Solo dos días después de que un voraz incendio devastara gran parte de las instalaciones de Calzados Fal en Arnedo, en la madrugada del 2 de diciembre, sus propietarios manifestaban su voluntad de retomar la capacidad productiva lo antes posible, un anuncio que no ha tardado ni una semana en materializarse.
Trabajadores del área administrativa de las áreas de ventas o calidad, que tratan con proveedores o clientes, han vuelto al tajo en unas instalaciones alquiladas por la emblemática firma arnedana en la cuesta Santiaguillo, en la carretera de Quel, que un día ocupó Robusta y donde ya lucen los rótulos de Fal y Fal Seguridad.
Paralelamente a la recuperación de las actuaciones que permitirán normalizar las operaciones de la compañía especialista en calzado de seguridad y montaña, los representantes legales de la mercantil y el comité de empresa mantuvieron ayer en la Inspección de Trabajo un encuentro para abordar los términos del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
«Uno de los requerimientos de la autoridad laboral a la compañía es que comunique los trabajadores que se van a someter al ERTE», explica Juan Pedro López, presidente del comité de una empresa que cuenta con unos 130 empleados y que desconoce cuántos activos estarán sometidos a este mecanismo, una comunicación imprescindible para que los afectados puedan acceder al subsidio de desempleo.
Lo que sí está confirmado es que se tratará de un expedientede fuerza mayor, de las mismas características de los que se aplicaron durante el covid, aunque en este caso sí que consumen tiempo de desempleo. El presidente del comité de empresa destaca que se trata de un ERTE flexible, «que permite la incorporación y salida» de los empleados, pero exige que el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) esté permanentemente informado «de qué empleados están o no están» sometidos al mismo. El representante de los trabajadores destaca «el compromiso» de la autoridad laboral, que comunicó a su intención de acelerar los trámites para que el cobro del desempleo se materialice lo más pronto posible.
«De hecho, señaló que podría tenerlos listos antes del fin de semana siempre y cuando la compañía le aporte la documentación que le ha solicitado», señala López, que informa de que, por su parte, los empleados de Fal ya están recopilando la información que debe aportar individualmente cada afectado, «que es bastante», para solicitar el paro. Una vez disponibles los datos de cada uno de los que se someterán al ERTE, se trasladarán a la empresa para que esta solicite «colectivamente el desempleo para todos». El objetivo es poder cobrar la ayuda el 10 de enero -próxima fecha en la que se abona- por lo que confirma que están «presionando» para agilizar los pasos a seguir.
Seguros. Con el incendio extinguido, se espera la confirmación del CEISpara que comience la investigación de las causas que provocaron el siniestro en la fabricante de calzados Chiruca para que el seguro determine la cuantía a abonar y la haga efectivo para poder acometer el desescombro de las ruinas. Será después momento para comenzar la reconstrucción, un conjunto de actuaciones que el presidente del comité reflexiona que «llevarán su tiempo;no se harán de la noche a la mañana».
Otras empresas arnedanas del sector ya han ofrecido a la compañía de calzado, que cuenta con tres líneas de producción y exporta a cerca de 50 países, el uso de sus instalaciones o maquinaria para que puedan arrancar la producción lo antes posible.
Según publicaba ayer C de Comunicación, especializada en ferretería y bricolaje, la empresa ha transmitido un mensaje de tranquilidad a sus distribuidores y asegura que los pedidos estarán disponibles para la campaña primavera/verano de 2024.
Algunos de estos distribuidores han manifestado sus dudas sobre las posibilidades de la compañía de cumplir los plazos de entrega y apuntan que buscan alternativas. A pesar de su inquietud, reconocen que «la situación es dramática y difícil de abordar».
El incendio en la empresa, instalada en el polígono El Raposal, se inició a las 02.16 horas del viernes 2 de diciembre y afectó a una nave de 14.000 metros cuadrados, calcinando maquinaria y materiales para la fabricación de calzado, muy inflamable, y que desprendía gases que obligaron al Ayuntamiento a aconsejar a los vecinos, sobre todo los más vulnerable, a permanecer en sus casas.