El Gobierno regional pondrá fin al desequilibrio detectado en la importación de residuos de otras comunidades autónomas, y en especial, del País Vasco. La Rioja recibe un total de 101.054 toneladas de residuos al año procedentes de la Comunidad vasca ante el déficit de capacidad de vertederos que arrastra la región vecina y que se agudizó tras el fatídico derrumbe de Zaldibar, que costó la vida a dos trabajadores. Son los datos del Plan Marco de Gestión de Residuos (Pemar) hechos públicos la pasada semana por el ministerio de Transición Ecológica relativos al ejercicio 2022. De hecho, la exportación de residuos a otras regiones limítrofes ha generado un airado revuelo político en el País Vasco por la falta de infraestructuras existentes para la gestión de deshechos.
En concreto, los residuos exportados por el País Vasco llegan al vertedero privado situado entre los términos municipales de Nájera y Hormilleja desde poco después de la tragedia de Zaldibar ocurrida en febrero de 2020. Tres años de exportaciones de residuos que La Rioja se ha propuesto frenar.
Hay que tener en cuenta que las 101.054 toneladas de residuos trasladadas hasta la Comunidad riojana y generados en el País Vasco equivalen a, aproximadamente, unos cinco mil camiones al año, o lo que es lo mismo, cerca de catorce vehículos pesados al día de veinte toneladas de capacidad.
Con todo, la situación generada tras el desastre y cierre de Zaldibar ha motivado, no en exclusividad pero sí de forma fundamental, que el Gobierno regional alumbre un Decreto, a fecha 14 de noviembre de 2023, con el objetivo de restringir la entrada de residuos de otras comunidades autónomas a los vertederos de la región, en este caso, al ubicado en Nájera.
Así, la primera modificación del Plan Director de Residuos de la Comunidad autónoma con vigencia entre los ejercicios 2016-2026 «paralizará el desequilibrio en la importación de residuos que se había producido en los últimos tres años», tal y como confirmó ayer la dirección general de Calidad Ambiental y Cambio Climático del Ejecutivo riojano.
Ahora bien, la restricción se aplicará de forma «negociada con las empresas gestoras y de forma progresiva». Hasta ahora, en el caso de los residuos llegados al vertedero de La Rioja Alta, la empresa gestora de los residuos en el País Vasco cursaba solicitud de traslado al propio Gobierno Vasco, y éste a su vez, hacia lo propio con Vertidos Rioja (empresa gestora del vertedero de Nájera). La compañía riojana era la que enviaba la solicitud al Gobierno de La Rioja. Una vez cumplimentado todo el procedimiento, los camiones podían recoger el residuo vasco y trasladarlo a La Rioja.
La estrategia adoptada desde el País Vasco, que traslada hasta 400.000 toneladas de residuos anuales entre las comunidades de Navarra, Cantabria y La Rioja, según los datos hechos públicos por Transición Ecológica, desde principios de 2020, ha continuado vigente a lo largo de 2023 aunque el balance del Ministerio se refiera exclusivamente al pasado ejercicio 2022.
De hecho, la propia empresa gestora del vertedero de la localidad riojalteña confirmaba ayer que seguían llegando residuos procedentes de la Comunidad vasca. Una situación que Vertidos Rioja se apresuraba a asegurar que «no es ilegal». Y así ha sido, al menos, hasta el pasado 14 de noviembre.
Durante este tiempo, tanto Ecologistas en Acción como Amigos de la Tierra han reclamado «inspecciones rigurosas» ya que «los controles fallaban» tanto en la anterior legislatura como en la actual liderada ya por Gonzalo Capellán. tal y como considera Hernani.
En definitiva, una situación que va camino de cambiar ya que los procedimientos de solicitud que se venían aprobando estarán ahora sujetos a una restricción progresiva año a año y negociada entre el Gobierno regional y las propias gestoras de residuos. Todo ello, en base a la primera modificación incluida en el Plan de Director de Residuos de La Rioja.