Antes del nacimiento de la asociación Color a la Vida en 2018, la institución encargada de dar soporte a las familias y amigos de personas que se habían suicidado era el servicio de emergencias de Cruz Roja. El siguiente paso era derivar a estas personas a un terapeuta de la seguridad social pero «la frecuencia no era suficiente para el tipo de duelo y trauma qué deja un suicidio en la persona superviviente», asegura una de las fundadoras, Yoryina Pérez.

Esto hizo que en diciembre de 2018 naciera Color a la Vida. Pérez cuenta que el teléfono de la Esperanza les puso en contacto a cuatro supervivientes con la idea de que «creásemos la cuarta pata de la silla de la prevención del suicidio, ya que todavía no existía». «Esta cuarta pata es la postvencion tras un suicidio consumado», detalla.

Explica que esta asociación nació porque «claramente había una falta de recursos de apoyo y de asistencia terapéutica al superviviente». Otro objetivo, apunta, fue dar cobertura a esa necesidad de «apoyo y comprensión humano qué cómo personas se necesita en unos de los momentos más crudos y difíciles de la vida».

Hasta el momento han atendido a 75 personas desde que esta asociación dio sus primeros pasos y cuentan con 80 socios. «Parece que la gente se va quitando el miedo y la vergüenza de llamar al teléfono de la asociación, ya que en estos dos últimos años hemos crecido bastante», destaca. 

importancia. Pérez subraya que la importancia de esta asociación es «incalculable», ya que «superar ese duelo en soledad es prácticamente imposible». «Sin embargo, en la asociación hay brazos que recogen y entienden ese dolor», destaca.

Color a la Vida aporta visibilidad al suicidio, ya que «es la primera causa de muerte no natural en España». También ofrece terapia y apoyo al superviviente.

Otra de las ventajas de la existencia de una asociación como esta es la formación a través de charlas a la sociedad. «Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la concienciación y formación de la población general es una línea estratégica para prevenir el suicidio», señala.

Esta fundadora califica el duelo por la pérdida de un ser querido como «algo muy peliagudo, muy único e individual». En la asociación se realiza terapia individual y grupal de manera gratuita, «donde estos afectados comunican y expresan ese dolor. Eso permite a estas personas sanar esa traumática herida emocional que les ha causado esta situación», concluye.

Homenaje. La asociación Color a la Vida celebra hoy el acto homenaje «Día del superviviente». El objetivo es dar visibilidad a este tema y que «la ciudadanía conozca que las personas que seguimos viviendo y hemos sido afectadas por el suicidio de alguien somos unas supervivientes».

Recuerda que el fallecimiento de una persona por suicidio «salpica a muchas personas de su alrededor». 

La idea, indica, es que el suicidio deje de ser un tema tabú y se trate en la sociedad. «Se debería hablar en los colegios, universidades y en los trabajos, entre otros sitios», propone.

Este año tendrá lugar en la plaza de la Diversidad. «Será bonito y quedará muy chulo», subraya.