La ciencia dio un gran paso adelante en 1978 cuando nació el primer bebé por medio de la reproducción asistida. En concreto, la enfermera y embrióloga Jean Purd, el científico Robert Edwards y el cirujano Patrick Steptoe lograron el nacimiento de Louise Joy Brown.
Este hecho que en su momento fue muy polémico, hoy en día es algo muy habitual. En 2023 nacieron un total de 40.638 bebés mediante fecundación in vitro en España, lo que supone el 12% del total de los nacimientos que ha habido en todo el país, según los datos cruzados del Registro Nacional de Actividad de 2021 de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Además se realizaron un total de 165.453 ciclos de Fecundación in Vitro (FIV).
Estas cifras podrán aumentar con el paso del tiempo porque hay comunidades que han ampliado la edad de acceso para las técnicas de reproducción asistida en el servicio de Ginecología y Obstetricia. Otras, como es el caso de La Rioja, se están planteando subir el límite de edad para acceder a estos métodos de los 40 a los 41 años.
La Jefa de Servicio de Ginecología y Obstetricia en el Servicio Riojano de Salud (SERIS), María José Puente, informa que «se está barajando y estudiando pero de momento no se ha aplicado. Estamos valorando los beneficios y las consecuencias que podría haber».
Uno de los posibles inconvenientes es que «la tasa de éxito con estas técnicas es cada vez menor a medida que aumenta la edad porque disminuye la cantidad y la calidad de los ovocitos», apunta. «Habría que hacer unos diagnósticos genéticos implantacionales para tener una mayor seguridad de que los embriones están bien», añade.
Esta unidad del SERIS realiza todo tipo de técnicas, desde inseminaciones, fecundaciones in vitro, diagnóstico genético preimplantacional (PDG ), preservación de fertilidad en pacientes oncológicos tanto en mujeres como en hombres, y en los pacientes transgénero antes de ser tratados hormonalmente. También se preserva a mujeres jóvenes con baja reserva ovárica o con enfermedades como la endometriosis.
El año pasado realizaron 162 ciclos de FIV/ICSI y 126 transferencias de embriones congelados, mientras que en 2022 hubo 25 ciclos menos. Aunque el verdadero aumento se produjo en las inseminaciones, ya que en 2022 se hicieron 248 y en 2023 unas 320. De estas últimas, 267 fueron por inseminación artificial homóloga o conyugal (IAH) y 53 por inseminación artificial de donante (IAD). Las inseminaciones se hacen más a mujeres monoparentales y lesbianas, ya que «han aumentado de manera significativa aunque no hay datos exactos». El semen de donante, detalla, se aplica a parejas que su cónyuge no tiene ningún tipo de espermatozoide o a mujeres monoparentales o lesbianas.
Novedades. El Servicio de Ginecología y Obstetricia en el Servicio Riojano de Salud (SERIS) se ha actualizado en la actualidad. Uno de los cambios es la ampliación y mejora de las técnicas utilizadas para ampliar el número de casos diagnósticos genéticos preimplantacionales. «Esto consiste en estudiar los embriones antes de implantarlos, ya que hay determinadas enfermedades de las que ya tenemos conocimientos y se puede buscar el diagnóstico antes», detalla.
Otras mejoras son el uso de una espuma para ver las trompas de falopio, ya que produce menos dolor que el contraste que se usaba anteriormente. También se quiere incorporar a la cartera de servicios públicos la cobertura del semen del donante, ya que «ahora las mujeres tienen que cubrir este gasto cuando se hacen las inseminaciones artificiales».
Otro de los temas abordados han sido las listas de espera en este servicio. Puente explica que la unidad de FIV está dividida en dos partes: la consulta de fertilidad inicial y el propio proceso de reproducción asistida.
La primera fase es donde los médicos y enfermeras estudian a las parejas que quieren entrar en el proceso para hacerse el estudio de fertilidad o esterilidad. «También se ven consultas de endometriosis, pacientes con cáncer que quieren preservar los ovocitos porque van a empezar la quimio o personas trans que quieren conservar sus gametos», añade.
Esta primera fase no tiene lista de espera pero la parte en la que las mujeres se someten a este proceso si que la tiene. «Se ha pasado de los 6 u 8 meses a los 9 o 10 meses porque en este mes de noviembre hubo obras para mejorar el servicio», concluye la Jefa de Servicio de Ginecología y Obstetricia.