Cosas del idioma

R. Muro
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Dos pequeñas del colegio Bretón de los Herreros hacen de intérpretes en un accidente con un magrebí que no hablaba español, y el atestado refleja lo contrario de los sucedido

Joaquín, en la confluencia de Villamediana con Lope de Toledo - Foto: Ingrid

La preocupación de Joaquín y su familia dio en la tarde de ayer un completo giro después de que hace unos días un turismo golpeara la moto que conducía en la confluencia de las calles Villamediana y Lope de Toledo. La confusión, que es en lo que ha quedado afortunadamente el asunto, llegó de un error de traducción o interpretación, y todo con la mejor intención.

Los hechos ocurrieron a media mañana de un día cualquiera del pasado mes de mayo. Un conductor  de origen magrebí circulaba por la calle Villamediana acompañado de una mujer con el objetivo de dirigirse a la delegación de Extranjería en la capital riojana. Al llegar a la confluencia de Lope de Toledo, el vehículo se posicionó en el carril de la derecha, momento en el que el conductor se percató de que debía girar a la izquierda.

Así, metió la marcha atrás del turismo para posicionarse en el carril izquierdo de Villamediana cuando sintió la colisión con una moto que esperaba detrás la reanudación de la marcha del vehículo. El motociclista, fruto del impacto, se precipitó al suelo con un resultado de dos costillas rotas.

El conductor del vehículo descendió de forma inmediata de su vehículo y en un español muy escaso, comenzó a pedir disculpas, siempre en base al relato del herido motociclista.

En ese instante, un hombre que se encontraba en las inmediaciones, según dijo él mismo, observando palomas, acudió rápidamente a atender al conductor de la motocicleta hasta que llegaron los servicios de Emergencia y los agentes de la Policía Local. Ante la imposibilidad de entenderse con el conductor del vehículo, el director del colegio Bretón de los Herreros salió al lugar de los hechos con dos niñas de origen magrebí mientras la ambulancia trasladaba al herido a Urgencias. 

Así las cosas, y con dos pequeñas como improvisadas intérpretes, los agentes abandonaron la calle Villamediana con la idea de que había sido la moto la que golpeó al vehículo, para sorpresa posterior del herido quien se veía asumiendo los gastos y la responsabilidad.

Tras semejante panorama, la mujer y la hija de Joaquín colocaron carteles por la zona en búsqueda del hombre que observaba a las palomas y que absorto en su dedicación, no vio el accidente, pero sí escuchó al conductor del vehículo pedir disculpas. Un detalle que permitiría dilucidar responsabilidades. Pues bien, el hombre que seguía a las palomas y que acudió a socorrer al motociclista herido no había dado señales de vida en la tarde de ayer si bien, la Policía Local tomó una nueva declaración al conductor del vehículo y, sin ningún reparo, admitió y reconoció los hechos tal y como los narraba desde un principio el propietario de la motocicleta. Cosas del idioma.

Error de traducción ya que el conductor no se evadió en ningún momento

Las fuentes consultadas por El Día de La Rioja avalan que en ningún momento el conductor magrebí intentó evadirse de la responsabilidad del accidente. En cualquier caso, la medida de urgencia, tras el siniestro, llevó de forma voluntaria a una traducción de urgencia en el  lugar de los hechos. Lo que no ha podido confirmarse es si las dos pequeñas traductoras entendieron al revés la versión del conductor, o si fueron los agentes los que entendieron lo contrario. La familia, sin que el testigo que observaba a las palomas haya dado señales de vida, se afanaba ayer en retirar los carteles distribuidos por avenida de Colón, Marqués de la Ensenada, por la calle Villamediana e incluso por avenida de Solidaridad de Logroño ya con la tranquilidad que genera la acalaración de la confusión.