Tras un cuarto de siglo de negociaciones, la Unión Europea y Mercosur firmaron el viernes un acuerdo que dará lugar a la mayor zona de libre comercio del mundo. Se rubricaba así un pacto, que no fue posible hace cinco años por la disconformidad europea con los compromisos medioambientales que estaban dispuestos a acepar los países sudamericanos integrantes de Mercosur, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia.
Este pacto, que no cuenta con el beneplácito de las organizaciones agrarias, sí que ha logrado los parabienes del sector del vino europeo. Desde la Federación Española del Vino, su director general, José Luis Benítez, ha mostrado su firme apoyo al acuerdo y confía en que su entrada en vigor «permita que nuestras exportaciones continúen creciendo en valor y fortalezcan aún más nuestra marca país», reflexiona el directivo.
Desde el Grupo Rioja, el de mayor volumen, con mucho, exportador de la Denominación, su director general, Íñigo Torres, se muestra más cauto y expone en su reflexión los pros y los contras para el vino de un acuerdo que, además de ser aprobado por el Parlamento europeo, tendrá también que ser sancionado por todos los estados miembros.
Torres contextualiza su reflexión dentro de una filosofía alineada con el libre comercio, ajeno a trabas y aranceles, aunque el acuerdo con Mercosur hay que analizarlo, resalta, desde distintas facetas. Como aspecto positivo, el director general del Grupo Rioja valora las posibilidades que se abren en Brasil, un país que no es objetivo prioritario de los vinos de esta Denominación, pero que muestra un claro potencial de crecimiento. El director general del Grupo Rioja informa de que el año pasado, fue el decimoséptimo destino de las ventas de Rioja, con la venta de 855.000 litros de vino, que supusieron una facturación de 4,3 millones de euros, lo que reportó un notable crecimiento, del 45%. «Es interesante y una buena noticia que no existan aranceles con Brasil y se puedan dinamizar las exportaciones a este país», constata el representante del sector bodeguero, que entiende que la cruz de la moneda la puede suponer Argentina.
¿Y Argentina? Torres constata que se trata de un claro exportador de vinos y, aunque no en España. sí puede suponer un claro competidor para Rioja en otros países de la UE, tales como Irlanda o Alemania. ante la inexistencia de aranceles. «Que se eliminen las barreras arancelarias para un competidor va a propiciar que sea aún más competitivo, lo que puede hacernos daño», señala el representante del Grupo Rioja.
Hay, además, otro aspecto relevante a tener en cuenta, el reconocimiento de las denominaciones de origen. Al respecto, explica que, cuando se alcanza un acuerdo entre dos partes -en este caso la UE y Mercosur-, hay un reconocimiento mutuo y es aquí donde surge la incógnita sobre la diferenciación entre Rioja y Rioja Argentina, que puede causar confusión en el consumidor europeo.
«Confío en que no haya un reconocimiento en Europa de La Rioja Argentina como zona productora de vinos», señala el directivo vinícola, que confiesa su preocupación en espera de conocer los textos definitivos.
Ayudará a vender. El presidente del Consejo Regulador, Fernando Ezquerro, ha acogido con satisfacción el acuerdo con Mercosur ya que considera que ayudará a «vender vino» porque contribuye a «quitar aranceles de entrada».
Sobre la campaña de Navidad, señaló que, en un entorno de mercado «triste», los datos «invitan» a Rioja «a ser un poco más optimistas que otros». Las ventas «van a terminar creciendo algo», pero a costa de otras denominaciones, ya que el consumo sigue «bajando».