Aunque aclara que no es política, a Paloma Castro le gusta hablar claro. El asunto de la dana surge de inmediato, antes de iniciar la entrevista;un cuadro alusivo al desastre, que ella misma ha pintado para sus sobrinas de Valencia, decora el pasillo de entrada al despacho.
Como delegada de la Agencia Estatal de Meteorología en La Rioja, no le tocó estar en primera línea de guerra en la fatídica jornada del 29 de octubre, pero conoce al detalle cómo reaccionaron sus compañeros de la Aemet y otras instancias, las que tienen más capacidad de reacción.
No le duelen prendas al reconocer que la dana ha puesto de manifiesto que se puede mejorar en las predicciones meteorológicas, pero esta madrileña 'ciudadana del mundo' ve necesaria una mejor coordinación con Protección Civil y un sistema de intervención por parte de los poderes políticos mucho más operativo y ágil, además de una revisión de la gestión urbanística en zonas inundables y la puesta en marcha de planes hidrológicos.
La catastrófica dana del 29 de octubre ha encendido el debate sobre el sistema de alertas por desastres meteorológicos. ¿Qué conclusiones hay que sacar sobre lo ocurrido?
Yo no diría que es una catastrófica dana, sino una tragedia nacional provocada por una dana en una parte, con dos pilares fuertes: uno, la parte de prevención, en la que evidentemente habrá que mejorar; y la parte de estudio del terreno.
¿En qué sentido hay que estudiar el terreno?
En su momento, existió un Plan Nacional Hídrico, constituido en 2001, para hacer una serie de presas y contenciones de ríos y parecía que todo iba a ir fenomenal, incluso había una presa para esta zona del sur de Valencia afectada ahora, para el arroyo del Poyo. Pero esa bendición del 2001 fue defenestrada en 2006 por el siguiente gobierno, en ese caso de Zapatero. Somos mucho como Ulises, de hacer y deshacer mantas y cuando parece que hay una solución técnica a un problema viene el siguiente y dice que no. Siempre son políticos, no técnicos, los que hacen y deshacen.
Con la perspectiva de lo ocurrido, ¿se podía haber afinado más en la predicción de lo que venía y haber avisado antes?
En todos los órdenes. En Aemet pusimos un aviso rojo, que salió publicado a las 7,36 horas de la mañana y ya estaba lloviendo en Utiel, lo que significa que no es un aviso previsto, sino observado. Dijimos que habría una precipitación acumulada en una hora de unos 90 litros por metro cuadro en la zona litoral sur de Valencia y una zona de 180 litros o más en 12 horas y ahora se daba un horario de 7 a 12 de la mañana. ¿Fallos de este aviso?: que fue observado, o sea, no fue una previsión pura; y el límite horario, porque es mejor no acotar tanto el tiempo. La difusión de estos avisos es automática e inmediatamente va a la página web, a los correos de muchísima gente de protección civil y a todas partes. El fallo en sí del aviso es que haya sido observado y por poco tiempo. Cuando hagamos una revisión todo el sistema de avisos habrá que decir que hay que darlos antes y no acotados en el tiempo. Quizás podíamos haber dado antes el aviso, pero ese no es el fallo capital.
¿Y cuál fue ese fallo?
Todo esto puso en marcha un seguimiento que sí se hizo continuamente. Sobre el detalle de quién avisa a quién y cuándo hablan y todo eso, puedo deducir que haya habido una cierta desconfianza en la Generalitat Valenciana, pero tampoco le voy a echar la culpa al cien por cien. Aemet da avisos y Protección Civil da alertas. El aviso no estuvo mal dado, pero se pudo dar mejor, pero también se pudo interpretar mejor. No quiero machacar a la Generalitat Valencia, pero si habíamos dado un aviso a las 7 horas y 36 minutos de la mañana, ¡síguelo y reacciona! Pienso que la conjunción de un aviso un pelín tardío y de las confusiones en la coordinación de medios ha podido contribuir a que se hayan perdido vidas humanas.
Es decir, ¿hay una culpa repartida?
No estoy echando culpas a Aemet ni a la Generalitat Valenciana, sino que hay un conjunto de cosas por la parte de la dana y otro por la parte del Plan Hidrológico Nacional, en el que sí estaba previsto que pudiera haber grandes desbordamientos en el barranco del Poyo, con lo cual si se hubiera construido una presa, alguna laminación del río se habría hecho. La verdad es que todos podíamos haber trabajado mejor, y sobre todo ese aviso a las ocho de la tarde a los valencianos es imperdonable; si tenían el aviso de Aemet a las 7,36 horas, tienes que avisar (a la población) a las 8. Porque un aviso rojo de Aemet significa que no hay que salir de casa ni coger el coche. Es verdad aquí no hay una mentalidad como en EEUU, donde si se avisa de un huracán, la gente coge el coche y se va; aquí no hay esa mentalidad, porque nuestras danas, salvo esta, no se ha comparado con un huracán. Esta ha sido una dana subtropical, de características muy especiales.
