«Es como si un tsumani hubiera arrasado con todo»

El Día
-

Sonia Agustín, vecina de Grañón residente en Valencia, espera restablecer el contacto con una amiga tras 24 horas de silencio

Vista general de varios vehículos dañados en Paiporta, tras las fuertes lluvias causadas por la Dana - Foto: EFE

Cualquier imagen que veáis en televisión no os va a hacer sentir el horror que se está viviendo en Valencia en estos momentos, es imposible describir el caos y la desolación, la provincia está completamente destruida...es como si un tsunami lo hubiese arrasado todo». Así lo cuenta Sonia Agustín, una riojana que vive en Valencia, a la que la furia del agua no le ha afectado de manera directa, al residir en la capital, que ha resultado menos perjudicada.

No obstante, en la tarde de ayer esperaba con incertidumbre recibir noticias de su amiga Ana, con la que llevaba más de 24 horas sin poder establecer contacto. Cuenta que, sobre las 20 horas del martes,   le envió un video, donde se podían ver unos 20 coches arrastrados por la corriente sin ningún control, en el municipio de Massanassa, «Me comenta que en la puerta de su casa se está acumulando el agua y que calcula que hay 1,5 metros, de altura;poco después me dice que la fuerza del agua ha destrozado la puerta de su casa y que el bajo se está inundado, que el agua entra sin control y que está nerviosa y que tiene mucho miedo... y a partir de aquí, ya no he vuelto a tener noticias de mi amiga porque la linea telefónica se cortó y sigue aún sin restablecerse», relataba esta chica, natural de Grañón.

Sonia, emocionada, comenta que es imposible describir el dolor, la desolación y la angustia que están sufriendo los  valencianos, el desconsuelo de ver a gente con los extintores intentando  romper el cristal del supermercado para poder salir de esa trampa cuando lo que espera en la calle es aún peor, ver a profesiones y niños en los tejados de colegios esperando ayuda porque no se suspendieron las clases a pesar de la alerta roja, ver los refugios de animales totalmente devastados o ancianos en sus residencias con agua hasta la cintura «O esperar noticias de una amiga de la que no sabes nada y hace 24 horas estabas con ella de risas», señala esta riojana, que confiaba en poder volver a hablar con su amiga en cualquier momento.

«Me aferro a esa esperanza porque es lo único que me queda pero esos 92 se nos han ido y son irremplazables y no son un número, son historias que se han trucado y lo triste es que somos conscientes de que alguien debió hacer algo más para evitar esta tragedia y no se hizo», reflexiona.

ARCHIVADO EN: Valencia, Grañón, Tsunami