La reunión del presidente del gobierno y el líder de la oposición, ha ido mejor de lo que se esperaba. Pero … hay peros.
Han tenido el tiempo necesario para tratar los asuntos en cartera, y han logrado más o menos acuerdo en tres asuntos de relieve, como son la -la renovación del CGPJ, la financiación autonómica y cambio en el artículo 49 de la Constitución para que cambiar la palabra disminuidos por personas con discapacidad, sin que se celebre un referéndum que permitiría a los partidos anticonstitucionales, que los hay, incluir enmiendas a la Carta Magna.
Feijóo consigue que el gobierno acepte su fórmula para la renovación del CGPJ, pero no a través de un mediador sino que un miembro de la UE supervise las negociaciones entre gobierno y PP. No consigue en cambio que Sánchez acepte su exigencia de que no haya moción de censura al gobierno de Navarra, que presidirá Bildu en cuestión de días.
El gobierno se muestra especialmente satisfecho con el acuerdo para renovar el órgano que dirige a los jueces y garantiza su independencia, aunque la ministra portavoz utilizó su rueda de prensa para lanzar una serie de dardos al PP en vez de felicitarse por ese acuerdo. Calificó la posición que ha mantenido el PP como "inconstitucional", que no lo es, la Constitución no obliga a que los partidos pacten la renovación. Y dijo también Pilar Alegría que gobierno y PP habían acordado los términos de la renovación hace un año, dando a entender que el PP no había cumplido su compromiso. "Olvidó" decir Pilar Alegría que el negociador por parte del gobierno, Félix Bolaños, aseguró a González Pons, negociador del PP, que el gobierno no tenía la menor intención de derogar el delito de sedición … Lo que se demostró falso y provocó que el PP anunciara que rompía el compromiso. Es también la razón de que ahora el PP haya advertido que no acepta a Félix Bolaños como negociador para la renovar el CGonsejo.
Es decir, la reunión entre Sánchez y Feijoo, ha dado sus frutos, aunque menos de lo que esperaban uno y otro. Ha habido acercamiento y un trato respetuoso, pero el acercamiento no ha sido tan claro como para asegurar que a partir de ahora las relaciones entre gobierno y PP serán menos conflictivas.
Han mantenido una larga conversación y han llegado a algunos acuerdos, un buen punto de partida para mantener al menos el diálogo necesario entre un presidente de gobierno y el líder de la oposición. Pero la desconfianza del PP respecto a la voluntad de compromiso de Pedro Sánchez se mantiene. Probablemente ocurre lo mismo en el otro sentido, aunque el presidente ha dado más ejemplos de recurrir al engaño que el líder del PP.
En los próximos seis meses se celebran tres elecciones importantes. Habrá que ver la disposición de los dos principales partidos para llegar a pactos con el adversario en pleno debate electoral.