Da la impresión de que falta coordinación: Aemet da el aviso, pero luego es Protección Civil la que tiene que alertar a la población y en enviar mensajes a los móviles. Luego están las competencias repartidas entre confederaciones hidrográficas, ministerios, comunidades autónomas. ¿No sobra burocracia?
Aemet da un aviso, pero no tiene capacidad para movilizar a las personas. El que tiene la responsabilidad sobre los impactos es Protección Civil. Y en medio está la Confederación Hidrográfica del Júcar. Creo que a nivel técnico sí ha habido coordinación; pero aquí no se tuvo en cuenta que si se cortan líneas al caerse postes, no puedes confiar en dar la comunicación a última hora. Hay que prever un sistema que sea operativo, como el de los militares, que cuando llegan a una zona ponen sus propias líneas telefónicas. Yo no soy política, soy técnica, pero hay que hacer examen de conciencia, tanto por la parte de atmósfera como la de impacto, y ver qué tenemos que hacer para simplificar trámites. Aemet hizo todo lo que pudo, pero en esa coordinación se encontró con pantallas en negro o llamadas de teléfono perdidas por líneas caídas, hubo serias dificultades de conexión por causas naturales.
¿Falta capacidad de respuesta?
Falta el plan B de las autoridades. Hay un gabinete de crisis en La Moncloa, con una unidad de alarma y otra de respuesta, y evidentemente si fallan las comunicaciones porque la naturaleza se puso caótica, ese departamento de seguridad nacional debe levantar la bandera para dar la respuesta con toda la fuerza del Estado. Con lo cual, no es una descoordinación de Aemet o de la Generalitat, sino también nacional. Es verdad que en otras calamidades menores, cuando se confina a una sola comunidad hay planes regionales, pero aquí ha habido muertos en Letur, que es Albacete, y una víctima en Cuenca, además de Valencia. Cuando hay varias comunidades afectadas es competencia del Estado. La dana ha sido especialmente virulenta y Aemet avisó cinco días antes y el aviso rojo se puso a las 7,36 de esa mañana y a lo mejor con todos esos preavisos se podía haber reaccionado, en conjunto, antes.
En definitiva, ¿qué enseñanza hay que sacar de esta tragedia?
Hay que hacer una planificación a nivel suelo por parte del Instituto Geográfico Nacional, junto con los planes hidrológicos, sean nacionales o regionales, pero años antes de que estas cosas pasen. Se hizo un reforzamiento de los radares meteorológicos cuando estalló la presa de Tous y se hizo un desvío del cauce del Turia en el desastre del 57. Un suelo urbano, laminado, no sirve para una escorrentía como la salvajada que ha sido esto. La dana ha sido muy virulenta, como un huracán, se movió entre cinco anticiclones que la rodeaban, muy rara y especial, con una familia de tormentas que se iban retroalimentando. Junto con eso, hay que mejorar las previsiones del suelo y del cielo. No podemos construir en zonas inundables, porque no hay casa que pueda resistir.
Según datos de los ingenieros de caminos, en torno al barranco del Poyo, en Valencia, casi el 50 por ciento de las construcciones son del siglo XXI. ¿Es admisible que se sigan autorizando edificaciones en zonas inundables?
Es inadmisible y de hecho ni siquiera el plan urbanístico de Valencia está bien hecho, porque la zona de Paiporta estaba catalogada como poco peligrosa, así es que habrá que actualizarlo y prohibir a los arquitectos que hagan urbanizaciones en zonas de barrancos.
¿Falta educación en la población a la hora de interpretar los avisos y reaccionar en consecuencia?
Sí. En Aemet sí hacemos educación en colegios e institutos, pero habría que sistematizar un programa de educación dentro de la Agencia y de Protección Civil para la formación, pero no solo de la gente joven, que tiene mucha facilidad para manejar el móvil e internet, sino también los mayores, que están menos familiarizados con avisos que llegan por los móviles. Hay que saber que el nivel rojo de la Aemet es como el nivel negro de la DGT.
