Mucho más que iglesias

G.B.
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Además de los elementos monumentales ya protegidos, el catálogo de bienes incorporará edificios de arquitectura industrial, otros del denominado Movimiento Moderno e inmuebles contemporáneos de especial singularidad

Antiguos depósitos de agua, de Amós Salvador. - Foto: Óscar Solorzano

El listado de edificios y otros elementos a proteger que prepara el Ayuntamiento para enriquecer el catálogo que ya existe en el Plan General incorporará muestras de arquitectura industrial, inmuebles del Movimiento Moderno y otras construcciones contemporáneas de especial singularidad o valor. 

Como explica el concejal de Arquitectura y Patrimonio Histórico, Íñigo López-Araquistáin, hay bienes de tipo histórico artístico o arqueológico, como las murallas de la ciudad, que ya están protegidas de por sí o por normativas superiores, pero existen otro tipo de edificaciones a las que también se les quiere dar algún tipo de protección que no tienen en la actualidad.

La idea es que en el futuro inventario de bienes aparezcan también ejemplos notables de la arquitectura contemporánea, como pueden ser la propia sede del Ayuntamiento de Logroño (1973-1981), obra del arquitecto navarro Rafael Moneo, o la promoción de pisos del japonés Toyo Ito en Pradoviejo.

Otra de las tipologías que el Ayuntamiento quiere incluir en ese listado es la de la arquitectura industrial, con muestras como la antigua fábrica de Cerámicas Riojanas, proyectada en estilo neomudéjar por el prolífico arquitecto local Fermín Álamo en lo que hoy es la esquina de las calles Fuenmayor y Paula Montal, y actualmente reconvertida en viviendas; o los depósitos de agua que diseñó el arquitecto y librepensador Amós Salvador, sobrino de Sagasta, junto al Parque de los Enamorados.

La relación de construcciones de interés se nutre también con un buen catálogo de inmuebles que salieron de los estudios de arquitectos logroñeses notables del siglo pasado, además del citado Fermín Álamo, como Luis Barrón, Agapito del Valle o Cadarso, entre otros. 

Otra referencia a la hora de catalogar edificios de interés arquitectónico es la lista de los doce inmuebles reconocidos con la Placa Docomomo, que concede esta organización internacional encargada de inventariar, proteger y difundir el patrimonio arquitectónico del Movimiento Moderno.

Además de la casa consistorial, tienen la distinción Docomomo el antiguo Colegio Universitario (1972), de Alfonso Echavarría, hoy convertido en Centro de Control Integral Smart, en la calle Obispo Bustamante; así como varios bloques de pisos, como las viviendas y parroquia de Nuestra Señora del Carmen (Antonio Fernández Alba, 1973-76), en Avenida Solidaridad 3-5; el edificio de viviendas en la esquina de Ateneo Riojano y Doce Ligero (1940-42), de Agapito del Valle; el de la calle Colón en su esquina con Ciriaco Garrido (1934), de Fermín Álamo; y los dos bloques en los números 13 y 15 de la calle Huesca, de Rafael Gil-Albarellos.

La lista Docomomo la completan la Delegación de Hacienda (1956), de José Romero y Manuel Romero; el colegio Marianistas (1963) y su antiguo edificio para postulandos, proyectados por José María Chapa; Bodegas Olarra (1973-77), de José Antonio Ridruejo; el Hogar Sacerdotal (1968-70), de Gerardo Cuadra, en Avenida de la Paz 120; y el Seminario de los Franciscanos (1959), en Calleja Vieja, obra de Francisco Cabrera.