En libertad el acusado de la agresión sexual de Albelda el 8M

R. Muro
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La jueza que instruye el caso valida la coartada presentada por el imputado. La Guardia Civil detiene al presunto autor de la paliza del lunes a la misma joven

En libertad el acusado de la agresión sexual de Albelda el 8M - Foto: Guardia Civil

Giro inesperado entorno a la brutal agresión física y sexual sobre una joven de 28 años en el barrio de Arriba de Albelda de Iregua el pasado 8 de marzo. La jueza que instruye el procedimiento legal firmó a mediodía de ayer el auto de libertad con cargos para el único detenido por unos hechos que conmocieron al municipio del bajo Iregua y a la sociedad riojana y española en general. La decisión adoptada por la jueza se ha basado fundamentalmente en el peso de la coartada presentada por el propio detenido en su declaración y que motivó a su vez, que su representación legal cursara un recurso solicitando su puesta en libertad.

El detenido, que permaneció en busca y captura durante algo más de un mes, indicó tras su detención que a la hora en que se concretó la citada agresión sexual, se encontró con diferentes vecinos del municipio riojano, con los que además conversó y que, por tanto, podrían corroborar su versión. Entre ellos, citó al propio alcalde de Albelda, Sergio Ochagavía, a un extrabajador de mantenimiento de las piscinas municipales, a una vecina de la localidad con la que habló de la posibilidad de comprar un coche, así como al empleado de la gasolinera de Nalda, donde acudió aquella tarde a repostar. 

A todos ellos se les ha llamado para tomar una declaración posterior en la que, según las fuentes consultadas por El Día de La Rioja, ha quedado ratificada la versión manifestada por el único acusado de la brutal agresión sexual. 

De forma previa al auto, incluso el ministerio fiscal había expresado ya un informe favorable para una puesta en libertad que concreta también la prohibición de acercarse o residir en Albelda de Iregua. Un asunto que no genera contratiempo alguno ya que el detenido el pasado 15 de abril reside en la localidad vasca de Basauri aunque dispone de familia en Albelda. 

Con todo, el auto llegó ayer al centro penitenciario de Dueñas, en la provincia de Palencia, a donde fue trasladado el acusado con el objetivo de que no coincidiera con el novio de la joven agredida, que fue encarcelado posteriormente por un asunto previo en la prisión de la capital riojana. Así, el único detenido por la violación ocurrida el 8 de marzo en el barrio de Arriba de Albelda quedó en libertad con cargos, con la prohibición de no acercarse ni de residir en Albelda de Iregua en la tarde de ayer. 

Su salida del centro penitenciario no le exime, al menos de momento, de responsabilidad penal si bien, se abre así una nueva línea de investigación con el objetivo de identificar y localizar al autor material de los hechos una vez que, de momento, se da por válida la coartada presentada por el único encausado. Una situación que suma, si cabe, una mayor incertidumbre a un caso que conmocionó a la localidad riojana, fundamentalmente, por la brutalidad de los hechos.

Nueva detención. Mientras el juzgado resolvía el recurso presentado por la representación legal y se firmaba el auto que concedía la libertad del hasta entonces detenido, la Guardia Civil procedía en la madrugada del lunes al martes a la detención de un hombre de 49 años de nacionalidad española y vecino de Albelda por la brutal agresión física de la que fue objeto la misma joven de 28 años en un paraje del mismo barrio de Arriba albeldense.

Según fuentes del propio municipio riojano, el detenido, que fue puesto a disposición judicial, no es familia directa del acusado de la agresión sexual del mes de marzo aunque sí podrían mantener una relación de amistad desde hace años debido a que éste último también residió en la localidad del bajo Iregua.

La agresión sufrida a última hora de la tarde del pasado lunes provocó múltiples golpes por todo el cuerpo a la joven, así como varios cortes en el abdomen y en el antebrazo. Lesiones por las que precisó de traslado al Hospital universitario San Pedro de la capital riojana y de donde fue dada de alta a primera hora de la mañana de ayer. 

Es la tercera paliza que sufre la misma joven en el plazo de año y medio, tal y como confirmó también ayer el propio Instituto Armado. La detención en la madrugada del lunes al martes hace temer a la Guardia Civil la posibilidad de nuevas represalias por lo que los agentes mantuvieron ayer una continua vigilancia en el barrio de Arriba. 

El barrio se reivindica 

El barrio de Arriba se reivindica. El paso del tiempo consume viviendas y asfalto que ceden a merced de los desconches de fachadas y de huecos que recuerdan lo que un día fue el origen del municipio del bajo Iregua. Los últimos acontecimientos no hablan bien de la zona alta de Albelda. Una agresión sexual hace algo más de tres meses, una brutal paliza a la misma joven esta misma semana, alguna casa 'okupada', droga, robos... Es el grito de una minoría que nada tiene que ver con el resto de los vecinos.

Nada que ver en una mañana normal de un martes de junio en un barrio en el que residen unas 1.500 personas y «solo 25 dan problemas». Unos hablan de una guerra de clanes que otros desmienten aludiendo a ajustes de cuentas y venganzas fruto de viejos problemas. Nadie se pone de acuerdo. Fue el origen del pueblo y cuando sus vecinos dirigen los ojos hacia la zona alta, lo hacen con una mirada a caballo entre el cariño y el lamento. El cariño de muchas de las familias que ahora residen en la parte baja, más cómoda, y que disfrutaron su infancia allí, donde el lamento cabalga entre el ayer y el hoy. Entre calles estrechas y empinadas, entre fachadas desconchadas, relucen las casas de quien apuesta por el barrio alto. Nadie niega lo que hay, pero también hay quien no renuncia a su zona de siempre. Javier ha acomodado su empresa de marketing en un inmueble de una de las vías imposibles que conforman el barrio. Desde allí controla la actividad de su negocio, a pesar de que existían otras posibilidades, y desde allí trabaja uno de sus empleados. 

Es consciente de la problemática que existe en el barrio pero «es una zona tranquila y cómoda para vivir y trabajar», señala mientras él y su mujer apuntan a otro negocio, una peluquería canina ubicada en una pequeña plaza, uno de los escasos espacios que brindan cierta anchura en el barrio de Arriba de Albelda. Una plaza que lo mismo alberga una sosegada conversación matutina, que reserva tardes y noches de alcohol, música y sofás. 

Javier se desplaza a un coworking de Logroño para atender visitas, pero su trabajo, y su vida están en estas calles. 

Los acontecimientos no hablan bien del barrio, pero «nadie en Albelda tiene miedo a subir» por sus calles estrechas. Es más, tras la brutal paliza que sufrió la joven víctima de la zona de Arriba, la localidad permanece en calma. Ni revuelos, ni tensiones. Café de media mañana, visita al mercadillo de los martes y, en definitiva, normalidad absoluta por las calles de la localidad riojana.

Tranquilidad que impregnaba también a la zona alta tras la tormenta que arreció en la tarde del lunes. Calles vacías tan solo ocupadas por una continua y obligada presencia de la Guardia Civil. Los agentes impiden olvidar que en lo más alto de Albelda pasa algo, nadie lo niega. Sin embargo, ajenos la inmensa mayoría de sus vecinos a unos acontecimientos que han sobresaltado al municipio, solo esperan que todo pase, que se olvide. Albelda y su barrio de Arriba se reivindican y lo hacen cargados de motivos. Mientras tanto, el Instituto Armado no se fía, controla la zona para evitar represalias y mantiene activa la alerta. Por si acaso.