Diferentes maneras de perder una final

El Día
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Un Ciudad de Logroño 'respondón' planta cara al FC Barcelona a lo largo de toda la final de la Copa de España.

Finalizada la Copa de España, los de Velasco regresarán a la competición en el mes de febrero. - Foto: EFE Javier Etxezarreta.

El Barça se llevó la Copa de España, antes Copa Asobal, con un título que ha conseguido ininterrumpidamente desde 2011 tras deshacerse con algunos apuros de un bravo Logroño La Rioja, que le ganó el parcial de la segunda parte y que peleó hasta el pitido final, informó EFE.

Un hipermotivado equipo riojano comenzó mandando en el marcador. Suyos fueron los primeros parciales, hasta que en el minuto 11 el Barça, con un gol del francés N'Guessan, puso el 8-7 que le daba una ventaja que ya no perderían en toda la final.

El equipo de Antonio Carlos Ortega, con sus rotaciones imposibles de replicar, sacaba rédito de la inspiración de Aleix Gómez y de su estrella Dika Mem, imparable en la primera parte ante un conjunto riojano que notaba esa energía que había consumido en la semifinal ante el Bidasoa un día antes.

Las diferencias no eran irremontables, pero la aportación estelar la víspera del egipcio Mohamed Aly no tuvo continuidad porque el egipcio tuvo descanso hasta el minuto 22, lo que también coadyuvó a que la iniciativa fuera clara para los azulgranas hasta el descanso.

La exclusión de Jaime Gallego la aprovecharía Logroño para reducir una desventaja de seis goles, volver a incomodar al todopoderoso rival y motivó el tiempo muerto de un conjunto azulgrana que no quería despiste alguno en su búsqueda de un nuevo título para sus repletas vitrinas.

El descanso dejó un marcador remontable, algo inusual cuando juega el Barcelona, para dejar mínimamente abierto el encuentro si a los riojanos no les pasaba factura la fatiga a la vuelta de vestuarios.

Los azulgranas metieron una marcha más tras el descanso como estaba previsto porque Pérez de Vargas era un valladar, Dika Mem es muy bueno y ya los brazos ejecutores de Logroño empezaban a griparse, de forma que el marcador empezó a incrementarse rápidamente y la final se decantaba del lado culé.

Resurgió contra pronóstico en el tramo final el grupo de Miguel Ángel Velasco, que sumaba ocho triunfos consecutivos antes de esta choque, Balonmano Logroño se situó a cuatro goles y con opciones porque el Barcelona, con el piloto automático puesto, se había relajado en exceso.

La llamada al orden de Antonio Carlos Ortega no varió el escenario final, la remontada se antojaba imposible pero Logroño, con Xavi Tuá desatado, apretó para conseguir un digno marcador y obligar al máximo al Barcelona para obtener su objetivo con más sufrimiento de lo esperado.