La Rioja escribirá en 2024 su nombre en la historia de la paleontología mundial. A primeros de año, se presentará un descubrimiento de alcance científico internacional, una especie y género de dinosaurio único en el mundo, cuyos restos fosilizados han aflorado en Igea, que no solo pondrá a la región en el mapa del registro mundial de vertebrados, sino que llevará en su nomenclatura científica el nombre de La Rioja.
«Es algo que hasta ahora no teníamos; habíamos ido haciendo excavaciones, prospectando y demás, pero ahora nos viene el primer premio a todos los años que llevamos trabajando», explica, sin ocultar la emoción, el director honorífico del Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja en Igea, Pachi Sáez-Benito.
A la espera de la presentación mundial del descubrimiento del primer dinosaurio descrito en La Rioja, un ejemplar de terópodo (carnívoro), que se producirá, previsiblemente, el próximo mes de febrero, el equipo de investigadores aguarda que una revista científica de renombre internacional publique el artículo que avalará el hallazgo de la nueva especie de dinosaurio riojano y dé a conocer sus características y su nombre, celosamente guardado por sus descubridores.
¿Qué aspecto tenía esta nueva especie y género de dinosaurio riojano de pura cepa que le hace único en el mundo? Sáez-Benito explica que se trata de un espinosario, principalmente pescador, de entre siete y ocho metros de largo y unos tres de altura, con un peso corporal entre 1.300 y 1.500 kilos y bípedo, como todos los carnívoros. Su cráneo era alargado, muy parecido al de los cocodrilos y dientes cónicos más pensados en sujetar superficies resbaladizas, básicamente peces, que para cortar carne, a diferencia de otros carnívoros con dientes aserrados.
Este animal, cuyos huesos fosilizados salieron a la luz en el yacimiento Virgen del Villar 1, habitó en la zona de Igea en el Cretácico inferior hace unos 120 o 125 millones de años y tiene una serie de diferencias anatómicas que se describen en la publicación y que le diferencian de otros espinosaurios descritos en España y en el mundo.
«Un paso enorme». «Hasta ahora por lo que somos conocidos a nivel mundial es por la cantidad y calidad de las huellas que atesora esta Comunidad autónoma y ahora damos un paso enorme en la paleontología de vertebrados. La Rioja se va a convertir en una referencia nacional e internacional en cuanto al estudio de restos óseos de dinosaurios; y este el primero paso, al que seguirán otros, más excavaciones, más restos y más especies nuevas», apostilla el director honorífico del Centro de Interpretación Paleontológica de Igea.
Este ejemplar inédito del primero dinosaurio genuinamente riojano fue hallado en las excavaciones de 2005 y en su momento se clasificó como perteneciente al Baryonyx descubierto en Reino Unido. «Pero ahora sabemos que no es así, sino que es un nuevo género y especie», matiza el director honorífico del centro.
Después de este importante anuncio, el equipo científico que estudia los yacimientos de Igea presentará los resultados de toda la campaña de 2023, un balance que también arrojará sorpresas significativas. En las excavaciones del pasado mes de julio han salido a la luz restos que Sáez-Benito no desvela aún, pero califica como «muy importantes».
En el yacimiento Virgen del Villar 2, dónde el equipo de paleontólogos lleva ya dos años excavando, se descubrieron restos de un dinosaurio espinosaurio al que se bautizó como 'Villar', del que ya se presentaron en 2022 restos de un brazo casi completo, y que en 2023 ha proporcionado nuevo material, aún inédito, y que se dará a conocer en ese balance de la campaña.
La idea es seguir con la investigación de ese yacimiento y acometer una nueva campaña de excavaciones el próximo julio para seguir recuperando restos y confirmar lo que el director honorífico del centro de Igea augura como «un pelotazo», ya que la reconstrucción tan completa que se ha logrado de un mismo individuo de espinosaurio convierte a Virgen del Villar 2 en el que «seguramente sea el yacimiento paleontológico de vertebrados más importante que hay en España, y eso no es ninguna tontería».
Otro de los hitos importantes en el trabajo del equipo de Igea es la presentación de un artículo en una publicación con nuevos restos fósiles de ptesosaurio (reptil volador). La base del mismo es un trabajo de fin de grado (TFG) realizado por uno de los investigadores que colabora con el centro, el geólogo Julen Martínez Barredo, cuyos resultados se difundieron recientemente de forma preliminar, aunque el artículo de la revista aportará más información.
Otra publicación, que saldrá a la luz más tarde, quizás a finales de 2024 o comienzos de 2025, dará a conocer otro hallazgo, el de otro dinosaurio, denominado 'Garras', «y que va a dar mucho de qué hablar». Se trata de un ejemplar de carnívoro cuyos restos fosilizados fueron encontrados en las excavaciones en 2005 y 2018. Su restauración ha sido laboriosa, porque los huesos se encontraban muy integrados en una roca de gran dureza. La importancia de 'Garras' estriba en que se convertirá en el segundo dinosaurio espinosaurio más completo de España y entre los mejores de Europa.
Si de pulverizar récords en la paleontología mundial se trata, es posible que 'Villar', que todavía tiene pendiente por delante nuevas excavaciones para seguir aportando restos, acabe convirtiéndose en el espinosaurio más completo del mundo, pero eso es algo que aún no se puede certificar oficialmente.
En la recámara del equipo de investigadores de los yacimientos paleontológicos de Igea hay otros ejemplares de dinosaurio, incluyendo formas herbívoras, como ornitópodos, que también puede dar satisfacciones a los científicos, que destacan la gran cantidad de restos de carnívoros que están apareciendo en la Comunidad autónoma riojana, que no es algo habitual.
Reptiles voladores sobre el cielo de Igea
Tras más de una década sin realizarse publicaciones sobre pterosaurios en La Rioja, el estudio de 21 restos fósiles ha permitido desvelar la presencia conjunta de dos nuevos tipos de reptiles voladores que sobrevolarían los alrededores de Igea cuando era un lago hace 120 millones de años, alimentándose de peces y pequeños invertebrados. Esta nueva aportación, presentada el pasado mes de noviembre por el equipo de investigación de Igea, se apoya en las conclusiones del Trabajo de Fin de Grado del geólogo Julen Martínez Barredo, que ha investigado sobre los restos fósiles aislados inéditos de Igea. Hasta ahora, en toda La Rioja solo se había descrito un reptil volador, Prejanopterus, que se alimentaría de animales duros, como los moluscos, pero ahora se puede sugerir la presencia de dos tipos adicionales de pterosaurios, uno que depredaría peces y otro que se nutriría probablemente de invertebrados lacustres, con envergaduras de 2 y 1,5 metros respectivamente.