Se suelen citar los protocolos de emergencias de Estados Unidos ante los tornados o de Japón frente a los terremotos como modelos a imitar. ¿Hay que aprender mucho de otros países?
El ejemplo de movilidad del personal cuando hay un peligro lo tenemos en Estados Unidos, porque la frecuencia de huracanes es cada vez mayor. A Florida va a descansar mucha gente mayor por la bondad del tiempo y cuando dan un aviso obedecen; pero claro, tienen una mentalidad de moverse más que nosotros, que normalmente tenemos una casa para toda la vida.
¿El cambio climático hará que haya danas cada vez más frecuentes y dañinas?
Sobre el cambio climático se han podido sistematizar muy bien las anomalías térmicas, lo que aumenta la temperatura con respecto a la normal, y sí vemos muchas zonas de España, sobre todo del sur y del centro afectadas. Por ejemplo, en Toledo la temperatura ha aumentado casi dos grados. El problema es sistematizar las precipitaciones y lo único que podemos decir es que con el aumento de temperatura, tanto en tierra como en el mar, sí esperamos un incremento de precipitaciones torrenciales. Todavía no hay estadísticas de danas, aunque sí de sistemas convectivos en mesoescala. Por tanto, no sabemos si habrá danas cada vez de mayor impacto; habrá que hacer estudios estadísticos más serios.
Ante ese aumento del calentamiento, que puede traducirse en mayores precipitaciones, ¿qué deberían hacer los poderes públicos?
No solo tienen que hablar, sino actuar. Es fácil señalar los grandes problemas de la humanidad, pero todo ese se tiene que traducir en operatividad; a los planes A hay que poner planes B. Por ejemplo, en Toledo, que es árida, cuando viene una dana todas las carreteras se desbordan, porque los drenajes no están bien estudiados y habría que hacerlos como si fueran carreteras del norte. Y si no se va a hacer un plan hidrológico nacional, porque si lo hace un partido lo tumba el otro, al menos que se hagan 17 planes regionales, pero que se hagan, aunque es mejor que sea nacional, por aquello de los trasvases. A nivel de Aemet, tendremos una reunión el día 28 para ver las lecciones aprendidas de esta dana y cómo mejorar la predicción.
En general asociamos lo que tradicionalmente se llamaba gota fría con el Mediterráneo. ¿En La Rioja podría darse una dana tan dañina como la de Valencia?
Es más difícil, por dos motivos: está en el fondo del valle del Ebro, de forma que todas las afecciones que vienen por el Mediterráneo tardan más en llegar y con menos humedad. Y cuando viene del sur, tenemos el paredón ibérico que nos protege, y el paredón pirenaico por el norte. Pero eso no quiere decir que sea imposible, aunque por suerte es mucho menos probable que zonas más expuestas. No se puede descartar que pudiera ocurrir, por lo que viene bien aprender lo que es un aviso rojo y revisar el tema del suelo.
¿En la Comunidad riojana los mayores riesgos potenciales están a orillas del Ebro, por las crecidas, o hay otros escenarios de peligro también?
Sí efectivamente, las zonas inundables están en el Ebro, pero también en los otros valles que tenemos. Hay que mirarlos uno por uno y ver si hay zonas que se han descuidado. Incidiría también en el mantenimiento. Las confederaciones hidrográficas tienen que invertir mucho en limpieza y mantenimiento, porque una cosa es el cauce teórico y otra el real.
A la vista de los problemas de descoordinación detectados en Valencia, ¿en La Rioja se ha visto la necesidad de mejorar la comunicación entre la Aemet y Protección Civil?
Aquí no ha habido peligro y cuando ha habido tormentas severas, sí se ha dado la coordinación.
En las últimas décadas hemos visto cómo la meteorología pasaba de los clásicos mapas de isobaras a las imágenes por satélite y la información al minuto en los móviles. ¿La inteligencia artificial ayudará a dar otro salto tecnológico en la predicción del clima?
No cabe duda. Realmente ya se está usando en muchos productos de imágenes de satélite desde que tenemos el Meteosat de segunda generación y se implementará en el de tercera generación. Pero pese a todos los avances previstos, el predictor experimentado siempre dará un plus de calidad y siempre tendremos que afinar nosotros en la predicción, no solo de la cantidad de precipitación, sino también de la intensidad.
A un mes de la Navidad, ¿se puede aventurar qué tiempo tendremos en La Rioja en las fiestas navideñas?
Vamos a esperar a dar la predicción un poquito antes de Navidad. Siempre queremos que haya una blanca navidad, pero todavía no podemos decirlo.