Brieva coge aire y reactiva la Escuela de Pastores

R. Muro
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El flamante primer edil, Daniel Carrillo, quiere contratar un nuevo gerente con dedicación plena, tras la renuncia en junio de Julio Grande, y propiciar un impulso al ambicioso proyecto

Los asistentes aplauden al recién elegido alcalde Brieva - Foto: Ingrid

Cuando al flamante primer edil de Brieva de Cameros le sugieren el dicho de 'pueblo pequeño, infierno grande', él responde sencillamente «pueblo bonito, el mejor de La Rioja». Daniel Carrillo prometió ayer su cargo al frente del Consistorio del municipio de las Siete Villas tras el vacío de poder en el que quedó inmerso tras las renuncias de Pedro Somalo y Pablo Fontecha, ambos por motivos personales y con tan solo tres días de diferencia. Poco o nada se han dejado ver por la localidad desde aquellos días de septiembre en los que el edil del Partido Popular, Héctor Espiga, quedó como única cabeza visible del Ayuntamiento cortezudo.

Con puntualidad casi inglesa, el salón de plenos procedió a la constitución de la comisión gestora que guiará el devenir del municipio hasta la convocatoria de las próximos comicios municipales, previsiblemente dentro de unos tres años y medio. Constituida la junta,   la nueva corporación dio paso a la votación para designar al alcalde. Los dos votos del PSOE, firmados por el propio Carrillo y la vecina de Brieva, Carmen Téllez, no dieron opción alguna a la sorpresa. Espiga, solitario en la defensa de los intereses 'populares' se votó a sí mismo. Asistió al pleno Óscar León, como director general de Política Local del Gobierno de La Rioja. Nadie más del PP acompañó a un Espiga que no mostró signos de sentirse demasiado cómodo con la sucesión de los acontecimientos.

Por contra, los socialistas trasladaron a Brieva una nutrida representación, porcentualmente elevada para un salón de plenos que congregó a unas quince personas entre alguaciles, secretario, candidatos, vecinos y representantes políticos. María Marrodán, secretaria de organización del PSOE y los parlamentarios Raúl Díaz y Elisa Garrido, sellaron como testigos el inicio de la nueva etapa del Consistorio de Brieva de Cameros.

Cuentas pendientes. Con el bastón de mando en mano, Carrillo posó con la nueva corporación para prometer trabajo y dedicación. Su primer paso, como el propio primer edil señaló, será abonar las mensualidades adeudadas a los trabajadores del Ayuntamiento y de la Escuela de Pastores.  Solventada la firma municipal tras el vacío legal, «esta misma tarde (por ayer) se pagarán las nónimas a los trabajadores».

Entre sus objetivos se encuentra también reactivar la ambiciosa Escuela de Pastores. «Nunca ha estado inactiva, pero la vamos a reactivar». Tras meses sin gerente y sin corporación municipal, «la coordinación de la Escuela la asumirá el Ayuntamiento» hasta contratar un nuevo gerente con plena dedicación. 

De la misma forma, se abonará la factura pendiente a la empresa que materializó la obra de la propia Escuela, y que según datos del ya alcalde, asciende a 180.000 euros. Es más, «el director de Política Local va a remitir las cantidades que corresponden al Gobierno de La Rioja y el Ayuntamiento abonará los 40.000 euros que le corresponden».

Así las cosas, el primer edil cortezudo ve también unas cuentas municipales «saneadas» tras analizar el documento entregado por el secretario municipal.

Todo listo, por tanto, para un pueblo «bonito», como señala Carrillo, típico de la montaña riojana de las Siete Villas, que inicia una nueva andadura con la idea de escapar de polémicas. El alcalde es consciente que varias ovejas murieron por aplastamiento tras «asustarse con un animal. No tengo constancia de que hayan muerto más que las habituales en cualquier ganadería».