos y se ha conseguido reducir el paro en más de un 20%. O que desde la entrada en vigor de la reforma laboral haya 3,6 millones de trabajadores más con contrato indefinido, como apunta la ministra de Seguridad Social, Elma Sáiz, aunque la precariedad y los contratos a tiempo parcial sigan siendo los pies de barro de los datos de empleo.   

Para que el empleo sea realmente la mejor política social es preciso avanzar en otros aspectos complementarios relacionados con el mercado laboral. En primer lugar, que la inflación no se coma los incrementos salariales pactados en convenio y no descienda la capacidad adquisitiva de los trabajadores. De hecho, la Comisión Europea señala que España es uno de los países que puede afrontar una mejora de los salarios por el repunte de la productividad, el aumento de los beneficios empresariales y la contención de la inflación, pese a que ha subido en los tres últimos meses. Luego es preciso que siga creciendo el salario mínimo interprofesional para acercarlo al salario medio, y que se reduzca el horario laboral para mejorar la conciliación laboral y personal.

No se escapa que estos dos últimos asuntos son los que envenenan las relaciones entre Yolanda Díaz y el ministro de Economía Carlos Cuerpo, entre el PSOE y Sumar, con un duelo de razones comprensibles, en el que debe primar la voluntad política de llevar a cabo las reformas. La reducción de la jornada laboral es producto del diálogo social, sin la comparecencia de la CEOE que ha tratado de dinamitar el acuerdo alcanzado con los sindicatos durante un año, que ha encontrado en el ministro de Economía un aliado dispuesto a proporcionar ayudas a las empresas para la activación de la medida, en contra del criterio de Yolanda Díaz que exhibe el acuerdo de coalición alcanzado con los socialistas. Aunque el enfrentamiento entre ambos ha llegado ya a las descalificaciones personales por parte de Yolanda Díaz, no se puede obviar que Cuerpo lleva razón cuando afirma que es necesario lograr el apoyo de Junts sin cuyos votos en el Congreso todo quedará en agua de borrajas. Y eso no está acordado.